
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) quiere hacer cumplir el refrán de “una imagen vale por mil palabras”. Es más, quiere multiplicarlo y mostrar muchas imágenes de la planta hidroeléctrica Reventazón y de la carretera a San Carlos para trascender los miles de palabras en la discusión sobre la conveniencia o capacidad institucional para incursionar en obra pública.
El ICE cierra este semestre seis años de obras de construcción de la planta Reventazón, la segunda obra en infraestructura en Centroamérica, la primera planta hidroeléctrica en Centroamérica y el objeto del alarde institucional, pues todo el proceso ha estado a su cargo. Así lo reiteran a cientos de invitados al sitio de la planta, en Siquirres.
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Este cierre coincide con la participación del ICE como supervisor del añejo proyecto de la carretera a San Carlos o Sifón-La Abundancia, adjudicada por el Conavi a la constructora Sánchez-Carvajal. El contrato del ICE comenzó en 2015 y es objeto de un debate legal por el cual el Instituto tiene demandada a la Contraloría General de la República (CGR), aunque el 14 de junio el Tribunal Contencioso emitió un “ok” provisional y permitió reactivar el proyecto.
El ICE asegura trabajar al costo como supervisor de las obras de esta carretera y como apoyo a la administración del proyecto, a cambio de ₡2.131 millones. Su trabajo ha ayudado a sistematizar información, señalar mejoras, ordenar procesos y hacerlos más eficientes, sostiene el ingeniero Rafael Ugalde, director a cargo de ese contrato de alto interés para la zona norte del país.
El conflicto se generó porque la CGR recibió una denuncia del diputado Otto Guevara contra la participación del ICE, la cual acogió basándose en un criterio de la Procuraduría General de la República. Esta rechazó en un pronunciamiento no vinculante la potestad del Instituto de construir obras fuera de sus competencias, pero no se refería a servicios de supervisión, como es el caso, aduce el ICE.
En la resolución de la medida cautelar, la jueza Karen Calderón Chacón, del Tribunal Contencioso, falló en torno al interés público de continuar la carretera con el ICE como supervisor, pues sustituirlo implicaría mayores atrasos y posible aumento de costos para Conavi. Sin embargo, el fondo del cuestionamiento de la CGR será objeto de otro proceso judicial.
Carlos Obregón
“Hay gente que quiere que el ICE no exista”
El presidente del ICE ve un recalentamiento de la discusión en torno a la institución, aunque dice sentirse acuerpado por el Gobierno. Defiende la capacidad y conveniencia institucional para incursionar en otras obras, aunque admite que el momento financiero amerita vigilancia permanente.
En el arranque parece que el presidente del ICE, Carlos Obregón, habla a la defensiva, pero después de escuchar sus respuestas, no quedan dudas.
Obregón ve un pico de alta tensión en torno a la institución que cumple 66 años y lo atribuye a la llegada de un gobierno que sí cree en ella y en la capacidad del Estado de hacer obras.
¿Cuál es el momento político que vive el ICE?
- En primer lugar puede decir que tiene un gobierno amigo. Puede sonar extraño, pero ha tenido choques con el Poder Ejecutivo porque no siempre los intereses del ICE coinciden con los intereses del Gobierno.
¿Y el entorno al general?
- En la Asamblea Legislativa uno puede ver un conjunto de diferentes partidos políticos o de grupos de interés. Hay una gran diversidad. Hay quienes creen que el ICE debe tener su rol y fortalecerse en lo eléctrico y telecomunicaciones y otros que creen que debería abrirse más a la participación privada. Hay criterios ideológicos y de intereses económicos que conducen a una situación complicada (…) Hay una situación conflictiva.
¿Conflictivo por lo político o más allá, en los sectores?
