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Incertidumbre golpea a estudiantes universitarios graduados en media pandemia

Desempleo y proyectos en pausa son la constante en los jóvenes que ya recibieron o esperan su título durante la emergencia sanitaria. Más de 17 mil estudiantes se han graduado de universidades públicas y privadas en lo_que va del año.

Cuando alguien empieza a estudiar una carrera relacionada con las artes, o las ciencias sociales, por ejemplo, las personas alrededor suelen decir que entrar al mercado laboral no será tarea sencilla. No obstante, durante la pandemia esta parece ser la realidad de muchos jóvenes recién graduados de la universidad —sin importar la carrera—, a quienes la emergencia sanitaria causada por el COVID-19 les ha pausado proyectos y sueños.

Ellos engrosan la lista de más de 17 mil estudiantes de universidades públicas y privadas que se graduaron de manera “poco convencional” durante los primeros seis meses de este año. A estos alumnos les tocó recibir su título por medio de Correos de Costa Rica, que les fue a dejar el diploma a su casa.

Ninguno se imaginó en esta situación; todos soñaron graduarse en una ceremonia en la universidad junto a sus seres queridos y con buscar el ingreso al mercado laboral después de terminar un ciclo; pero la pandemia terminó complicando sus proyectos y aspiraciones, sumándolos al desempleo.

Según la última encuesta de Empleo Continuo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) la tasa de desempleo para el primer trimestre del 2020 se ubicó en un 12,5%; es decir, 1,2 puntos porcentuales (pp.) con respecto al mismo trimestre del año anterior.

UNIVERSIDAD conversó con seis estudiantes de diferentes universidades públicas y privadas, quienes se graduaron durante el primer semestre del año o esperan recibir su título en los próximos meses, y ahora se mantienen en incertidumbre ante el impacto del COVID-19 en el país.

“Transpiro incertidumbre”

A Eder Porras, estudiante de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), la

pandemia lo ha hecho transpirar incertidumbre, según afirma. Los proyectos que tenía para los primeros meses del año se esfumaron luego de que el COVID-19 llegara al país, a tal punto de que solicitó el Bono Proteger para así pagar su seguro y algunas cosas, pues ya agotó sus ahorros.

“Hay días en que me siento “agüevado”, entonces juego en línea y socializo ahí para calmar la ansiedad. También ando en bicicleta y eso me ayuda mucho”, añadió el joven de 27 años de edad.

No tener trabajo lo ha preocupado en las últimas semanas, pues se desempeña como actor desde el 2013, incluso ya envió currículum a call centers; sin embargo, hasta el momento nadie lo ha llamado. “No he corrido con suerte”.

Porras es consciente del limitado mercado laboral para los graduados en artes. La difícil situación que vive también lo ha hecho cuestionarse por qué estudió Artes Dramáticas, aunque evita pensarlo mucho, pues eso lo afectaría aún más.

Cuenta que sus papás anhelaban con su graduación, y que su mamá, específicamente, soñaba con acompañarlo a recibir el título y verlo “bien vestido”. La emergencia sanitaria impidió la ceremonia; al final terminó recibiéndolo en pijamas en su casa ubicada en Moravia.

“El símbolo de título borra cualquier cosa, al final no importó estar allá en la U”, señaló.

Iván Chinchilla, estudiante de saxofón de la Escuela de Artes Musicales de la UCR, se graduó de bachiller en mayo anterior. Él tuvo que ir hasta Correos de Costa Rica a recoger el título. (Foto: Iván Chinchilla).

“Fue extraño”

Otro que también se ha visto afectado por la pandemia es Iván Chinchilla, estudiante de Saxofón de la Escuela de Artes Musicales de la UCR. A este joven de 23 años de edad le tocó incluso ir a Correos de Costa Rica a recoger el título en el mes de mayo, pues la empresa nunca encontró su casa.

“Al final fue extraño, diferente, pero siempre hay un sentimiento de felicidad. Yo tuve que andar detrás del título y me daba hasta miedo que se perdiera”, comentó a este semanario.

Iván aprovechó el primer semestre del 2020 para llevar materias de una licenciatura, pues asegura que con el bachillerato ni siquiera iba a tener opciones de entrar a dar clases al Ministerio de Educación Pública (MEP). También es consciente de que el mercado laboral para los músicos es reducido.

“Sin estar en pandemia existía una despreocupación del Estado y de la sociedad por crear espacios. Eran reducidos y por lo general lo que hay se vuelve un poco inalcanzable”, asegura.

Sus proyectos profesionales —al igual que los de la mayoría de músicos de este país— también se han visto paralizados debido a la pandemia. Aún mantiene la aspiración de continuar sus estudios de música en el extranjero, aunque la situación actual tampoco le da un panorama claro de dónde estudiar.

La mayoría de sus ingresos mensuales se mantienen. Actualmente trabaja para dos bandas municipales de conciertos que le pagan un pequeño salario; a esto se suma el pago por las horas asistente que realiza en la Escuela de Artes Musicales. Lo que sí ha disminuido es el ingreso que recibía por dar clases de saxofón en la banda de un colegio, pues algunos de los estudiantes ya no pueden costear las clases debido a la crisis.

María José Monterroso, estudiante de Gestión de los Recursos Naturales, recogió su título en una esquina de su barrio ubicado en la Unión de Cartago. (Foto: María José Monterroso)

“Ha sido difícil conseguir trabajo”

Las carreras relacionadas con las artes no han sido las únicas que han sufrido el paso de la pandemia. María José Monterroso, de 27 años de edad, es graduada de Gestión de los Recursos Naturales de la Sede de Occidente de la UCR, y narró que le “ha sido difícil conseguir trabajo, especialmente porque es una carrera de campo”.

