Una cadena de errores e inconsistencias en la construcción de cinco quirófanos en el Hospital México provocó que el costo de las cinco salas de operación destinadas a disminuir las listas de espera en cirugía se duplicara.
Pese a que la obra está inconclusa, a la empresa constructora Vidalco ya se le pagaron ¢1.153 millones. Ahora, tras resolver el contrato (darlo por incumplido), la Caja Costarricense de Seguro social (CCSS) se ve en la obligación de salir a alquilar quirófanos en centros de salud privados, para lo que deberá invertir otros ¢1.500 millones.
Así, la seguridad social terminará desembolsando casi ¢2.700 millones y todavía no tendrá los cinco quirófanos terminados.
La crisis de quirófanos en este centro médico inició en el 2014, cuando una serie de fallos eléctricos provocaron que, de 14 salas de operación, quedaran solo seis funcionando, de las cuales apenas cuatro pueden ser utilizadas para programar cirugías y las otras dos funcionan para el servicio de emergencias.
UNIVERSIDAD conversó con el director del Hospital México, Douglas Montero, quien apunta las culpas hacia fuera de su oficina, y asegura que la constructora Vidalco es la única responsable de que no se concluyeran las obras en el tiempo, librando de toda culpa a la dirección del centro médico.
Actualmente, la construcción de los cinco quirófanos provisionales –que debió ser entregada en diciembre del 2017– se encuentra a un 80% de su totalidad, razón por la cual la Dirección de Ingeniería del centro médico se encuentra en la búsqueda de una nueva empresa para completar la obra.
De acuerdo con Montero, la nueva empresa –de la cual no reveló el nombre– iniciará la construcción en 15 días; sin embargo, aún no se ha firmado el contrato. La idea es que, en cuatro o cinco meses, los cinco quirófanos, un área de recuperación y un área de encamados para 30 pacientes empiecen a funcionar.
Mientras tanto, la dirección del Hospital México busca alquilar cuatro quirófanos en hospitales privados que puedan ayudar a disminuir la lista de espera que actualmente es de 8.777; similar a la de hace cuatro años cuando desembocó la crisis y había 8.560 pacientes en espera de sus cirugías.
Enseguida un extracto de la conversación que Montero sostuvo con UNIVERSIDAD.
¿Cuál es el estado de los quirófanos?
–Estos quirófanos debieron estar terminados en diciembre del 2017. La empresa solicitó más tiempo y se le dio hasta el 26 de mayo. Ellos solicitaron tiempo en diciembre, pero, para dar tiempo nosotros, necesitamos una justificación técnica y no la encontramos. Lo que hace falta son las conexiones y la seguridad eléctrica. Cada quirófano tiene un sistema de protección de picos, el cual es un tablero de alta complejidad que maneja todo el circuito eléctrico del quirófano. Ese sistema aún no está implementado. También falta completar el sistema de gases, guindar las lámparas del cielo y otras obras menores.
¿Cuál era el precio del contrato total? ¿Cuánto dinero le cancelaron a Vidalco?
–Lo aprobado era ¢1.449 millones y se les canceló ¢1.153 millones.
¿Hay una garantía de cumplimiento?
–Sí, cuando una empresa participa deposita un dinero. En este caso es de $127 mil, un 10% del monto. Cuando ellos terminan se les devuelve, pero en este caso no.
¿Qué dijo la empresa sobre los atrasos?
–Ellos se justificaron diciendo que los proveedores no les habían entregado a tiempo los productos. Sin embargo, el estudio que realizaron nuestros técnicos no justificaba el retraso por proveedores, pero, como faltaba poco, nosotros dijimos que era más el costo de empezar una contratación nueva que dejarlos trabajar. Por eso, los dejamos trabajar por dos más meses (a febrero 2018). No le dimos prórroga, simplemente los dejamos trabajar y ellos tenían que asumir las multas y las consecuencias por el retraso. Sin embargo, llegó febrero y tampoco lo tenían listo. Hubo una reunión con sindicatos, auditoría y representantes de la Gerencia, y ellos (constructora) dijeron que el 26 de mayo con toda seguridad entregaban los quirófanos (Algo que no ocurrió realmente).
La obra quedó en un 80%. ¿Están buscando otra constructora?
