Son las 6:45 de la noche del viernes 27 de octubre y unas 100 personas esperan en la Iglesia Lirio de los Valles, en Calle Blancos, al predicador y cantante Fabricio Alvarado.
Acá nadie habla del diputado y candidato presidencial, sino del hombre que viaja de lado a lado, iglesia tras iglesia, recorriendo el país y ganándose la simpatía del electorado evangélico.
Alvarado tiene verbo y carisma. Sus canciones son aplaudidas por la audiencia. Es un showman que encanta en todas las iglesias evangélicas que visita. Hoy es Calle Blancos, el sábado Siquirres y el domingo Paso Canoas. Sabe que, a diferencia de la Asamblea Legislativa, ahí juega de local. Los cuestionamientos y discusiones quedan en el Plenario, en el culto se entiende a punta de palmas y alabanzas.
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El diputado de Restauración Nacional afirma que aprendió a tocar guitarra desde niño y se presenta con regularidad en el Centro Mundial de Adoración, en Tibás.
El discurso de Alvarado no cae en saco vacío. Habla en nombre de las 38.874 personas que le votaron hace cuatro años para ocupar una curul. La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos lo coloca como el segundo candidato con mejor imagen entre la población.
No pide votos ni habla de política. Lo suyo es contar historias al público, llegar al corazón de los feligreses. Se hace acompañar de su esposa e hija, para apoyar el concepto de la familia tradicional que defiende.
Alvarado se considera parte del fenómeno del transfuguismo religioso: fue católico durante su juventud y migró hacia el evangelismo hace 14 años.
“Por lo menos en mi caso, recibí un mensaje más certero, más directo y confrontativo de la iglesia evangélica, en el sentido de ‘somos o no somos’. No digo que la iglesia católica no lo dé, pero ha faltado firmeza y congruencia”, comentó Alvarado.
Su caso no es aislado, más bien, es una tendencia que tomó fuerza en el cambio de milenio y que el Programa Latinoamericano de Estudios Sociorreligiosos (Prolades) documentó a través de una compilación de encuestas.
De acuerdo con el estudio, un 8,6% de la población costarricense se declaraba evangélica en 1983, casi triplicándose en 2012, al llegar a un 22,9%. Paralelo al crecimiento de este grupo, el catolicismo pasó de un dominio del 85% de la población en 1983 a un 63,4% en 2012, según la última encuesta de Cid Gallup, que registró este dato.
Porcentaje de católicos cae, evangélicos en alza
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Además, las congregaciones del movimiento protestante aumentaron un 35% entre 2001 y 2013, tras pasar de 2.779 a 3.752. Lirio de los Valles pertenece a la tradición pentecostal, la más popular en Costa Rica, que reúne a un 64,5% de congregaciones.
Las tradiciones más populares
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La comunidad evangélica es muy variada en sus formas, doctrinas y organización administrativa, así como en la filosofía de cada ministerio.
Juan Camareno es el pastor de esta pequeña iglesia, que abrió sus puertas al candidato Fabricio Alvarado para dar un mensaje “de amor”, desligado de la política electoral.
Pese a esto, Camareno afirma que su voto irá para Restauración Nacional, tanto en la papeleta de diputados como en la de Presidente.
“Si quisiéramos, pondríamos a un presidente evangélico en Zapote. Los números dicen que somos medio millón, pero eso no es así, ya vamos llegando a unos 650 mil”, dice Camareno, quien afirma que su Iglesia, a diferencia de otras tradiciones, es “más abierta”.
Explica que reciben a parejas en unión libre para acercarlas al matrimonio, a divorciados, “que deberán ser juzgados por Dios” y por último, a personas homosexuales, a quienes llevan a campamentos para “ser convertidos y sanados”.
Camareno afirma que cada seis meses, unas 25 personas homosexuales “dispuestas a cambiar” se acercan a recibir consejería de este tipo.
“Nosotros tenemos el amor de Dios en nuestra vida y hacemos que nos proyectemos a ese tipo de personas. Tenemos a una amada que estuvo en esclavitud durante 10 años en el lesbianismo y Dios la sacó. Sacamos grupos de personas cada seis meses, unas 25 personas completamente nuevas, que han sido ganadas por la predicación de la palabra. El Espíritu Santo les convence y son libres”, comentó.
