País Haydée Rodríguez, viceministra de Aguas y Mares

“Hay que hacer cambios severos en el aprovechamiento de los mares”

Gobierno impulsa el concepto de “economía azul” en busca de un maridaje entre la conservación y el aprovechamiento económico de los mares.

Se considera una “optimista empedernida”, pero reconoce que la creciente amenaza a la biodiversidad marina socava esa actitud.

La designación de Haydée Rodríguez como viceministra llamó la atención pues, desde su anterior faceta de gerente de incidencia política de la Fundación MarViva, había manifestado puntuales críticas a la gestión de la administración Solís.

Fue vehemente sobre temas como la eliminación del Consejo de Representantes de Autoridades Científicas acorde con la Convención Internacional sobre el Comercio de especies Amenazadas de Flora y Fauna (CRAC–Cites) y el otorgamiento de sus potestades al controvertido Instituto de Pesca y Acuicultura (Incopesca).

En entrevista con UNIVERSIDAD se refirió a esos temas y a otras deficiencias en la gestión de los recursos marinos y costeros señalados en el último Informe del Estado de la Nación.

Ante la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa, habló de “romper el paradigma de dividir la conservación y el aprovechamiento de los recursos y construir una visión de economía azul”. ¿De qué hablamos cuando hablamos de economía azul?

–Uno de los grandes retos que he encontrado en estos siete meses, y de la experiencia previa en temas marinos, es que hemos visto esa separación tan grande entre aprovechar el mar -sobre todo con el énfasis en recursos pesqueros- y la parte de conservar, enfocados por ejemplo en zonas donde no se pueda pescar. Siempre ha habido una lucha entre estas dos tendencias y mucho de lo que hemos tratado de hacer es acercarnos al Incopesca y al Ministerio de Agricultura (MAG), y plantear juntos una visión común.

Cuando hablo de economía azul me refiero a un modelo de aprovechamiento del mar en donde se den varios elementos: primero, que tomemos en cuenta todos los usos que se dan en el mar, no solamente la pesca, sino el transporte, conservación o turismo. Segundo, que se pueda crear un portafolio de inversiones que permita que las comunidades sean beneficiarias directas de las ganancias y llevar progreso y desarrollo.

Tenemos necesariamente que pensar en que queremos mares sanos, limpios y resilientes. Ahí entra el componente de cómo hacer el aprovechamiento con una visión a largo plazo, en donde ordenemos todas esas actividades que se dan en el mar, reconozcamos todos los servicios ambientales que el mar nos brinda y podamos tomar decisiones informadas en la ciencia y la técnica.

En el caso de Incopesca, se ha dicho que es “el zorro cuidando el gallinero”. ¿Qué tan buena recepción ha encontrado en Incopesca y MAG?

–Por primera vez en mucho tiempo, tenemos una administración en la que todos -por lo menos a nivel de jerarquía- pensamos que hay que hacer cambios severos en el aprovechamiento de los mares para asegurar que sean sanos y que podamos traer desarrollo a las comunidades costeras. Esta es una oportunidad de lujo, tenemos a Moisés Mug (presidente ejecutivo de Incopesca), que comprende el lado científico y técnico de la gestión pesquera y está impulsando cambios importantes.

La aspiración nuestra es llegar a ver dentro de unos años cuáles han sido todos los beneficios de la conservación marina, precisamente para el desarrollo costero de las comunidades.

Nuestra tarea es crear todas esas bases de información científica, técnica, y económica, que permitan que el sector pesquero, las comunidades pesqueras y todos los otros usuarios del mar se den cuenta de los beneficios de movernos hacia un esquema más sostenible donde conservación y aprovechamiento se muevan juntos.

Uno de los temas criticados a la administración anterior –al que usted se refirió estando afuera– fue el del CRAC–Cites, se determinó por decreto que en su lugar es el Incopesca el que decide sobre la exportación de especies amenazadas, sobre todo de tiburón. ¿Por qué no se ha emitido un decreto que elimine esa disposición?

–Porque hemos trabajado durante todo este tiempo con Incopesca, hemos visto que los dictámenes que se han emitido de tiburón sedoso y zorro tienen medidas que tenemos que implementar, y desde Sinac y Minae damos apoyo para que se implementen. Para nosotros es muy importante la conservación del tiburón y consideramos que debe ser tratado como especie de vida silvestre.

