Las pastillas de 600 mg de ibuprofeno, usado para bajar fiebre y aliviar dolores leves como los de cabeza y musculares, del Laboratorio Genfar, vendidas por la cadena de Farmacias La Bomba, aumentaron de ¢292,23 la unidad en noviembre de 2020 a ¢461,69 en diciembre; un aumento de un 57% según comprobó UNIVERSIDAD en una visita.
Desde octubre del año pasado, varias farmacéuticas decidieron aumentar los precios de las medicinas que distribuyen, argumentando un incremento en los precios que fijan los laboratorios; todo sin ningún aviso a la población, ni control de ningún tipo de parte del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), ni del Ministerio de Salud.
En dos oficios del 2 de setiembre del año pasado, Cefa Central Farmacéutica S.A. informó a sus socios comerciales —farmacias— del cambio de precios de los productos de las marcas Sandoz y Sanofi, el cual rige desde el 1 de octubre de 2020. “Este ajuste corresponde a un incremento de precios por parte del laboratorio”, se indica.
En un oficio con fecha de 14 de diciembre, la farmacéutica Disprofar informó que a partir del día 4 de enero de 2021 aumentarán los precios en los productos de las marcas Mefasa y Faes. “El aumento se debe a un ajuste de precios del laboratorio”, señala el documento.
Asimismo, en otro oficio con fecha 15 de diciembre de 2020, Grupo Ancla S.A. también informó que aumentarían los precios de ciertos productos “debido a las condiciones macroeconómicas del país e incrementos de la materia prima en el mercado global” a partir del 15 de enero.
Los aumentos fueron confirmados por las mismas farmacias de comunidad afiliadas a la Asociación de Farmacéuticos y Propietarios de Farmacias Independientes (Afaprofaco).
Horacio Strickland Torres, presidente de Afaprofaco, dijo a UNIVERSIDAD que, según les reportan sus asociados, hay varios medicamentos que han tenido aumentos fuertes, como el antibiótico Curan, productos para el asma y obstrucción respiratoria como Foradil y para el corazón, como Coriol.
“Hay laboratorios internacionales que aumentaron los precios hasta un 15%; son ajustes fuertes. Hay laboratorios que aumentaron entre un 3 y un 15% en estos últimos cuatro meses de pandemia. Y existen laboratorios nacionales que no tienen una excusa tan válida como la del tipo de cambio del dólar”, comentó Strickland.
“Es una lástima que los consumidores tengan que sufrir estos aumentos de precios. Nosotros vemos con muchísima preocupación desde los mostradores estos aumentos desmedidos, que no tienen una justificación que uno pueda trasladar y explicarle al paciente”, agregó.
De acuerdo con varias listas de precios de medicamentos revisadas por UNIVERSIDAD, los incrementos ya aplicados por distribuidoras a farmacias independientes oscilan entre un 5% y un 31%.
UNIVERSIDAD consultó a CEFA, que es parte del grupo empresarial Cuestamoras Salud y dueña de las farmacias de cadena Fischel y La Bomba, ante lo cual su director, Eduardo Jiliberto, manifestó: “Nuestras políticas de precios están basadas en parámetros objetivos”.
“Es importante tener en cuenta que los medicamentos son, en su gran mayoría, bienes importados y, como tal, la acentuada devaluación experimentada por el colón es un factor que tiende a incidir negativamente en sus precios. La devaluación del colón en el período enero diciembre fue de un 6,6%; sin embargo, nuestros precios subieron un 4,4%; es decir, aumentaron menos que nuestros costos solo por devaluación, esto sin considerar alzas de proveedores”, indicó el directivo mediante un correo electrónico.
Este medio también consultó a Disprofar; sin embargo, no se recibió respuesta antes de la fecha de cierre.
“Se necesita que intervengan”
Horacio Strickland destacó que “la farmacia de comunidad tiene cero injerencia sobre lo que dictan las distribuidoras y los laboratorios con respecto a establecer los precios”.
“Estos aumentos vienen desde las droguerías y nosotros es muy poco o nada lo que podemos hacer. Las droguerías vienen y nos notifican que van a haber aumentos de precios y ellos lo que aducen es que esos son ajustes que hacen los laboratorios, y cuando usted pregunta a los laboratorios le dicen que son ajustes que tienen que hacer por la inflación o por el tipo de cambio del dólar. Lo curioso es que siempre sube con el tipo de cambio; pero cuando el dólar baja, uno no ve que baje el precio del producto. Son dinámicas del mercado y ese ajuste se ve trasladado hacia el consumidor”, aclaró.