- Hay grupos de interés de participación económica y sienten que deberían tener participación más amplia en producción de electricidad. En lugar de analizar lo que más conviene al país, se montan en la tendencia mundial de competitividad y abogan por una apertura en lo eléctrico como ya ocurrió con las telecomunicaciones. Hay otros grupos ambientalistas, que también son muy diversos, que ven inconveniente seguir desarrollando proyectos hidroeléctricos y se oponen a ellos. Hay grupos sociales que se oponen a las consecuencias de cualquier proyecto que les alteren la vida. Eso es lo que tenemos: un país que quieren avanzar en electricidad pero con visiones muy diferentes.
¿Después del pico de tensión del Combo (año 2000) y del TLC (2007), se volvió a calentar la discusión del modelo?
- Yo diría que sí hay un pico y hay una razón muy importante: los gobiernos anteriores venían actuando consistentemente con la idea de que el Estado debe evolucionar hacia un menor tamaño y pasar competencias al sector privado. Cuando usted se encuentra un gobierno que tiene una visión diferente, como el gobierno de Luis Guillermo, los que estaban antes en la línea distinta buscan aprovechar el tiempo.
¿Por qué quiere el ICE entrar en construcción de obras fuera de lo eléctrico?
- Cuando un país ha desarrollado esas capacidades, no debe perderlas. Otros países las han utilizado en desarrollar obras externas. Desde el punto de vista constitucional, el Estado es unitario y las instituciones solo se distribuyen responsabilidades. Una cosa es el MOPT, otra es el ICE y otra es Acueductos, pero tienen elementos comunes: empleados especializados en manejo de proyectos, por ejemplo. ¿Por qué no hacer convenios para intercambiarse ayuda? Las reglas de juego son las mismas. Hay muchas destrezas dentro del Estado ¿Por qué no apoyar a otras entidades con las destrezas que hemos desarrollado?
¿No es eso cruzar competencias?
- No estamos invadiendo competencias. Yo al apoyar a Acueductos lo apoyo en el cumplimiento de responsabilidades, en sus competencias legales, en las funciones que ellos determinan. Yo no voy a definir si hago un acueducto o no. Si el país demanda obras, ¿por qué el ICE no va a ayudar? Y lo hacemos desde un convenio sin interés de generar ganancias; lo hacemos al costo, porque es por el bien de los costarricenses.
Y así utilizan la planilla institucional. ¿No?
- No, no es que necesitemos utilizar gente que tenemos de vagabunda en el ICE. No. La gente de proyectos es gente que se contrata para ejecutar un determinado proyecto y cuando se acaba el proyecto, se liquida a todos. Si se hace obra, los contrata después. Eso no afecta en nada la tarifa; es incorrecto que las tarifas se vayan a incrementar por tarifas.
¿El trabajo de supervisión de la carretera Cifón-La Fortuna no es con planilla de proyectos o fija?
- No, hay algunas personas de la planilla permanente, pocas, porque tienen disponibilidad de hacerlo. Los utilizo y eso más bien me reduce el cargo hacia la tarifa de electricidad. Lo que más usamos es personal contratado para el proyecto, que trabajan en esa obra como pueden trabajar en cualquiera otra. Cuando esa gente no sea necesaria para esta tarea de apoyo a Conavi, se liquida.
Si esto no genera ganancias al ICE, si tampoco se aprovecha planilla propia y si además eso le abre un frente de conflicto: ¿por qué insistir?
- Precisamente porque hay una deuda grande en obras de infraestructura para el país. Son necesarias en el concepto unitario del Estado. Es satisfacer necesidades del Estado con personal competente que se requiere menos en obras eléctricas. Nosotros hemos hecho 200 km de carreteras y el suelo costarricense es igual. Si se maneja la topografía en un lado se maneja en el otro, igual la geología, la estabilidad de taludes, de geotecnia, manejo de aguas, drenajes adecuados… ¿Cuál es la diferencia?
¿Tiene planilla disponible? ¿Capacidad ociosa?
- Cuando una empresa eléctrica va disminuyendo actividades en su país y busca diversificarse para aprovechar el know how que se tiene. Terminan haciendo otros tipos de obras, de manera comercial o para apoyar el Estado. O descarto la experiencia de algunos grupos o la uso para beneficiar el país. Yo forma parte del mismo gobierno. Somos un equipo.
