País Costa Rica va a segunda ronda el 1º de abril

Fabricio y Carlos: los últimos fueron los primeros

El abanderado evangélico y el oficialista no llegaban ni a 6% hace un mes, pero este domingo dejaron fuera a Desanti, Piza y Castro.

Los candidatos Fabricio Alvarado (Restauración Nacional, RN) y Carlos Alvarado (Acción Ciudadana, PAC) pasaron a la segunda ronda presidencial prevista para el 1º de abril y confirmaron el carácter cambiante de la campaña electoral en un contexto influido por el dilema entre conservadurismo religioso y progresismo.

Los dos candidatos que aparecían hace un mes por debajo del 6% de intención de voto son los clasificados para segunda ronda, por encima de tres aspirantes que entonces los superaban.

Con 24,8% Fabricio Alvarado y con 21,7% Carlos Alvarado, dejaron por fuera a Antonio Álvarez Desanti (18,7%), a Rodolfo Piza (16,07%) y a Juan Diego Castro (9,5%).

El Partido Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC) fueron las dos agrupaciones que protagonizaron el bipartidismo de la segunda mitad siglo XX, pero quedaron fuera de competencia por el Gobierno. Junto a ellos, el Partido Integración Nacional (PIN) al que se inscribió el mediático Castro para poder postularse y ocupar buena parte de la atención por su ascenso progresivo entre noviembre y enero.

Fabricio Alvarado, único diputado de RN, aparecía con 3% antes del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre matrimonio igualitario, pero después de ese 9 de enero subió de manera meteórica hasta un 17%, de acuerdo con las encuestas del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Después logró levantar Carlos Alvarado, el único de los seis candidatos de más respaldo en las encuestas que aceptó de buena manera el fallo de la Corte. En las dos semanas recientes se despegó del 6%, a pesar de la caída en la popularidad del Gobierno de Luis Guillermo Solís, de quien fue su ministro de Desarrollo Humano y Bienestar Social primero y de Trabajo después.

El derrumbe del PLN

Restauración Nacional, partido fundado en 2005 por el pastor y diputado electo Carlos Avendaño, conquistó la mayoría de los votos en las provincias de Alajuela, Guanacaste, Puntarenas y Limón. En esta última superó el 40%. Es decir, el hipotético caso de que solo los limonenses decidieran estos comicios, Fabricio Alvarado habría ganado en la primera vuelta.

El PAC, por su lado, confirmó su carácter vallecentralista al obtener superioridad en San José, Heredia y Cartago.

Esto indica el derrumbe del PLN, porque perdió el control en el centro que dominaba en el siglo XX y en las provincias periféricas que controlaba en este siglo. No le bastó el impulso decidido que dio el expresidente Óscar Arias al candidato Álvarez Desanti ni una inversión de dinero mayor que el resto de agrupaciones: arrancó la campaña de primero y acabó fuera de la segunda ronda.

La agrupación verdiblanca, sin embargo, casi supera a todos el voto legislativo. De hecho, obtuvo más apoyo en sus papeletas diputadiles que en la presidencial. La competencia en el Congreso la tiene contra Restauración Nacional, que pasa de un diputado actual a más de 10.

Estos resultados son el producto de una campaña marcada por la alta inconstancia en el apoyo a los candidatos y por la indecisión de muchos electores aún en la hora cero de este domingo, además de la influencia poderosa del discurso religioso cristiano.

La votación se desarrolló con total normalidad en todo el territorio nacional y en consulados en 42 países. Recorridos por centros de votación permitieron palpar la tibieza en la primer mitad del domingo y una mayor afluencia por la tarde.

La abstención en esta ocasión queda en 33,8%, menor a la de la elección del 2006, similar a la que se pronosticaba y mayor a lo que se pudo prever considerando escenas de las últimas dos horas en centros de votación urbanos. Había entusiasmo.

Angustia en el cierre

Una vez cerradas las urnas, cientos de ciudadanos recorrieron calles para exaltar a sus partidos o al valor de elecciones libres en Costa Rica, a pesar del clima de desencanto partidario.

Mientras, dirigentes del PLN procesaban datos internos y concluían que vendrían malas noticias, muy malas. Estaban quedando fuera de competencia.

Tan preocupados estaban los dirigentes verdiblancos que se sorprendieron con el primer reporte del TSE, pasadas las 8 p. m. Con el 11% de las mesas, salía Fabricio Alvarado, pero seguido de Álvarez Desanti y, de tercero, Carlos Alvarado.

En las redes sociales los liberacionistas se mantenían cautelosos y los del PAC, esperanzados. Era solo un 11%. Después los resultados se fueron modificando y dejaron fuera de la segunda ronda al candidato del PLN.

Mientras, en el hotel San José, los simpatizantes de Fabricio Alvarado celebraban el inobjetable triunfo en primera ronda. La defensa de sus valores cristianos entraba en victoria. El pequeño partido de un solo diputado superaba a todos y no en las encuestas, sino en el conteo de votos.

Los discursos de derrota y de unidad

De los cinco candidatos que se disputaban el pase a la segunda ronda, Juan Diego Castro fue quien reconoció antes la derrota. Lo hizo con si habitual estilo entre confrontativo y burlista, quizá más que en la campaña, ya sin nada qué cuidar. Dijo que Álvarez Desanti es el candidato “más perverso”.

Dio un aparente apoyo a Fabricio Alvarado: “Ojalá que gane Fabricio hable en lenguas. Si no gana, a este país se lo llegó mamushka, takakuscha turururuska”, pronunció como imitando a la esposa del candidato evangélico, Laura Moscoa, cuyo video de una oración en trance  se hizo conocida en un video viral esta semana.

Después Piza reconoció también su derrota y, de tercero, Antonio Álvarez Desanti, en el Balcón Verde. Con un discurso aplomado fue agradeciendo a sus colaboradores, familiares y a Rodrigo Arias, antiguo rival a quien ahora llama “amigo”. Evitó dar señales de apoyo a Fabricio o a Carlos, pero dijo que el PLN estará para ayudar al gobierno que sea.

Minutos después habló Carlos Alvarado con el rostro cansado y contento. Se cuidó de hablar de los retos del país, sobre todo en los fiscal, y de la necesidad de formar un gobierno de unidad nacional, “un gobierno que sea para todos”.

La jornada no terminaba aún. A las 11:17 p. m. salió Fabricio Alvarado con un papel escrito que supo leer intercalándolo con su habilidad en el micrófono y algún movimiento de predicador. Reiteró la defensa de los valores cristianos.

“Le devolvimos la esperanza este país en esta campaña política. Esperanza para recuperar la soberanía de la familia como base fundamental de la sociedad donde se gestan los valores de integridad. Costa Rica le ha dejado claro a los políticos tradicionales: ¡nunca más se metan con la familia! ¡nunca más se metan con nuestros hijos!”. Ahí estaba celebrando su primer lugar el candidato que hace un mes, hace solo mes, acaso rondaba el 3% de la intención de voto.

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