País  Ministra de Hacienda, Rocío Aguilar

“Estamos, por así decirlo, en el filo”

 La jerarca adelantó algunas medidas administrativas que tomarán para contener el gasto.

La ministra de Hacienda, Rocío Aguilar Montoya, respondió a nuestras preguntas sobre las medidas administrativas que se tomarán para contener el gasto a partir del presente año, la polémica en torno a la propuesta de exonerar del impuesto a la ganancia de capitales a las inversiones que se transen en la Bolsa Nacional de Valores (BNV), la relación que existirá con el equipo económico y con el Banco Central de Costa Rica (BCCR) y cómo se dará el balance entre los aspectos técnicos y políticos durante su gestión, entre otros temas.

A continuación, la entrevista realizada el pasado lunes 14 de mayo.

[padding type=”medium_right”][quote_colored name=”” icon_quote=”no”]

El tema de resolver el problema fiscal ya ha dejado de ser simplemente comentado por todos, y hemos llegado, me parece, en general, diferentes actores, al convencimiento de que el país no puede seguir demorando estas decisiones.

[/quote_colored][/padding]

 

¿Qué mecanismos o acciones puede Hacienda tomar de propia iniciativa en materia de contención del gasto; es decir, sin que deban ser autorizadas por la Asamblea Legislativa?
–Estamos haciendo una primera revisión de este presupuesto del año 2018, ya estamos prácticamente en el quinto mes. Estamos viendo cómo ha evolucionado la discusión para ver qué medidas adicionales de contención podemos tomar para lo que resta del 2018. Porque no nos estaríamos esperando para el 2019, sino estamos trabajando en este momento en un conjunto de medidas para el 2018, en cuanto a las plazas vacantes que hay, en las jornadas extraordinarias, las reasignaciones, entre otras cosas. En eso, estamos poniéndole una importante atención.

También en los próximos días vamos a verificar con el Servicio Civil qué margen de maniobra tenemos para hacer reformas que no requieran de modificaciones legales y, por supuesto, continuaremos haciendo los mayores esfuerzos por mantener un estricto control del gasto. Esto es desde el punto de vista de medidas administrativas, porque otras medidas que son importantes y que le darían herramientas al Ministerio de Hacienda están contempladas en el proyecto que está (en discusión en la Asamblea) bajo el 208 bis. Porque, además de temas relativos a ingresos tributarios, hay algunos aspectos que tienen que ver con gasto y fundamentalmente con herramientas que le permitan al Ministerio de Hacienda un mayor margen de maniobrabilidad, pero allí sí sería necesario el avanzar con ese proyecto.

Sobre el pedido que hizo el PLN de que el Gobierno presente primero las medidas que tomará con respecto a la contención del gasto, ¿usted piensa entregar ese conjunto de medidas al Presidente y él las anunciará?

–Por supuesto, eso lo vamos a hacer en coordinación con la Presidencia de la República; en eso estamos trabajando. Ha sido, además, una iniciativa del propio Presidente de la República, quien tiene claridad del tema.

¿Me puede dar alguna primicia?

–Básicamente, estamos hablando de continuar con un proceso de mantener plazas vacantes, como estaba allí previsto, reducir los tiempos de jornadas extraordinarias, las reasignaciones que ya le he comentado, el poder pasar a una cuenta todo lo que no se haya ejecutado hasta la fecha; de tal manera que no quede bajo discreción de las entidades. Entonces, son esas medidas. Aquí no hay nada más allá de lo que administrativamente se pueda dar.

Con respecto al gasto de las instituciones autónomas, ¿las medidas administrativas que tome Hacienda también pueden contenerlo?

–Desde el punto de vista de las autónomas, aquí básicamente lo que estaríamos es, a través de las directrices, exhortándolas, por así decirlo, para que puedan, de igual forma, incorporarse en estas medidas. Porque, si bien el caso de las autónomas no viene a afectar directamente el déficit, el gasto de las autónomas y del sector descentralizado en general sí va a redundar finalmente o en mayores tarifas, que los usuarios deberán cargar, o en mayores tasas de interés, cuando hablamos del sector financiero. Así que, básicamente, yo creo que esto debería ser una filosofía general del sector público, porque lo que recibimos son impuestos, tarifas y contribuciones y debemos hacer el mejor uso posible de ellas.

Para la reducción del gasto, ¿van a contemplar los puntos que están en el acuerdo firmado entre don Rodolfo Piza y el presidente Carlos Alvarado?