Hay sectores empecinados en impulsar la pesca de arrastre de camarón. El ministro de la Presidencia fue a Puntarenas y llegó a acuerdos con el sector, incluso regresó para dar seguimiento. Parece que se le pasa por encima a su viceministerio.

–Hemos participado desde el inicio en muchas de estas mesas de diálogo. Si bien en algunos casos no hemos estado directamente con los pescadores, sí hemos estado informados y tanto el señor ministro (de Ambiente) como Presidencia han estado en coordinación sobre cuáles son esos acuerdos.

Nuestra posición siempre ha sido que las decisiones en materia pesquera tienen que estar sustentadas desde el punto de vista científico y técnico, y en este caso del ministro como rector de los mares -no del sector pesca- es quien marca la cancha de cómo hacer esta gestión y asegurar los mares sanos y limpios.

Preocupa el tema de la capacidad de vigilancia, se ha dicho que no hay control de las descargas en muelles, pero tampoco en el mar y entra el contexto de la crisis fiscal. ¿Con qué optimismo o pesimismo ve usted que se pueda cumplir con una efectiva vigilancia de los recursos marinos?

–Soy una optimista empedernida, a pesar de los retos que tenemos en la administración.  Necesitamos aumentar la cantidad de guardaparques, darles mejor calidad de vida y condiciones porque son los que se ponen la camiseta defendiendo nuestro capital natural y nuestros recursos. Sin embargo, tenemos una herramienta importantísima que queremos fortalecer, que es la tecnología. Existen plataformas que ya funcionan con sistemas satelitales, es cuestión de juntar todas las piezas y elevar el potencial que tenemos para vigilar el 92% de nuestro territorio, que no es tarea sencilla pero es nuestra responsabilidad y el momento de hacerlo.

Hay temas puntuales como la plaga del pez león en el Caribe, o el pez sierra que se pensó estaba extinto. Se suman los tiburones y las tortugas, también en peligro de extinción. Se ha dicho que enfrentamos una extinción masiva de biodiversidad. ¿Qué tanto siente usted que ese contexto afecta la riqueza natural marina nuestra?

–Ese es el punto en que dejo de ser tan optimista. El 92% de nuestro territorio es mar, con una biodiversidad increíble que ni siquiera hemos terminado de analizar, ya no solamente tenemos eventos de sobreexplotación de recursos pesqueros -precisamente por esta falta de información científica y técnica-, sino problemas de contaminación por plásticos y a eso se suma el reto gigante del cambio climático.

Un modelo como la economía azul debería colocar todos estos factores en la mesa y permitir tomar decisiones ante el cambio climático, la acidificación o la migración de especies, incluso relacionadas con pesca. Debería permitimos repensar cuál ha sido el rol de las áreas marinas protegidas en estos años, o incluso crear corredores que permitan proteger algunas especies importantes para nosotros.

Nos toca tomar acciones ya urgentes. El ordenamiento espacial marino es una herramienta compleja, en el mar tenemos que trabajar en superficie y toda la profundidad, además de cuáles son las implicaciones para comunidades costeras. Puede reducir los impactos en especies claves y potenciar el desarrollo costero.

¿Cómo ve la evolución de la salud de los mares costarricenses en el contexto de cambio climático? Nuestra propia economía depende en un 72% de hidrocarburos, ¿cómo se supone que vamos a ser carbono neutrales en dos años?

–Vamos a ser una economía descarbonizada. Buscamos acciones rápidas, tenemos que integrar toda esta visión de cambio climático en el mar, es uno de los retos que asumimos en esta administración.

El futuro de los mares todavía se nos presenta como un lienzo en blanco, no es tan tarde, tenemos una larga lista de alertas que nos dicen que hay que actuar ya. Estamos sobreexplotando, sobrepescando, utilizando mal los espacios marinos, vemos únicamente algunas actividades, utilizamos artes de pesca no sostenibles, dejamos por fuera ciencia y técnica de la toma de decisiones, no tenemos espacios de gobernanza establecidos, pero tenemos toda la posibilidad de crear esta visión país en conjunto de conservación y aprovechamiento con un nuevo modelo, la economía azul, en donde integremos cada uno de esos aspectos y asegurarnos de que vamos a tener mares más sanos, limpios y resilientes para las futuras generaciones.

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