“Dios quiere salvar la vida de tu hijo, no solamente en esta vida, sino también en la eternidad. Hablaremos de la vara (paleta de madera) y su objetivo, pero tú debes recordar que cuando disciplinas a tu hijo estás tratando con un problema interno que él tiene, que se llama necedad y que la Biblia lo describe correctamente”.
“La necedad está ligada en el corazón del muchacho; mas la vara de la corrección la alejará de él”, Proverbios 22:15.
Este texto es parte del estudio bíblico: “Disciplina a los niños según su creador”, usado por la iglesia Generación 3:16 para que los padres aprendan sobre cómo y por qué deben disciplinar a los niños desde que son bebés.
La disciplina incluye el castigo físico con una vara de madera (paleta) cuyo objetivo es eliminar “la necedad” del niño, para que este sea sometido a sus padres y “escuche a Dios cuando él toque su corazón”.
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Así fue como se convirtió casi en una tradición dentro de G3:16. Como parte de los regalos que hacían a las futuras mamás en los tés de canastilla, se incluyó una paleta de madera para disciplinar a los bebés.
Según el texto, “un niño entre los 6 y los 7 meses debe y puede saber la diferencia entre lo que debe y lo que no debe de hacer, en términos generales”.
De acuerdo con las enseñanzas de la iglesia, los papás que no aplican el castigo no aman al niño y son responsables por su condena.
“El que detiene el castigo a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”, Proverbios 13:24, dice uno de los pasajes bíblicos con la cual se sustenta la tesis de la disciplina con castigo físico.
El documento, suministrado por uno de los exmiembros de la iglesia, está inspirado en los estudios bíblicos del pastor Juan Manuel de León, líder de G3:16 México.
El texto señala que se debe disciplinar con amor, pero no se le debe permitir al niño “lloriquear” antes de ser disciplinado y tampoco después de recibir el castigo.
El miedo a llorar para no recibir más castigo llevó a niños que hoy son adultos, a tragarse el llanto por mucho tiempo.
“No puedo llorar porque tantas veces me callé por miedo a la disciplina que ahora no lloro”, dice una joven de 20 años quien la mayor parte de su vida fue parte de la iglesia.
“Mis hijas fueron disciplinadas desde el segundo día de nacidas”
“Mis hijas fueron disciplinadas desde que tenían dos días de nacidas. En ese tiempo era con la mano, para no causarles ningún daño. Después de 15 días, era con una paletita de madera como de las que se usan para remover el café, luego con una paleta de palo de las de mover el arroz con leche. Desde los 7 meses con una paleta de cocina y ya después se podía comprar la paleta oficial que proveía un miembro de la iglesia”.
Quien lo narra es padre de dos mujeres de 19 y 20 años, quien estuvo más de dos décadas en G3:16 y conoce al pastor Carlos Chavarría desde que dio los primeros pasos en la vida cristiana.
Este hombre pidió no revelar su nombre porque teme recibir amenazas o que sus hijas sean objeto de burla o crítica por haber sido parte de la iglesia.
Según este feligrés, a los pioneros de la iglesia, como es su caso, se les enseñó una disciplina más estricta, pues estaba basada en estudios bíblicos dados por el fundador del grupo, el estadounidense Emil Aanderud. Él, añadió, fue obediente siempre y en todo, por lo que aplicó las normas tal cual se las enseñaron.
A los niños se les disciplinaba desde los primeros días, incluso desde el vientre, dándoles suaves toquecitos y hablándoles, cuando se ponían inquietos y daban pataditas en el vientre.
“Se decía que si usted le pegaba en otro lugar que no fuera las nalguitas era agresión, pero que Dios había puesto las nalguitas con suficiente carne y sin hueso ni nada para que usted pudiera disciplinar y corregir al niño. Todo se basaba en versículos de la Biblia, que dicen que la necedad está ligada al corazón del muchacho, pero la vara la alejará de él. Era un estudio de unas 30 páginas donde usted terminaba convencido de que a los niños había que corregirlos con disciplina física”, manifestó.