–Si Dios lo permite, en 15 días se retomaría la construcción de quirófanos. Todavía no están contratados. Se aplica un artículo del Reglamento de Contratación que es el 139k: “la Administración puede hacer una contratación directa con una empresa para evitar más daño”. Ellos buscaron a una empresa que tuviera experiencia en quirófanos. El nombre todavía no es conveniente darlo a conocer porque no se ha firmado el contrato. Es una empresa con conocimiento, bien consolidada, con buenos recursos, que ya ha trabajado con quirófanos en situaciones de crisis. Se calcula que la empresa va a durar entre cuatro y cinco meses en poner a funcionar los cinco quirófanos, un área de recuperación y un área de encamados para 30 pacientes.
¿Van a tomar acciones contra la empresa Vidalco?
–Absolutamente; ya se tomaron. Aparte de terminar el contrato, lo que corresponde es hacer una investigación administrativa a la empresa, para definir cuál es el monto que le debe a la institución por daños y, además, podría ser sancionada para trabajar en el sector público durante algunos años, según el grado de sanción que se demuestre en la investigación.
¿Cómo harán para pagar a la nueva constructora?
–Nosotros le hemos pagado a la empresa Vidalco lo que se ha hecho y que se ha aprobado, que no es más del 80%. De manera que el dinero restante se va a reutilizar en la nueva contratación.
Ahora tienen que alquilar quirófanos privados. ¿Cuáles son los criterios para contratar esas salas de operación?
–El Hospital México promueve los nombres, pero los aprueba la Gerencia Médica. Lo que nosotros estamos haciendo es alquilar quirófanos y áreas anexas. Significa que nuestro personal -en su mayoría- es del Hospital México. Si eventualmente hubiera un déficit del equipo, personal médico privado podría suplirlo, pero no lo estamos previendo como una necesidad frecuente, sino como una situación ocasional.
¿Pero cuál es el criterio para elegirlos?
–Que estén aprobados por el Ministerio de Salud, que tengan una adecuada área de recuperación y área de encamados. Tercero que el centro tenga una unidad de cuidados intensivos; tiene que estar en el área metropolitana.
¿Cuántos quirófanos son?¿Cuál es la inversión que harán en el alquiler de quirófanos privados?
–Se tiene estimada una inversión de ¢1.500 millones. Son cuatro. Inicialmente: problemas de pacientes con cáncer, otorrinolaringología, ortopedia y cirugía reconstructiva.
¿Cuáles quirófanos privados reúnen las condiciones que ustedes necesitan?
–Todos los hospitales privados grandes tienen eso. Estoy hablando del Hospital Cima, La Católica, La Bíblica, La Interamericana, y debe haber otros.
¿Cuál es el impacto que ha generado esta parálisis de quirófanos en las listas de espera?
–El hospital ha tenido que maximizar el uso de los quirófanos que tenemos. Entonces trabajamos también en las tardes. Tenemos gente que cambia las jornadas para también operar en las tardes. También hemos hecho otra cosa que se llama jornadas de producción para diferentes especialidades. Por lo tanto, la lista de espera actualmente es de 8.777 pacientes. Es similar a la del 2014, que era de 8.560 pacientes.
¿Han tenido puntos críticos?
–Hubo un momento donde tuvimos 9.500 pacientes en diciembre del 2016.
¿A cuál tipo de cirugía corresponde la lista de espera más grande?
–La lista más larga es de ortopedia, que son reemplazos de cadera y ortopedia. La segunda más larga es maxilofacial. La tercera más larga tiene que ver con cirugía bariátrica.
Si ustedes estaban pendientes de la construcción, ¿Quién tiene la culpa? ¿Hubo falta de mano dura?
–Vigilancia excesiva de nosotros. Reuniones todos los días. Por más mano dura, si usted no se pone las pilas, no se puede hacer más porque ustedes no son empleados de nosotros. Aunque nosotros llevemos los controles e insistamos con la empresa, esta es la que no cumplió el contrato en forma y tiempo. Son ellos.
¿Entonces ustedes no cometieron ningún error?
-No. La administración tiene documentación suficiente para demostrar que nosotros estuvimos encima de la empresa, insistimos y realizamos advertencias muchas veces. Uno le da un poco de tolerancia, pero tanto no.