Usted habla de un Estado unitario, pero la Contraloría es parte de ese Estado…
- Una cosa es el Estado unitario y otra cosa son las personas, que pueden tener criterios diferentes. Hemos tenido algunas diferencias con la Contraloría, como en Sifón-La Abundancia porque consideramos que actuaron sobre una denuncia sin fundamentación jurídica, según nuestro punto de vista. Por eso el recurso de medida cautelar y la demanda, porque creemos que tenemos razón.
¿Las personas? ¿El problema es doña Marta Acosta y otras autoridades?
- Mire, no lo sé ni me gustaría personalizar. Confío en que son solo divergencia de criterios totalmente honestos y responsables.
¿No se han filtrado criterios políticos en esas valoraciones de la Contraloría?
- Eso tendría que preguntarlo en la Contraloría. Yo no quiero suponer si hay política o no; solo digo que no compartimos esa opinión de la Contraloría y si no, para eso están los tribunales. Yo quiero creer en los órganos del Estado.
¿Cree en ellos?
- Quiero creer y seguir creyendo. Cada funcionario debe ser fiel a las leyes y reglamentos. Tengo razones para pensar que hay criterios errados de algunas personas, aunque también en este país hay gente que quiere que el ICE no exista.
¿Quiénes?
- Usted sabe que yo como jerarca público no puedo señalar los nombres, pero sí hay grupos y personas.
¿Son muchos?
- Diay, llevan años generando polémica en lo de apertura eléctrica por 30 años. Han sido muy consistentes.
¿Dónde se manifiestan esas intenciones?
- Hay criterios de la prensa que me parecen sesgados. No digo nombres, pero eso lo veo.
¿Pueden ser también criterios discordantes, como dijo refiriéndose a la Contraloría?
- No, no, algunos medios de comunicación representan los intereses de grupos de poder y son consistentes en que el ICE debe reducir su campo de acción.
¿Y si al país le conviniera un ICE más concentrado y ágil y pequeño? ¿No cree defender también una posición ideológica?
- Definitivamente tengo una posición que podría ser ideológica, pero la veo más bien como un aprendizaje en el tiempo, en el que he visto que el Estado debe participar en el desarrollo de obras y en el beneficio social.
También hay grupos de poder ahí dentro, con los sindicatos. ¿Piensan ellos ahora en el beneficio del ICE?
- Yo diría que muchos de ellos representan a los empleados verdaderos y, como tales, piensan en el bien de la institución, que colaboran en la buena operación del ICE. Los sindicatos se fortalecieron mucho cuando hubo conflicto entre el ICE y el mismo Gobierno central. Los trabajadores se sintieron amenazados en lo laboral y una mayoría compartían la idea de que era necesario defender a la institución en el Combo, junto a otros grupos de la sociedad. Ahora bien, hay personas que pueden utilizar el sindicalismo para intereses personales y de ahí el conflicto, o que están muy metidos en la política.
¿Puede confiar en la defensa del Frente Amplio hacia el ICE?
- En Frente Amplio tenemos personas que creen en la función del Estado, pero como la mayoría de grupos políticos es muy desagregado o disperso; no tiene una visión homogénea. La prueba es que ahí está Jorge Arguedas, que se ha vuelto un enemigo del ICE.
¿Son necesarias reformas legales para entrar en construcción?
- Usted sabe que hay diferentes criterios de los abogados, pero lo hemos analizado con nuestra Dirección Jurídica y la conclusión es que existen las condiciones para hacerlo. Si no, no hubiéramos intentado hacer nada.
Pero lo que hacen ahora no es construcción; es supervisión de obra.
- No, porque no existe un artículo específico, pero al analizar la integralidad de las leyes, concluimos que sí es viable hacer obra pública, más allá de supervisión. Simplemente lo que hay es temor de algunos sectores que nos metamos en eso.
¿Cuáles sectores?