 –Sí, básicamente, en lo pertinente, de lo que allí se está hablando es que no haya un crecimiento en la planilla. Creo que el límite es hasta un 1%, que es una cifra que yo diría que es el 50% menos de lo que ha venido creciendo la planilla en los últimos años. Es decir, efectivamente, el lograr esos niveles de reducción va a implicar un esfuerzo importante para las directrices que se emitan para la formulación del presupuesto del 2019, sobre esa línea precisamente se está trabajando; y la otra que tiene que ver con crecimiento en el gasto.

Yo diría que aquí hay dos temas importantes. Hay algunos gastos que de alguna forma uno puede tratar de controlar, aunque es inflexible el gasto; pero hay otros que tienen que ver con los destinos específicos de carácter legal, son los que se convierten en el principal obstáculo para lograr un saneamiento de las finanzas. Por eso es trascendental que el proyecto de ley que actualmente se encuentra en trámite en la Asamblea se apruebe, porque está, por así decirlo, dejando habilitada una herramienta para que, en caso de ser necesario, se pueda girar menos de lo que legalmente habría que girar; por supuesto, sin que en ningún momento signifique que se va a girar menos de lo que se ha girado en el período anterior. Por eso, estas herramientas que están previstas en ese proyecto se convierten en las que permiten hacer una mayor contención del gasto que el que se podría hacer en ausencia de ellas.

¿Cómo ve que será su relación con el Banco Central durante esta administración?
–A mí me parece que las relaciones entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Central requieren de un altísimo nivel de coordinación y yo espero que, efectivamente, así vayan a ser; no solo con don Olivier (Castro, presidente del BCCR), actualmente, sino, por supuesto, con el señor (Rodrigo) Cubero (quien sustituirá a Castro a partir de agosto).

¿Usted ha tenido oportunidad de trabajar antes con ellos?

–Con don Olivier, lo conozco desde hace algunos años. Yo no diría que trabajar directamente con él. En mi breve paso por la Superintendencia General de Entidades Financieras y, por supuesto, en el Conassif (Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero), donde también tiene una silla (el presidente del BCCR), hemos logrado, aunque sea por un espacio relativamente corto, tener una relación, la cual yo califico de altamente positiva. Con el señor Cubero, realmente no tengo una relación de muchos años. Sí lo he conocido, porque ha sido un visitante en diferentes foros en este país y me parece que tiene una experiencia que yo llamaría extraordinaria, y también hay que agradecerle que tome la decisión de venir a hacerse cargo de esta tienda. No dudo que, por las calidades personales y profesionales, algunas que he conocido aunque sea muy someramente y otras por referencias, va a ser una persona con la cual la coordinación debería fluir de la mejor manera posible.

Creo que todos estamos entendidos y claros en que las decisiones del Ministerio de Hacienda cuando tratamos, por ejemplo, de materia de captación de recursos y de Banco Central, es necesario mantenerlas lo más alineadas posible.

¿Cómo asume usted que la coordinación del gabinete económico recaiga en la economista Edna Camacho y no en la Ministra de Hacienda o en el Presidente del Banco Central?

–Me parece que la aventaja…Vamos a ponerlo así: primero, yo no le encuentro ningún aspecto, digamos, complejo; me parece que tendría la ventaja desde el punto de vista de coordinación de no estar, lo que yo diría en la línea de fuego, y permitir realmente un mejor avance. Creo que tanto con el señor Cubero como con doña Edna podemos tener una excelente labor de coordinación, de tal manera que el trabajo de todos pueda fluir lo mejor posible.

¿Cuál sería el balance entre lo meramente técnico y la visión política en materia de gestión de la hacienda pública en este Gobierno?

–Yo creo que el tema de resolver el problema fiscal ya ha dejado de ser simplemente comentado por todos, y hemos llegado, me parece, en general, diferentes actores, al convencimiento de que el país no puede seguir demorando estas decisiones. Al fin y al cabo la materia fiscal, más que reforma tributaria todo lo que es la política fiscal, va a ser la política por excelencia donde vamos a poder conducir decisiones de dónde vienen los ingresos y hacia dónde orientamos los recursos, y esto pasa también por elementos que no son de carácter técnico, sino de carácter político en el buen sentido de la palabra.