Consultado sobre cómo se aplicaba esa disciplina, explicó: “El mínimo eran 10 paletazos. El chico se sentaba en los regazos, se les pelaba las nalguitas y se les daba, contando de uno a diez”.
“Y si lloraba iba doble porque tenía que entender que era una disciplina y era con amor. Yo que tuve que disciplinar a mis hijas, llegué a convencerme de que era mejor que yo le diera los golpes a que se los diera la vida, no sé si puede entender el grado de manipulación que hubo ahí”, dijo.
“Lo que me vine a dar cuenta ahora que mis hijas tienen 20 años es que por el tema de la disciplina muchos chicos tenían dobles vidas, hacían lo que les daba la gana a escondidas”, relató este padre quien dejó la iglesia en el 2016.
Pastores recomendaban poner crema Desitin para los moretones
La preparación que los padres de familia recibían de parte de pastores de G3:16 para disciplinar a los niños incluían consejos sobre cremas para disimular los moretes y medidas para evitar que vecinos u otras personas escuchen los llantos mientras se les disciplina.
Algunos de estos tips fueron dados por el pastor Alexánder Sánchez Vargas durante dos sesiones de entrenamiento a padres de familia.
Cuando una madre preguntó cómo hacer si debe llevar al bebé al pediatra, si tiene marcas en la piel, el pastor dio un consejo: “Lo que nosotros hacíamos es que hay unas cremas, pañalito o Desitin. Me parece que Desitin cicatriza más rápido. Entonces usted, tres o cuatro días antes, le untan y sana muy rápido. Obviamente, ese día no lo disciplinan y si por la razón tiene una marca que no se pudo quitar, lo bañan en crema y se lo llevan”.
En esos talleres, grabados a mediados del 2015, Sánchez también compartió múltiples ejemplos sobre cómo disciplinaba a sus dos hijos que para ese momento tenían cinco y dos años, respectivamente.
Contó que cuando su hijo mayor tenía tres meses, él lo enseñó a no despertarse en toda la noche. ¿Cómo lo logró? Con la “disciplina” que promueve: “Nosotros esperamos a que el vecino de arriba se fuera, se fue una semana a la playa, y corregimos esas noches durante dos o tres días y nunca más se volvió a despertar”.
UNIVERSIDAD llamó este lunes al pastor Sánchez, pero no contestó. También se le envió un mensaje a su teléfono, lo leyó y no devolvió la llamada. Este martes se insistió, pero no respondió.
“Disciplina” en vivo
En la grabación también quedó constancia que, durante esas mismas sesiones, una bebé fue disciplinada mientras sus padres recibían el taller.
Unos 50 minutos después de haber empezado la lección, se escucha que la niña empieza a lloriquear. Cuando el pastor le pregunta a la mamá sobre las razones del lloriqueo, la mujer aduce que está molesta por el calor. La mamá se aleja un poco del lugar para tratar de controlarla.
El pastor sigue dictando la clase al resto de papás y la niña continúa llorando. Entonces, él sugiere la disciplina. “Le puede decir a ella (la mamá) que si quiere disciplinarla ahí está eso, cerramos la puerta y la ventana y afuera no se oye nada. Si quiere disciplinarla y si ella considera que es disciplina (lo que requiere)”.
Alguien pregunta: ¿Cerramos? El pastor responde: “sí, cierre ahí y esa también”. Luego la grabación capta el llanto desconsolado de la bebé. El religioso continúa dictando el taller y la niña llorando en el fondo. Unos minutos más tarde, pide que vuelvan a abrir la puerta.
Tiempo después se escucha a la niña sollozar y el pastor comenta: “‘oíla’ resentida”.
Colaboró con esta información: Luis Fernando Cascante.
*Actualización (7/8/19, 9:37 a.m.): Una versión previa de esta nota se tituló “Iglesia apela a paletazos para “callar la necedad del niño”, sin embargo, se especificó el nombre de la Iglesia en el titular para evitar confusiones o malinterpretaciones.
