El Ministerio de Hacienda de Costa Rica reportó que, al cierre de setiembre de 2024, el país alcanzó un superávit primario equivalente al 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa aproximadamente ¢596.763 millones. Este superavit se da al calcular la diferencia entre ingresos y gastos, sin tomar en cuenta el servicio de la deuda.
Este resultado se destaca como uno de los más altos en los últimos 19 años, aunque se mantiene por debajo de los registrados en 2022 y 2023. Sin embargo, el país también enfrenta un déficit financiero significativo, lo que plantea importantes desafíos fiscales para los próximos meses, según los datos del reporte de Cifras Fiscales a Setiembre 2024 del Ministerio de Hacienda.
A tres meses de finalizar el año, los ingresos totales del gobierno alcanzaron ¢5.457.658 millones, mientras que el gasto primario, que excluye el pago de intereses, fue de ¢4.860.894 millones. Este saldo primario positivo permitió al país reducir ligeramente la relación deuda/PIB, que se situó en 59,7%, manteniéndose por debajo del 60% por noveno mes consecutivo, una señal de cierta estabilidad en la deuda pública del país.
Sin embargo, los pagos de intereses han limitado el margen de maniobra, pues ascendieron a ¢1.934.111 millones, equivalente a un 3,94% del PIB y constituyen el 35,4% de los ingresos totales, lo que “dificulta redirigir recursos hacia otras áreas prioritarias”, explicó el ministro de Hacienda, Nogui Agosta.
A pesar de estos avances, el déficit financiero sigue en aumento. Al cierre de setiembre, este déficit se ubicó en ¢1.337.347 millones, lo que equivale al 2,7% del PIB. El aumento se explica en parte por un mayor gasto en intereses de la deuda, que mostró un crecimiento interanual del 4,8%, alcanzando el 78,2% de lo presupuestado para este rubro en 2024. Además, el incremento en las partidas de remuneraciones y transferencias contribuyó a un aumento del gasto total interanual de 6,9%.
El ministro señaló que “el esfuerzo que estamos haciendo como país rinde buenos frutos y nos encamina hacia la estabilidad de las finanzas públicas «. Acosta agregó que el 35,4% de los ingresos se destinan al pago de intereses, lo cual limita la capacidad del gobierno para abordar otras necesidades de la población.
A lo largo de 2024, Costa Rica ha enfrentado la necesidad de mejorar su perfil crediticio y manejar su deuda pública con mayor estabilidad. En octubre, la agencia de calificación S&P Global Ratings elevó la perspectiva crediticia del país de «estable» a «positiva» debido a los superávits primarios consecutivos y al crecimiento en sectores clave como el turismo y las exportaciones de dispositivos médicos, lo cual ha impulsado la confianza de los inversionistas y reducido las tasas de interés en las subastas de títulos de deuda interna. “Esto se debe al esfuerzo del país por mostrar superávits consecutivos en las cuentas fiscales”, señala el informe.
El reporte de Cifras Fiscales subraya la necesidad de mantener superávits primarios sostenibles para reducir la deuda a mediano y largo plazo. La actual relación deuda/PIB del 59,7% es preliminar, ya que las proyecciones para el cierre de año, según el MFMP, sugieren un aumento a alrededor del 61%, en parte debido a la reserva de liquidez que el gobierno creó para enfrentar los vencimientos del primer trimestre de 2025.
Este fondo contribuye a un ligero aumento en la relación deuda/PIB proyectada al cierre del año, ya que la acumulación de efectivo adicional para la reserva de liquidez incrementa los compromisos financieros del país y se refleja en la cifra de deuda pública total.
El balance entre ingresos y gastos se mantiene delicado. Según el Ministerio de Hacienda, los ingresos totales mostraron un crecimiento interanual de 2,6%, explicado en gran medida por el aumento de los ingresos tributarios, los cuales crecieron un 1,3%. Sin embargo, algunos rubros, como el impuesto sobre ingresos y utilidades de personas jurídicas y el impuesto a la propiedad de vehículos, han mostrado caídas acumuladas, lo que afecta la proyección total de ingresos para el cierre de 2024.
El informe también menciona que, si bien las medidas fiscales adoptadas han sido efectivas para mejorar la percepción de riesgo del país, los pagos de deuda seguirán siendo un desafío. Según el MFMP, las necesidades de financiamiento se incrementaron a un 8,8% del PIB, principalmente por el deterioro en el balance primario y el aumento del pago de intereses. “La brecha entre ingresos y gastos, incluidos los intereses, es muy preocupante», indicó Acosta.
Costa Rica se encuentra ante el reto de seguir generando superávits que permitan reducir la deuda pública y liberar recursos para el desarrollo social y económico. Los próximos meses serán clave para evaluar el impacto de las políticas fiscales y las condiciones de financiamiento en la sostenibilidad de las finanzas públicas del país.