En los próximos meses se estará trabajando en un Plan Nacional de Desarrollo que en alguna forma va a marcar las pautas de hacia dónde queremos, en diferentes materias, conducir al país. En materia de transporte, en materia de salud, en materia ambiental, etcétera y esa visión no puede estar aislada de los recursos que se tienen disponibles. Y es allí, me parece, donde se debe combinar necesariamente la parte de visión política con la parte eminentemente de recursos.

¿Cuánto margen de maniobra tiene Hacienda en este momento, dado el problema del déficit?: ¿un semestre?, ¿un año? ¿Qué le diría a la Asamblea Legislativa?
–El margen de maniobra que hoy tenemos es realmente muy limitado. Yo creo que es muy importante, de frente a la Asamblea Legislativa, que si bien no tenemos lo que uno podría llamar el proyecto perfecto, sí es un proyecto que es necesario, porque si bien no logra sanear las finanzas públicas en su conjunto, al menos permite dar las señales hacia los mercados internacionales de que Costa Rica, efectivamente, está tomando decisiones en esta materia, que como usted sabe, ha pospuesto, porque a pesar de haber llegado a un arreglo, posteriormente en la Sala el proyecto se ha venido abajo por las razones x o z.

Pero yo creo que nosotros ya hemos llegado a un punto en que esto no podemos ni debemos posponerlo. Para las agencias calificadoras de riesgo estamos, por así decirlo, en el filo; y no lograr esto, el único o principal efecto que va a tener es un incremento en el costo del dinero, en las tasas de interés, que con el nivel de deuda que hoy día tiene el Gobierno es realmente de un impacto muy grande.

¿Puede volver a ocurrir, este año, que tengan dificultades para pagar deudas, salarios?

–Mire, yo el tema no lo veo desde el punto de vista de flujo de caja. Al fin y al cabo… se lo voy a poner de forma un poco simplista, aunque no es así como lo vea. Siempre será posible ir y captar recursos para hacerle frente a las erogaciones. La pregunta es a qué costo lo estamos haciendo. Y esto es algo que no solo va a tener una incidencia en el propio déficit, que ya hoy de por sí arrastramos, sino que, de alguna manera, podemos estar contaminando un efecto adicional en tasa de interés que termina traduciéndose, además, en un mayor costo para las personas y las empresas que tienen créditos bancarios.

Porque el efecto que generemos nosotros presionando el mercado para poder hacerle frente a las erogaciones no es algo aislado de lo que pueda suceder en el mercado y ese es un tema que me parece que es importante. Por eso digo yo que el problema del déficit fiscal no es un problema que se circunscribe al Gobierno; es un problema que tiene efectos en los diferentes actores económicos, en cuanto a la posibilidad de atraer inversiones, en cuanto a la posibilidad de tener márgenes de intermediación razonables, de que los cientos y miles de costarricenses que tienen créditos bancarios no vean afectados el costo de esos recursos y, por ende, la capacidad de pago; y que de ser así vayamos a tener un efecto negativo también en el sistema bancario. Y, entonces, eso de alguna manera interfiere con una situación de déficit que no logramos por lo menos ir mitigando para evitar, por lo menos, que la deuda siga creciendo, lo cual tiene impactos realmente muy significativos en el resto de los sectores.

¿Usted mantendrá la posición manifestada por el exministro Helio Fallas de eliminar, mediante una moción, la exoneración del impuesto a las ganancias de capital de los títulos valores que se transen en la Bolsa Nacional de Valores?

–Me imagino que ya Hacienda sobre eso había opinado, y si esa es la opinión de Hacienda yo no vería por qué cambiarla. En todo caso, me parece que, siendo un proyecto de ley, la iniciativa de esos cambios en este momento recae en los propios legisladores. Teniendo en cuenta que muchas veces debemos tener un cuidado importante respecto de cómo se lean estas cosas, yo podría decir que mantener esto me va a generar mayores ingresos, pero también podría decir que siendo Hacienda un principal actor en el mercado de valores, al agregarle costos bien podría yo tener, por otro lado, efectos de carácter negativo en cuanto a la posibilidad de acceso a recursos. Es decir, cada una de estas decisiones puede tener elementos positivos o elementos desfavorables, lo importante es el balance final, ver en esa relación costo-beneficio qué es lo mejor.