Del culto al Plenario
El notable crecimiento de la población evangélica abrió los ojos de pastores, predicadores y figuras de diferentes denominaciones religiosas fuera de la católica.
Inclusive, una interpretación legal que impide exclusivamente a curas católicos participar en política permitió la llegada de Melvin Jiménez, obispo luterano (una rama del protestantismo) al Ministerio de la Presidencia.
Sin embargo, el punto de mira de los partidos evangélicos se puso sobre la Asamblea Legislativa.
Restauración Nacional y Renovación Costarricense son las dos agrupaciones abiertamente evangélicas de mayor popularidad en el país.
En términos relativos, el voto hacia diputaciones de partidos evangélicos pasó del 2,68% del total en 1998 (incluida la extinta Alianza Nacional Cristiana) a un 8,17%, es decir, el triple.
En el caso de Restauración Nacional, que llevó a diputados como Guyón Massey y Carlos Avendaño a la Asamblea Legislativa, llegó casi a triplicar sus votos para diputados en la última elección, situación que permitió al predicador y periodista Alvarado ocupar un sitio en el Congreso.
Voto al alza
El voto hacia candidatos a diputados de los partidos evangélicos se multiplicó en términos absolutos y se triplicó en términos relativos, desde 1998. Pase el cursor del mouse por las barras para obtener el detalle exacto de la cantidad de votos.
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“En estos años en la Asamblea Legislativa, se han acercado personas no evangélicas que me dicen: me gusta como usted defiende sus principios, hubiéramos esperado lo mismo de diputados católicos, pero no ha sido así”, relató Alvarado.
Por su parte, Renovación Costarricense es el que ganó más notoriedad y relevancia en los últimos tiempos. Después de cuatro polémicos años con Justo Orozco como representante legislativo, el partido logró dos diputaciones para el periodo 2014-2018 y, tras alianzas con el Partido Liberación Nacional (PLN), colocó al primer pastor evangélico como presidente de la Asamblea Legislativa.
Los coqueteos del PLN con los partidos evangélicos fueron evidenciados en un reportaje de La Nación, del cual se desprende que de los nueve directorios legislativos que el PLN ha impulsado o presidido desde 1998, al menos un diputado de partidos cristiano-evangélicos ocupó un puesto en el máximo órgano.
Inclusive, la victoria de Abelino Esquivel, al conseguir una curul en Limón, no es de extrañar, pues se trata de la segunda provincia con mayor número de congregaciones evangélicas (668), según datos de Prolades.
Los altos puestos en el directorio, así como la asignación en comisiones estratégicas, han permitido a diputados evangélicos bloquear iniciativas de derechos humanos como los proyectos de matrimonio entre personas del mismo sexo.
La más reciente iniciativa de Gonzalo Ramírez busca endurecer la prohibición del aborto en el país, situación que acuerpan Restauración Nacional y diputados conservadores de otras fracciones.
Una de las nuevas caras del evangelismo es Stephanie Campos, periodista y life coach de 33 años, quien encabeza la papeleta presidencial del Partido Renovación Costarricense, así como el primer lugar de la lista de diputados en Heredia.
“Las ideas de una minoría de la sociedad no se pueden venir a imponer al concepto que una mayoría quiere”, comentó Campos, quien, de llegar a la Asamblea, afirma que bloquearía cualquier iniciativa de matrimonio igualitario o aborto.
Más dinero para partidos evangélicos
El dinero de la deuda política reconocido a las dos agrupaciones evangélicas tuvo un aumento considerable en la última elección. Las cifras representan la cantidad de millones que el TSE le giró a cada uno de los partidos.
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El auge evangélico en cifras
El aumento de curules, votos para Presidente y diputados, así como la diversidad de ofertas políticas de corte evangélico, se explica por un crecimiento de esa población en Costa Rica.
- 3.752 congregaciones.
- 488 asociaciones de iglesias evangélicas.
- 36 asociaciones de iglesias reúnen al 73% de la población evangélica.
- 471.200 miembros.
- Hay un total de 11 megaiglesias en el Área Metropolitana, con una asistencia estimada de 40.570 personas en los cultos dominicales.
Fuente: Análisis de la obra evangélica de Costa Rica en 2013-2014 en perspectiva histórica, Prolades.