La exdirectora administrativa de la Fracción de Restauración Nacional (PRN) en la Asamblea Legislativa, Mónica Catalán, fue despedida con responsabilidad patronal de su puesto, a pesar de que debía presentar una carta de renuncia en un lapso de tres semanas para asumir su nueva plaza legislativa en el departamento de Comisiones.
Catalán fue nombrada en su nueva plaza desde el 18 de octubre pasado por el Directorio legislativo y estaba pactado que asumiera ese nuevo puesto a partir del 16 de noviembre, para lo que debía renunciar primero como directora de fracción.
No obstante, la fracción legislativa de Restauración Nacional la despidió el 24 de octubre, motivo por el que recibió el pago de prestaciones, a pesar de que debía renunciar en un corto plazo.
“Yo recibí una carta de despido, y más bien esa carta de Restauración llegó antes de que yo pudiera presentar mi carta de renuncia”, explicó Catalán, quien aceptó haber sido despedida con responsabilidad patronal.
En total, pasaron seis días completos desde que Catalán fue nombrada por el Directorio en su nueva plaza hasta que recibió la carta de despido de su puesto anterior; sin embargo, Catalán aseguró que el despido le tomó por sorpresa, pues su intención era presentar su solicitud de renuncia más adelante.
Sobre esta situación, el jefe de fracción restauracionista, Carlos Avendaño, alegó que el despido respondió a las necesidades de la fracción y que no se debió al nombramiento de Catalán, aunque sí aceptó que conocían sobre el deseo de la funcionaria de dejar la agrupación.
“Nosotros nos enteramos de que ella quería salir de la fracción, pero no había ninguna comunicación de que se le había nombrado. Nosotros no estábamos enterados de la gestión que estaba haciendo por otro lado y no teníamos el dato del nombramiento”, apuntó Avendaño, quien descartó que se hubiera realizado el despido para favorecer a la funcionaria.
Por el contrario, Avendaño subrayó que Catalán no había comunicado a la fracción su deseo de acceder a otro puesto ni que necesitara renunciar para ello, sino que la decisión se tomó para reestructurar los mandos internos, tomando en cuenta que la funcionaria quería salir.
De hecho, Catalán más bien llegó a su nueva plaza legislativa impulsada por la diputada Ivonne Acuña, una de las ocho legisladoras que se separaron del PRN, quien promovió el nuevo nombramiento desde la segunda secretaría del Directorio.
Al respecto, el propio Carlos Avendaño había señalado semanas atrás en entrevista con La Nación que Catalán era parte del grupo afín a Fabricio Alvarado, de quien ella había sido asesora legislativa durante el cuatrienio pasado.
Los nombramientos como el de Catalán son aceptados o rechazados por la votación de al menos dos miembros del Directorio legislativo, compuesto por el presidente y sus dos secretarios.
En el caso de Catalán, el nombramiento lo aprobaron la presidenta en ejercicio, María Inés Solís (vicepresidenta), el primer secretario Luis Fernando Chacón y la propia exrestauracionista Ivonne Acuña, segunda secretaria, quien habría pedido a Chacón presentar y apoyar la solicitud, cinco días antes de que estallara la fisura restauracionista.
Un nombramiento cuestionado
Al igual que su despido, el nombramiento de Catalán también fue cuestionado en su momento.
La designación de la funcionaria fue criticada por la prisa con la que se realizó, en especial porque la plaza que llegó a cubrir Catalán recién había quedado libre y no se divulgó información sobre la vacante, ni se efectuó concurso alguna para llenarla.
Al respecto, la vicepresidenta Solís, quien votó favorablemente la decisión, señaló semanas atrás que el nombramiento “ni siquiera estaba en el orden del día” de aquella sesión en la que suplía a la presidenta Carolina Hidalgo, sino que habría sido una propuesta “de última hora” hecha por los dos secretarios, Chacón y Acuña.
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Al respecto, la presidenta del Congreso, Carolina Hidalgo, había dicho que se podían identificar varios posibles “defectos” en el trámite, entre ellos que Catalán seguía siendo parte de una fracción antes de acceder a la plaza y la falta de publicidad de la vacante.
También criticó la naturaleza de los nombramientos que se realizan por “afinidades”, más allá de un proceso que compruebe la aptitud de las personas para cada plaza.
“Como mínimo debe haber un proceso de publicidad y de puntuación, al menos a lo interno de la institución, para que Recursos Humanos pueda hacer valoraciones sobre cuál es la persona que más se apega al perfil del puesto y no simplemente por la afinidad que exista, de cualquier naturaleza que sea”, había manifestado la congresista.
Así mismo, reiteró su posición recientemente, cuando los secretarios Chacón y Acuña volvieron a realizar un acuerdo sobre el nombramiento para que entrara en vigencia desde el 1 de noviembre, una vez recibida la carta de despido que emitió Restauración Nacional.
No obstante, tanto Chacón como Acuña habían respaldado el nombramiento diciendo que Catalán estaba lo suficientemente preparada para el puesto y que las necesidades en el departamento de Comisiones eran “fuertes” y ameritaban una respuesta lo más inmediata posible.
En el ámbito político, Catalán —administradora de negocios y licenciada en Derecho— también fue tesorera del PRN. Además, recientemente fue nombrada dentro del grupo de notables de la comisión para reformar la Administración Pública que anunció el gobierno del presidente Alvarado.