País Proyecto de Reforma Fiscal

Huelga logró frenar impulso del plan fiscal en el Congreso

A pesar de la vía rápida con la que se tramita el proyecto fiscal, los discursos de pausa y de diálogo con los sindicatos aparecieron en el Congreso.

La huelga general de los sindicatos logró por fin algunos réditos en los pasillos legislativos: los discursos de diálogo afloraron en los principales partidos de oposición, los cuales se declararon dispuestos a “desacelerar” el trámite del proyecto de reforma fiscal si el Gobierno decide sentarse a negociar con los trabajadores, siempre y cuando estos depongan el paro.

A pesar de la vía rápida, el ritmo veloz que tenía el trámite del proyecto se frenó en los últimos días, marcados por la cautela dentro del Congreso y por las manifestaciones en sus calles aledañas.

Sin embargo, la petición de fondo exigida por los sindicatos no fue atendida (ni parece que pueda serlo).

Ellos habían solicitado retirar por completo el plan fiscal de las discusiones legislativas, algo que es inviable, pues el texto se tramita con un procedimiento abreviado, lo presentó el gobierno anterior y actualmente la Asamblea desarrolla sus sesiones ordinarias, en las que el Ejecutivo no tiene mayor injerencia.

No obstante, el término “diálogo” se encendió y podría marcar las discusiones en las próximas semanas, en medio de un periodo de pausa obligatorio que deberá tomarse la presidenta legislativa, Carolina Hidalgo, para declarar la admisibilidad de las últimas 373 propuestas para realizar las últimas modificaciones al texto.

Entre tanto, los partidos Liberación Nacional (PLN) y Restauración Nacional (PRN), principales bancadas de oposición con 17 y 14 escaños respectivamente, externaron su visto bueno para desacelerar el proceso, aunque censuraron las protestas y pidieron detenerlas.

Por el lado del PLN, el discurso fue enérgico, de “repudio” hacia las acciones sindicales contra la libertad de tránsito y algunos servicios esenciales; mientras que el PRN se enfocó más bien en atacar la falta de canales de diálogo como una supuesta falla del Gobierno.

De cualquier manera, el llamado a diálogo fue compartido y especialmente contundente por parte de los liberacionistas, una bancada que –a diferencia de la restauracionista– apoya abiertamente la reforma fiscal y cuyos votos serían esenciales para una eventual aprobación.

En esa línea, el jefe de fracción del PLN, Carlos Ricardo Benavides, aseguró que la propuesta de su partido sería detener por un momento las negociaciones, aunque con la condición intacta de que los grupos sindicales pongan fin a su huelga.

Esa propuesta fue analizada de buena manera por el jefe de fracción oficialista del Partido Acción Ciudadana (PAC), Víctor Morales. Sin embargo, deja cabos sueltos, ya que la incidencia que podrían tener las negociaciones en el proyecto fiscal sería reducida. El proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas está a días de entrar a su fase final en el Plenario legislativo, donde se presentarán sus últimos cambios y luego se votará.

¿Pausar el proyecto?

“El trámite legislativo no debe servir como una excusa para creer que no hay un espacio suficiente para conversar. Nuestra decisión es que el Gobierno y los sindicatos, como tienen la obligación, realicen el diálogo que corresponde. Siempre y cuando se depongan las medidas de presión y la huelga, la Asamblea Legislativa podría hacer el espacio razonable y suficiente para que eso ocurra entre las partes (…) Nosotros creemos que debe haber un estado ya de calma, de serenidad y de paz en el ambiente”, Carlos Ricardo Benavides, PLN.

“Nos complace porque en ninguno de los casos se está hablando de retirar, de dejar de avanzar o de desconocer el proyecto fiscal en esta Asamblea Legislativa (…) Lo que plantea el PLN podría permitirnos alcanzar el objetivo que todos queremos, que es que este proyecto salga, dentro de un espíritu de diálogo y negociación con todos los actores y todas las fuerzas posibles”, Víctor Morales Mora, PAC.

Una pausa providencial

Junto con los llamados al diálogo y la ebullición de la huelga, el plan fiscal además encontró un momento de pausa obligatorio.

Desde este martes, la presidenta legislativa Carolina Hidalgo deberá seleccionar cuidadosamente cuáles mociones de reiteración admite de las 373 que propusieron los diputados.

Este proceso de admisibilidad es especialmente importante porque cada propuesta debe cumplir varios requisitos muy específicos, al tratarse de reiteraciones de viejas propuestas y los últimos cambios que podrían realizarse.

Asimismo, la regulación del procedimiento abreviado mediante el que se tramita el proyecto estableció límites muy específicos, como que los diputados solo podrían reiterar una moción para afectar cada artículo o que también podrían presentar una sola moción para introducir uno o varios capítulos.

Ante este tipo de advertencias, la diputada Hidalgo señaló que se tomará su tiempo para evitar cualquier vicio posible, pues las “valoraciones técnicas” así lo ameritan.

Igualmente, la presidenta recordó que el procedimiento “no tiene un plazo establecido específico”, por lo que podría extenderse los días que ella considere necesarios.

Lo cierto es que la pausa además llegó al mismo tiempo que las gestiones sobre la mesa entre sindicatos y Gobierno, sin saber a ciencia cierta si el trámite del plan fiscal se frenará por petición de los diputados o si el diálogo no frenará el proceso de la huelga.

Posiciones se mantienen

Un dato nada despreciable que confirmaron los jefes de fracción del PLN y del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Carlos Ricardo Benavides y Erwen Masís, es que los apoyos de sus bancadas al proyecto fiscal siguen intactos.

Según comentaron ambos, las fracciones que dirigen consideran que una solución fiscal es necesaria, por lo que cualquier propuesta que hagan no representa una negociación por votos ni mucho menos.

No obstante, en el PLN existen dudas sobre la uniformidad de los criterios, como las que desembocó la reciente posición de la diputada puntarenense Franggi Nicolás, quien dijo no estar del todo segura de su posición en relación con el plan fiscal e, incluso, se reunió con representantes sindicales el lunes a pesar de que su partido había tomado la decisión de no hacerlo.

Por su parte, en el PUSC la situación es similar, pues, si bien el diputado Masís señaló que siguen en su mayoría convencidos de que el plan “tiene que continuar como parte de uno de los ingredientes para que el país siga adelante”, hay pequeñas diferencias de criterios que tendrán que resolverse para salir en bloque.

El socialcristiano aseguró que “sería muy lamentable” no votar favorablemente el proyecto “principalmente para quienes están en las calles”, pues, “si se viniera una crisis, los recortes tendrían un impacto muy fuerte, especialmente en las clases más necesitadas”.

Los legisladores del PLN, del PUSC y de los oficialistas del PAC suman un total de 36 votos, siete más de los que se requieren para aprobar la iniciativa cuando llegue a la votación en primer debate.

Opuestos sigue –más tibiamente– el PRN, cuyo jefe de fracción, Carlos Avendaño, aseguró que tomarán la decisión de apoyar o no la iniciativa más adelante. También se mantiene en contra la mayoría de los diputados de fracciones minoritarias, con excepción del independiente Erick Rodríguez, economista que ha calificado como necesaria la aprobación de la reforma.

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