“Hay que hacer un llamado fuerte a las autoridades porque se necesita que intervengan; alguien tiene que estar controlando esto por el bien de la población”, dijo el farmacéutico y agregó que “tiene que haber mejoras en los controles de precios de los medicamentos porque los afectados somos todos los costarricenses”.
Se le consultó directamente al MEIC ¿Por qué permite estos aumentos en plena pandemia? y del despacho de la ministra Victoria Hernández Mora se respondió: “El precio de los medicamentos no se encuentra actualmente regulado, razón por la cual el MEIC no define lo que se puede cobrar por tales productos en el mercado en este momento”. Únicamente el precio del arroz es fijado por Decreto Ejecutivo, se indicó.
La respuesta enviada sólo mencionó que “la regulación de precios, márgenes de comercialización u otros mecanismos, puede aplicarse ante situaciones de excepción y de forma temporal, tal como lo señala el artículo 5 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, Ley 7472”. Pero no se ha realizado en el caso de los precios de las medicinas.
“No es posible que no hayan querido quitar el IVA a un tema tan sensible como los medicamentos, que no pagaban impuestos”, Walter Muñoz.
“Aumentan el precio en tiempos de pandemia”
Para el diputado del Partido Integración Nacional (PIN), Walter Muñoz, quien lleva dos décadas impulsando la regulación del precio de los medicamentos desde su primera legislatura, “la única manera de bajar el precio es regulándolo, regulando los porcentajes que puedan ganar cada uno de los grupos, importadores, distribuidores y comercializadores, como en España”.
“Los importadores y distribuidores que están ganando miles de millones de colones a costa del consumidor; de manera que aquí hay que ver los intereses que se mueven desde el Gobierno o de algunas gentes ligadas a farmacéuticas, y desde la Asamblea Legislativa con el lobby que hacen con algunos diputados”, denunció Muñoz.
“Nuestra lucha desde el PIN va a ser continuar exponiéndolos hacia la ciudadanía porque es algo que yo vengo defendiendo desde mi primera legislatura hace dos décadas. Dijeron que el mercado iba a poner el precio y lógicamente el mercado lo que tiene son intereses económicos muy grandes y prueba de eso es que aumentan el precio en tiempos de pandemia”, añadió.
“Los laboratorios están por la libre”
El diputado por el Partido Acción Ciudadana (PAC), Welmer Ramos, quien también ha insistido en la urgencia de esta regulación, explicó que en el país no existe un sistema de información de precios de medicamentos que permita comparar a lo interno, ni con precios en el extranjero.
“Eso permitiría evidenciar los abusos que se están dando en Costa Rica. Como estamos ahora, eso no se evidencia nunca y entonces los laboratorios están por la libre”, dijo Ramos.
“Claro que aquí los economistas, y algunos otros que no son economistas, dicen que dejemos esto al mercado, pero esto no es competencia perfecta. Estos son monopolios y oligopolios y hoy en día esto se lo tienen libremente para que los monopolios pongan el precio que les dé la gana a ellos en contra del consumidor, en contra de la persona enferma”, criticó.
Proyecto de ley que elimina IVA a medicinas varado en plenario
La inclusión de las medicinas dentro del esquema del Impuesto al Valor Agregado (IVA) como parte de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas las volvió aún más caras para la gente.
Dicha ley establece que los medicamentos, las materias primas, los insumos, la maquinaria, el equipo y los reactivos necesarios para su producción pagarán una tarifa reducida del 2% de IVA. Sin embargo, esto aplica solo a los incluidos en una lista que debe hacer el Ministerio de Hacienda. Todo lo que no esté dentro de la lista específica debe pagar 13% del IVA.
Walter Muñoz, diputado del Partido Integración Nacional (PIN), propuso un proyecto de “Ley para exonerar los medicamentos del pago del IVA por causa de la pandemia y emergencia nacional del COVID-19” (Expediente 22.026), que saca las medicinas del esquema del IVA.
Este fue dictaminado el 25 de noviembre de 2020 en la Comisión Especial de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS); pero no ha sido convocado por el Poder Ejecutivo para el periodo de sesiones extraordinarias.