- Los que han estado en la construcción. Ahí está la Cámara de la Construcción, tiene temores y considera que la participación del ICE es injusta. Todavía no ven al Estado haciendo obras, como lo hizo el MOPT en el pasado; el Estado debe tener una capacidad básica de hacer.
¿Dice que estos mismos sectores están contentos con que el MOPT ya no construya y temen que el ICE les quite una parte del pastel?
- Posiblemente estén pensando en esa forma. Se piensa en las grandes constructoras, pero vea que Sánchez Carvajal está muy satisfecho con el acompañamiento del ICE al Conavi en la carretera a San Carlos, porque les ha permitido ser más eficientes.
Pero ahora no es una amenaza para ellos.
- Siempre alguien puede ver como amenaza a una institución del Estado que trabaja al costo. En este país faltan tantas obras, que hay trabajo para todos.
¿Veremos una primera obra externa del ICE en este gobierno?
- Esperaría que sí. Debería ser, si somos racionales. Soy optimista y sé que el Poder Ejecutivo está de acuerdo. En lo jurídico creemos que es posible.
Finalmente sí parece haber un asunto del manejo de planilla.
- No, mire, hay una planilla institucional, que se encarga de toda la operación y mantenimiento de las obras de electricidad y telecomunicaciones, además de administración y finanzas. Es planilla con costo a la tarifa eléctrica o de telecomunicaciones. Es la planilla que hemos ido optimizando a través del tiempo, de tal forma que ahora tenemos una cantidad de trabajadores similar a la que había en el 2007, unos 14.200. Bajamos 2.500 personas desde el 2011. Otra planilla es la de proyectos, que se ha reducido de 8.000 personas a casi 4.000, porque hay menos obras, y podría llegar a reducirse más. Al no existir determinadas obras, no se requiere esa gente.
En la resolución de la medida cautelar de junio sobre la carretera a San Carlos, se dijo que el ICE atraviesa un momento de cuidado en lo financiero. ¿Podemos detallarlo?
- Si tiene disminución de ingresos, debemos disminuir gastos. En el sector eléctrico es estable, aunque tiene circunstancias en que se dan menos ingresos, como cuando se disminuye la venta de energía por un estancamiento del mercado. Hace muchos años no tenemos decrecimiento del mercado, pero ahora va creciendo a una tasa inferior. El ICE tiene que ir siempre ajustándose. Por eso las movilidades laborales y la disminución de 2.500 personas que podrían ser más, para mantener la solidez de la empresa.
¿Diríamos que el ICE está frenado?
- Simplemente se está estabilizando en momentos en que se estancan los ingresos después de que venían creciendo. También han entrado cooperativas y empresas municipales con generación propia. La planilla, aunque no crezca, sí crece en valor por las antigüedades y otros beneficios; entonces tengo que actuar sobre esos gastos para garantizar la sanidad de la empresa. Estamos en vigilancia continua.
¿No ve venir una nueva escalada de propuestas de apertura eléctrica?
- Siempre ha habido sectores que buscan esa apertura y los seguirán habiendo. No sé si ganarán en el futuro, pero nosotros tenemos bajo control la parte de electricidad, satisfaciendo necesidades de demanda; si se diera el cambio en un escenario lejano, pues tendrá que adecuarse a ese mercado. Sería adecuarse o perecer, como hicimos en telecomunicaciones.
En telecomunicaciones lo que ha pasado es la pérdida de muchos clientes.
- Es que teníamos el 100% y se abrió el mercado; pasó lo lógico. En América Latina desaparecieron todas las empresas estatales en telecomunicaciones, excepto en Uruguay y el ICE. Cuando se dio la apertura La Nación decía que en menos de un año íbamos a perder el 50% del mercado… Bueno, llevamos seis años y perdimos un 40%.
¿Atribuible a qué?
- A que hemos estado mejorando el sistema, aunque siempre nos falta y los clientes sean cada vez más exigentes. Además, la gente es muy fiel con el ICE y a veces nos perdonan algunos pecados como los tiempos de atención y las vías de atención y de averías, en lo que estamos trabajando.
