País

Grupos organizados reclaman por abandono de Limón y critican operación de APM Terminals

El reciente colapso de la Ruta 32 y el ingreso a la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) a cargo de APM Terminals genera fuertes críticas a la concesión mientras Limón se ahoga en pobreza y desempleo.

Las interminables presas de camiones y vehículos que se disputan día a día el espacio en la Ruta 32 para entrar o salir de Limón volvieron a poner las luces de la crítica sobre la operación de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), sobre la cual ciudadanos y organizaciones cuestionan su eficiencia y el beneficio que recibió al final la población limonense.

El colapso de la ruta entre el 18 y 19 de marzo, principalmente a la altura del ingreso de la TCM, puso nuevamente a prueba la paciencia de decenas de transportistas y de muchos limonenses que han visto multiplicarse las horas de tránsito desde y hacia la principal ciudad del Caribe costarricense.

Los retrasos en la operación del puerto fueron explicados tanto por la empresa APM Terminals como por el propio ministro de Obras Públicas y Transportes, como consecuencia de una serie de accidentes en carretera que se sumaron al mal clima en el mar y provocaron atrasos en la atención de los barcos.

“Mucha gente perdió las citas para entrar al muelle y eso generó una situación. Además de que se unió con oleajes muy fuertes, de manera que hubo una coincidencia de circunstancias”, comentó Mendez Mata a la consulta de UNIVERSIDAD.

Sin embargo, dirigentes como el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Japdeva (Sintrajap), Antonio Wells, aseguran que los colapsos en la 32 no son eventos aislados y lo atribuyen en buena parte a lo que apuntan como “ineficiencia” en la operación de la TCM.

“Hoy APM está despejado (25 de marzo), pero hay momentos en que se colapsa todo. Lo que pasa es que APM tiene solo dos puestos de atraque, mientras que nosotros en Japdeva tenemos 10 y a veces teníamos de 4 a 6 barcos al mismo tiempo, pero ellos solo pueden atender a dos, además de que son muy lentos”, afirmó.

De esto dan fe los transportistas, quienes el día del colapso se quejaban ante el medio local Limón TV sobre las largas filas de acceso al puerto y las más de 4 horas que les tomaba solo llegar de San José a Moín, a lo que se sumaban otras 5 horas para llegar a recibir o entregar su carga.

Sobre estas críticas se envió una consulta por escrito a APM Terminals, la cual se nos indicó sería atendida en los próximos días.

Al igual que Wells, el exdirigente de Sintrajap y ahora integrante del Bloque Cívico Social de Limón, Danilo Powell, aseguró que muchas promesas se hicieron a Limón alrededor de esta concesión de la TCM, pero los resultados no han sido positivos para los limonenses.

“El gobierno nos indicó que antes de iniciar APM nos iban a construir el hospital, pero no pasó. No tenemos especialistas”, reclamó Powell quien aseguró que el Hospital Tony Facio está ubicado a manera de “rompeolas” en caso de un maremoto y fue pensado para atender a unas 10.000 personas, mientras que el cantón de Limón hoy tiene una población cercana a los 100.000.

De este Bloque Cívico y Social, Powell comentó que se han reunido varios exdirigentes y pensionados para volver a llamar la atención sobre el abandono en que vive el cantón de Limón, bajo el flagelo de la pobreza, la drogadicción, la prostitución y el desempleo.

Para este grupo, uno de los principales problemas se deriva de los despidos a los que ha sido forzado Japdeva tras la entrada en operación de la TCM, sobre la cual Powell opina que debe haber una “decisión política” para que se devuelva a la institución limonense la posibilidad de recibir carga en contenedores, pues afirman que APM Terminals no da abasto.


Exmuelleros de Limón y Moín reclaman al Gobierno una indemnización por sus despidos en 1995, pues aseguran que muchos se fueron sin recibir nada. (Foto Katya Alvarado).

Exmuelleros se organizan para reclamar indemnizaciones tras despidos en 1995

Javier Córdoba Morales

[email protected]

Un grupo cercano a los 1.000 exmuelleros se organizaron en un nuevo sindicato con el que pretenden reclamar al Estado costarricense una indemnización adecuada tras la apertura de estibadores que se dio en 1995.

Los exmuelleros aseguran que en aquel momento se prometió la creación de un fondo que se crearía a partir de un porcentaje de la carga descargada en los puertos de Japdeva, pero al final muchos de ellos recibieron poco o nada de esa indemnización.

“Fuimos echados como perros, nos fuimos sin prestaciones, se vino al suelo el trabajo, la provincia salió perjudicada, se desató mucha delincuencia porque ahí trabajaba mucha gente menor. Muchos salimos perjudicados, estamos peleando el derecho que nos correspondía”, explicó Erdi Ulloa, secretario general del nuevo grupo.

En el centro de Limón, este grupo organizó un toldo donde se empezó a recibir la documentación de cada trabajador para demostrar que fueron parte de ese grupo de muelleros y hacer una petición conjunta al gobierno.

“Se creó un fondo que recaudó para indemnizar a los muelleros y al final terminaron entregándolo a la Iglesia Católica, arreglando las aceras de limón y los que menos recibieron fueron los extrabajadores”, aseguró Danilo Powelll, del Bloque Cívico Social de Limón.


 

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