Según dijo Muñoz a UNIVERSIDAD, “el proyecto de ley que le quita el IVA a los medicamentos ya está en plenario, de manera que ha habido negligencia por parte del Gobierno de convocarlo”, y añadió: “No es posible que no hayan querido quitar el IVA a un tema tan sensible como los medicamentos, que no pagaban impuestos”.
Asamblea Legislativa
Proyectos de ley de Welmer Ramos y de Walter Muñoz con más viabilidad política
Iniciativa del legislador Welmer Ramos permitiría evidenciar abusos que se están dando en el país, como los aumentos de precios, explicó el legislador.
Fabiola Pomareda García
Dos proyectos de ley, uno del legislador Welmer Ramos y otro de Walter Muñoz, son los que tendrían mayor viabilidad política en la Asamblea Legislativa, según se debatió durante un foro virtual sobre control de precios de medicamentos, organizado por el Colegio de Farmacéuticos el pasado 15 de diciembre.
Durante el foro, el politólogo y asesor en comunicación política Gustavo Araya, expuso sobre la viabilidad técnica y política de varios proyectos de ley que abordan el tema.
El proyecto del diputado Muñoz, del Partido Integración Nacional (PIN), expediente 20.838, busca regular y fiscalizar mediante un tope máximo los márgenes de utilidad de las farmacéuticas, droguerías y farmacias. Este proyecto es diferente del que busca eliminar el IVA de los medicamentos mediante una reforma a la Ley de las Finanzas Públicas.
Mientras que el texto del legislador Ramos, del Partido Acción Ciudadana (PAC), expediente 21.368, busca regular el precio de todos los medicamentos presentes en el mercado costarricenses.
Según Araya, “tanto el proyecto de don Welmer Ramos como el de don Walter Muñoz son los que tienen mayor cantidad de firmas de diputados y diputadas que le dieron su apoyo, más de 20”.
“Cada proyecto podría tener hasta 20 o 22 firmas comprometidas; esto nos llevaría a un escenario en que, con siete o nueve firmas más, podrían aprobarse estos proyectos en una primera o segunda votación que se diera en la Asamblea, comentó Araya.
Otros proyectos de ley activos que analizó Araya fueron el de Shirley Díaz, “cuyo objetivo es intervenir en la regulación de precios en el mercado de medicamentos durante esta pandemia”; el de Walter Muñoz, de exención de pago de impuestos de los medicamentos (Ver recuadro); el de Franggi Nicolás, que “busca regular las ganancias en las ventas de medicamentos”; el de Ana Karine Niño, de homologación de registros sanitarios de medicamentos que provengan de países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); y el de Rodolfo Peña, que busca recuperar un proyecto de ley de Rafael Ángel Ortiz Fábrega, para que se ponga un impuesto a las bebidas no alcohólicas y al agua para beneficiar la compra de medicamentos de alto costo para la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Estructuras monopólicas y oligopólicas
Durante el foro virtual, el legislador Welmer Ramos argumentó que Costa Rica tiene precios más altos que el resto de países de América Latina, lo cual es consecuencia de “estructuras monopólicas y oligopólicas en la importación y distribución de los medicamentos”.
“Hay estructuras que están integradas verticalmente y que establecen precios diferentes para sus cadenas y para el resto que no son parte de sus cadenas, y distorsionan los precios haciéndolos muy altos para el consumidor nacional”, denunció.
En entrevista con UNIVERSIDAD, Ramos detalló que el proyecto que impulsa “trata de crear mecanismos de mercado para que las farmacias independientes puedan competir de tú a tú con las farmacias de cadena, que la mayoría de las veces pertenecen a los importadores que están integrados de manera vertical”.
“Permite las importaciones paralelas; es decir, que una vez que un producto está inscrito en Costa Rica, si un comercializador lo consigue más barato y puede certificar que es el mismo producto en otro país, pueda traerlo”, aclaró.
“Este mismo proyecto exige que haya un sistema de información de precios de los medicamentos, tanto entre los diferentes entes comercializadores en Costa Rica como los de Costa Rica comparados con países que están haciendo las cosas bien, y eso permitiría evidenciar los abusos que se están dando en Costa Rica porque, a como estamos ahora, eso no se evidencia nunca”, dijo Ramos.