Es lo mismo que está sucediendo con la canasta básica. Recientemente se analizaba el ejercicio de lo que significaría mantener la canasta exonerada y, realmente, el tener la canasta básica exonerada, si bien uno lo ve como una medida muy positiva para los consumidores finales, sobre todo en los primeros deciles (los más pobres). Lo cierto es que no se convierte en un menor precio de los productos de la canasta básica, sino, incluso, la posibilidad de que haya un precio mayor, porque no hay posibilidad de que esos impuestos que se pagan durante las etapas intermedias se puedan absorber en la cadena y los va a terminar pagando el destinatario final. Entonces, es este tipo de cosas, como el primer ejemplo que usted menciona o en este segundo ejemplo, donde uno debe realmente valorar cuál es el costo-beneficio de esas decisiones.

Le hice esta pregunta porque, al mismo tiempo que se introduce esta exoneración, se mantiene el impuesto a las ganancias de capital para las cooperativas, las organizaciones solidaristas y el Banco Popular; entonces, se estaría creando una situación ventajosa para las inversiones en la Bolsa de Valores.

–Me parece que la exoneración no es para la Bolsa, sino que, al final es para los recursos, pero, de nuevo, no estamos gravando al Banco Popular, lo que estamos realmente tratando es que las ganancias de capital que los inversionistas puedan obtener, ya sea porque lo depositen en un banco del Estado o en un banco privado o en una cooperativa o en el Banco Popular, tengan un tratamiento similar, que ya de por sí no lo están teniendo porque unas están gravadas con el 15% y otras con el 7% o el 8%.

Aquí lo que estamos haciendo es tratando de aprovechar que el segundo bono demográfico que este país todavía tiene, se pueda aprovechar. Este primero (bono demográfico por predominancia de personas jóvenes), como hemos visto, ya prácticamente se ha agotado, y lo que viene es cómo aprovechar este segundo bono demográfico (del envejecimiento de la población, que se pensiona) que está básicamente concentrado en el ahorro, como sería, este caso, para poder ir cerrando el profundo déficit fiscal que tenemos.

¿Me parece entender, entonces, que sí podrían mantener esa exoneración para los capitales que se transen en la BNV? Ya sabemos que no es a favor de la BNV, pues no es dinero de la BNV.

–En esto vamos a ver qué es finalmente lo que resuelven los legisladores. Como usted dijo, ya el Ministerio de Hacienda había externado su opinión, ahora lo que viene es que tratemos cuanto antes de ponernos de acuerdo en los diferentes artículos que componen este proyecto y, sobre todo, poder reintegrarle algunos artículos que en las últimas mociones se habían retirado, y, en particular, que son los que tienen que ver con el tema de la educación y de los destinos específicos.

Una pregunta un poco pintoresca. Durante la ceremonia de toma de posesión presidencial, fue evidente que usted saludó de modo especial al presidente del Partido Restauración Nacional, el Lic. Carlos Avendaño. ¿Responde esto a una afinidad religiosa o política?

–Déjeme contarle primero una anécdota. Cuando yo era Contralora, don Carlos Avendaño era el único diputado de su fracción. Durante mis años de Contralora, yo hacía el ejercicio de ir y presentarle a cada una de las fracciones la Memoria Anual (de la Contraloría). Desarrollamos esa iniciativa con el propósito de que a los diputados, que no se iban a leer todos los documentos, al menos se les podía dar un ligero repaso de cuáles eran los temas que interesaban a la Contraloría.

Las fracciones eran de diferente tamaño. En el caso de don Carlos Avendaño, a pesar de que era solo él, hacíamos el ejercicio de ir a presentarle solo a él la Memoria y siempre quedó muy agradecido de que, a pesar de ser una fracción unipersonal, nos tomáramos el tiempo e hiciéramos el esfuerzo de presentársela. Cuando nos saludamos, recordó, posiblemente, ese gesto que siempre tuvimos hacia él.

Afiliación política no tengo y religiosa, posiblemente estaría mucho más alineada con la de muchos otros costarricenses. Eso no quiere decir que, bajo ninguna circunstancia, esas cosas tendrían ninguna influencia.

Quiero desearle mucha suerte, doña Rocío, en esta importante tarea que asume en un momento tan crítico.

–Y es la suerte para todos, ¿verdad? Lo que pase conmigo parece que no es lo relevante. Es, realmente, lo que podamos construir para que el país pueda, por lo menos, subir una grada más en esta discusión e irse encaminando a reformas más de carácter estructural, que son las que siguen pendientes; porque al fin y al cabo, todo esto terminará siendo meramente coyuntural.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido