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Henning Jensen: “Necesitamos pruebas más contundentes y sólidas”

Rector afirma que no puede tomar medidas contra profesores y señalados de relaciones impropias con estudiantes en Guanacaste, pese a que regañó verbalmente a director de la Sede por obstruir la investigación
  • Rector afirma que no puede tomar medidas contra profesores y señalados de relaciones impropias con estudiantes en Guanacaste, pese a que regañó verbalmente a director de la Sede por obstruir la investigación.

Transcurren casi tres años desde que las primeras denuncias por prostitución, trata de personas y tráfico de drogas llegaron a oídos de las autoridades de la Universidad de Costa Rica (UCR).

A pesar de que tanto el OIJ como la misma Universidad han investigado al respecto, no han habido sanciones para las personas señaladas. Sin embargo, el tema vuelve a tomar relevancia tras una nueva denuncia interpuesta ante el OIJ por la Vicerrectoría de Docencia en marzo, ante supuestos hechos de violación contra estudiantes, pero que ocurrieron fuera del campus.


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Ya la policía judicial había investigado en el 2017 a varios profesores por supuestas relaciones impropias con estudiantes. Esa pesquisa no encontró pruebas de delitos, pero sí advirtió de aparentes faltas administrativas. Aunque la oficina de Seguridad de la UCR también investigó, los resultados tampoco acarrearon sanciones.

De estos temas tiene conocimiento el rector de la UCR, Henning Jensen, quien insiste en esperar el segundo informe del OIJ. Jensen afirma que se necesitan pruebas “más contundentes y sólidas” para tomar decisiones drásticas en cuanto al personal docente en Guanacaste.

Este es un extracto de la conversación telefónica que UNIVERSIDAD sostuvo con el jerarca de la UCR.

Don Édgar (el director de la Sede) brinda toda la información de la red, pero su pronunciamiento oficial con el Consejo de la Sede niega esto. Dice que ahí no está pasando nada de trata de personas o tráfico de drogas. ¿Qué le parece?

— Bueno, sí, pero precisamente por esas declaraciones nosotros brindamos este caso al OIJ, porque el OIJ es quien puede hacer una investigación criminal. Recurrimos a la instancia competente, no tenemos esa posibilidad investigativa.

¿Qué daño a la institucionalidad de la Universidad le puede hacer el hecho de que el mismo director de la Sede figurara en la lista de sospechosos en 2017 y fuera señalado por varios testigos de, supuestamente, tener relaciones con estudiantes? ¿Le preocupa que él sea quien encabece este mensaje de denunciar?

— Sí, claro que esas cosas me preocupan, pero yo tengo que proceder de la manera más adecuada en un doble sentido. Se debe seguir un debido proceso y en el sentido de proteger la investigación que se está llevando a cabo.

¿Qué es lo que tiene que pasar para que haya una intervención de la Sede de Guanacaste?

Lo que tenemos que esperar con mucha prudencia es el informe que en su momento presentará el Organismo de Investigación Judicial y la Fiscalía de Género. Esto no solo está en el OIJ sino en el Ministerio Público.

¿Se refiere a un segundo informe?

—Sí, es uno nuevo.

La Comisión dice que este señor Édgar Solano está obstruyendo la investigación…

—Es un informe pedido por la Vicerrectoría de Docencia, lo conocemos.

¿Usted habló con él sobre esa posible obstrucción?

—Sí, verbalmente le he llamado la atención. Le he dicho que no es aceptable ningún tipo de obstrucción de las investigaciones y evaluaciones que hace la Rectoría a toda esta situación.

En marzo se reactiva una investigación que se había caído en 2017, ¿qué ha hecho Rectoría después de esto?

—Estamos haciendo una campaña de prevención del acoso sexual. Ha sido muy intensa y amplia. Ha tenido una gran participación de la comunidad estudiantil de la Sede de Guanacaste, es un paso importante.

En una conferencia de prensa en la sede de Guanacaste del pasado 4 de julio, el rector Henning Jensen habló sobre una problemática de acoso sexual en esa sede, sin embargo, minutos después reveló que también se investiga prostitución y tráfico de drogas. Foto: Laura Rodríguez.

 

¿Existe una campaña de desprestigio hacia la Sede Guanacaste?

—No hay absolutamente ninguna campaña de desprestigio.

¿Por qué el director de la Sede le bajó el perfil a este tema en el pronunciamiento?

—Esas afirmaciones fueron transmitidas efectivamente, pero a esas afirmaciones le hacen falta el aporte de pruebas.

¿De qué tipo?

—Bueno, por ejemplo, es cierto que el director dice esas cosas, pero no señala nombres ni circunstancias. No aporta las pruebas correspondientes, tampoco se las aporta al OIJ. El OIJ está en una situación tan carente de pruebas que la investigación aún no ha podido llegar a conclusiones que sean fehacientes, o al menos no han sido transmitidas a la Rectoría.

¿Qué se está haciendo para proteger a la comunidad estudiantil?

—Tenemos muchísimas acciones en todas las sedes. Hemos organizado grupos de estudiantes y profesores. Ha sido abordado con mucha consecuencia. Lo que pasa es que usted quiere que nosotros tomemos una acción que no estaría suficientemente justificada. Se lo dije cuando hablamos en Liberia: nosotros necesitamos pruebas más contundentes y sólidas. Si se está hablando de situaciones delictivas o criminales, necesitamos que sean los organismos del Estado los que nos provean de las pruebas correspondientes, porque nosotros no tenemos un organismo de investigación judicial. Otros docentes han sido sancionados y están en la lista que se le proporcionó al Semanario UNIVERSIDAD, pero ya han sido oportunamente sancionados.

Uno pensaría que, por sentido común, si a un docente lo denuncian por acoso sexual podría tomarse alguna medida cautelar y evitar que estas personas estén cerca de estudiantes…

—Fíjese que el sentido común no siempre puede ser aplicado. Podemos ser expuestos a procesos judiciales. La misma publicación de la lista de las personas sancionadas por hostigamiento sexual ha conducido a que la UCR esté siendo llevada a los tribunales por tres personas que se sintieron ofendidas. En estas cosas tenemos que actuar apegados a la ley.

¿Usted mantiene que no entregará los expedientes de acoso?

—La Defensoría de los Habitantes recomendó explícitamente que no se entregaran los expedientes. Por más que se tachen datos, hay muchos otros que pueden revelar la identidad de la víctima, la razón es la protección de las víctimas.

¿Cómo debe proceder la Universidad cuando se descubre con pruebas que un docente y una estudiante tienen una relación amorosa?

—Es que depende de qué relación amorosa. Hay relaciones amorosas legítimas. Hay casos en nuestra universidad de estudiantes que se casaron con profesores.

Claro, pero eso fue en otro tiempo, ¿cómo sería ahora?

—Sí pero usted me habla de relaciones amorosas. El amor es importante en la vida humana. Si hay dos personas que tienen una relación amorosa, eso es otra cosa. Estamos hablando no de amor, sino de hostigamiento sexual. En el hostigamiento sexual hay un ejercicio de poder y de violencia. Hagamos la diferencia.

¿Cómo se dibuja ese límite si una estudiante está saliendo con su profesor y siente que es una relación entre pares?

—Claro, por supuesto, hay una diferencia. Hay una brecha de poder entre el profesor y la alumna. La diferencia está dada cuando hay un ejercicio de poder que va acompañado de coacción. El hostigamiento sexual implica una “violentación” de los derechos de una persona. Si es público y notorio que existe ese ejercicio de coacción y acoso entonces la Universidad debe tener las herramientas para poder poner fin a esa situación, para ello tenemos un reglamento y una Comisión de Hostigamiento Sexual, no podemos actuar arbitrariamente. Ahora bien, tenemos que agilizar esos procesos y proveer a las autoridades universitarias los recursos normativos para intervenir de una manera más expedita.

Por ejemplo, si una estudiante mayor de edad tiene una relación con un docente de la UCR, en donde ambos sienten que es una relación de pares sin violencia, ¿la Universidad no tiene problemas?

—Si se da una relación amorosa auténtica.

¿Cómo se mide eso?

—Eso es algo subjetivo, está en las vivencias de las personas.

¿No está implícita la relación de poder al ser un profesor con una estudiante?

—Siempre hay una brecha de poder.

¿Cómo se podría permitir entonces una relación entre ambos?

—Debemos partir de que una relación afectiva entre profesores y estudiantes no debería de darse, pero son seres humanos que pueden desarrollar sentimientos legítimos entre sí. Usted lo puede investigar, en la Universidad de Costa Rica hay parejas de personas que se conocieron así. Hay que dar un espacio al desarrollo de sentimientos legítimos no mediados por el poder. Yo no legitimo ese tipo de relación, pero es una relación que puede darse, y nosotros, como seres humanos, creo que tenemos que entender la complejidad de la vida afectiva.

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