“Antes de la pandemia la cosa no era muy esperanzadora. Antes me generaba incertidumbre y ahora peor. Yo no creo que esto termine pronto pero ojalá el Gobierno genere políticas más claras en cuanto a empleo”, acotó.

María José trabajaba realizando giras educativas para una empresa relacionada con el área del turismo, pero con la pandemia las giras se cancelaron y fue despedida.

Ha pensado en llevar una licenciatura, pero no lo ha podido hacer por la falta de empleo. También ha mandado currículum a diferentes lugares, incluso a call centers, aunque dice que no es muy diestra para hablar Inglés.

Otra aspecto que también le dificulta conseguir un empleo en el sector público es que no está colegiada, pues no tiene dinero para pagar la colegiatura.

Esta vecina de Cartago recibió su título en junio anterior. La “ceremonia” no fue lo que se imaginaba cuando soñaba con su graduación. Ella recibió su diploma en la esquina del barrio por parte de un trabajador de Correos de Costa Rica.

“A los periodistas nos toca reinventarnos”

Alonso Chaves, de 23 años de edad, engrosa la lista de periodistas desempleados que actualmente tiene el país. A él le tocó recibir el título en su casa en el mes de abril a través de Correos de Costa Rica.

Alonso comenta que no ha tenido éxito consiguiendo trabajo, pues pese a que ha aplicado a varios puestos vinculados a comunicación, ni siquiera lo han llamado a una entrevista. En periodismo, por ejemplo, el sector privado es el que más contratos genera, pero en este momento se encuentra vulnerable. Muchos medios de comunicación debido a la pandemia han optado por reducir las jornadas a sus trabajadores, y en el peor de los casos despedirlos.

“A los periodistas nos toca reinventarnos. A principios de este año hice estudios técnicos en redes (Cisco) con proyección a tener un trabajo pronto”, destacó.

Este vecino de Heredia señala que tampoco imaginó que el mercado laboral relacionado con comunicación estaría tan abarrotado, ni que fuera tan mal pagado. Esta situación lo ha llevado a pensar en ejercer otro oficio.

“Si de aquí a diciembre no encuentro trabajo, el otro año busco empleo en otro oficio. Uno no termina de entender el panorama. Somos seres que nos adaptamos sumamente fácil. Es estresante pero creo que va a pasar. Ha existido estrés y ansiedad pero esto eventualmente pasará”, finalizó.

Alonso Chaves, estudiante de Periodismo de la UCR, recibió su título en abril anterior. (Foto: Alonso Chaves).

En espera de graduación

A Paola Ureña, estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), la emergencia sanitaria causada por el COVID-19 la agarró terminando su licenciatura. La defensa de su tesis la tuvo que realizar mediante una plataforma virtual y no de manera presencial.

Paola aún no tiene su título, ella apenas acaba de realizar la solicitud de graduación y espera que esta se dé en los próximos meses.

Antes de la pandemia, esta vecina de Cartago tenía un nombramiento en el sector público, pero este culminó a finales del mes de mayo. Ahora, dedica su tiempo a un emprendimiento de lechugas hidropónicas junto a su novio.

Esta joven de 25 años comenta que aún no se siente al borde de la desesperación. Pese a que siente incertidumbre por lo que pasará en los siguientes meses, también es consciente de que los conocimientos que adquirió en la universidad los puede implementar en su microempresa.

“En el momento en el que haya pasado esto, uno puede crecer profesionalmente y colocarse en otro lado. También hay que ver cómo crece el negocio”, finalizó.

Otra estudiante que se encuentra a la espera de su título universitario es Fabiana Chaves, estudiante de Tecnología de Alimentos de la Universidad de San José.

La manera en cómo se vaya a efectuar su graduación le parece “curiosa”, pues comenta que su graduación de colegio se dio en medio del Huracán Otto en el 2016.

Esta joven de 22 años ha pensado en cursar la licenciatura, pero algo que no la motiva es que la virtualidad no le permitirá aprovechar los laboratorios.

“La gran incertidumbre hoy es que no sé si podré continuar con mis estudios. He pensado en mandar el currículum a la Dos Pinos, por ejemplo, pero dudo que me contesten ahora”, aseguró.


Disciplinas con indicadores de empleo desfavorables

Según datos del informe “Seguimiento de la condición laboral de las personas graduadas 2011-2013 de las universidades costarricenses”, publicado por el Observatorio Laboral de Profesiones (OLAP) del Consejo Nacional de Rectores (Conare) en el 2018, existen disciplinas con indicadores de empleo desfavorables como Biología, Geografía, Antropología, Periodismo, Educación Preescolar y Terapia Respiratoria.

El estudio reveló también que las áreas con mayores porcentajes de desempleo son las de Ciencias Sociales (9%), Ciencias Básicas (7,14%) y Ciencias de la Salud con (7%); mientras que el área con menor porcentaje de desempleo es el de Ingeniería con 2,5%.

Estos datos hicieron que la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) anunciara en el 2019 que dejaría de financiar 36 carreras con altos niveles de desempleo. Sin embargo, esta decisión cambió en mayo de este año, cuando la entidad —debido a la difícil situación que afronta el país— reanudó el financiamiento de estas carreras, bajo algunas restricciones.

El financiamiento solo estará disponible para estudiantes actuales de pregrado y grado cuyo avance mínimo sea del 20% en su plan de estudios.

De acuerdo con Conape, los estudiantes de posgrados no tendrán restricción en la matrícula de sus carreras. Otra de las decisiones que tomó la entidad fue ampliar el monto de financiamiento para los préstamos del nivel posgrado en Costa Rica, que ahora será de hasta ¢18 millones anuales, con un tope de ¢36 millones para todo el programa de estudios.


 

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