País Director del PNUMA, Erik Solheim

“Estamos felices de promover el modelo costarricense”

El noruego destacó las áreas protegidas costarricenses como un motor para el turismo, al que considera la fuente de empleos del futuro.

El director general del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el noruego Erik Solheim, considera que en el futuro los mejores empleos llegarán de la mano del turismo. ¿Entonces, cómo garantizar una industria turística fuerte?

Solheim piensa en las áreas protegidas como un vehículo para lograrlo. Un sistema sólido donde la conservación de los ecosistemas logre encontrar un balance con la creación de plazas de trabajo es clave para el desarrollo sostenible, argumenta.

En entrevista con UNIVERSIDAD, el noruego señala que es necesario proteger más las áreas oceánicas y dotar a los gobiernos nacionales de las herramientas para hacer efectiva esta regulación. Este es un extracto de la conversación con él.

De acuerdo con Protected Planet, la plataforma del PNUMA, las áreas protegidas cubren 15,4% de la superficie terrestre y 3,4% del área oceánica del mundo. ¿En qué estado se encuentra esta red global de áreas de conservación?

-Obviamente, ha sido un gran progreso que hayamos podido alcanzar tantas áreas protegidas, pero debemos seguir adelante. El siguiente paso es conseguir más áreas protegidas en tierras y aún más en los océanos, la cantidad protegida del océano es todavía poca. Un segundo punto es darle mejor protección a las áreas que ya tenemos porque hay caza furtiva en diferentes puntos del planeta y eso socava sus objetivos. Además, tenemos que trabajar fuertemente en la interfaz entre conservación y protección por un lado, y uso sostenible y creación de trabajos por el otro.

Nos gustaría incluir turismo y otros sectores, porque la gente ve enormes beneficios económicos y empleos saliendo de estas áreas. Costa Rica ha tenido un liderazgo en esto y más puede hacerse para crear empleos. El turismo es una de las mayores industrias del mundo y el principal creador de empleos del planeta. Cuando uno tiene una fábrica, puede tener uno o dos empleados y el resto hacerlo con robots, pero hasta el hotel más pequeño debe emplear a decenas o cientos de personas. Si vamos a crear los empleos del futuro, este es uno de los sectores más claves y está creciendo rápido.

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Para resumir, más áreas protegidas, más protección en los océanos y mejor protección donde ya hay áreas protegidas y lograr que se creen más trabajos.

Eso tiene que ver con la concepción que tenemos ahora de las áreas de conservación, que heredamos del siglo XIX y XX. El mundo cambia rápido y me gustaría conocer su visión para las áreas protegidas en el siglo XXI.

-Una de las necesidades más obvias son más áreas de protección en el océano y también más allá de los límites marítimos de los países; es decir, en aguas internacionales. El océano está bajo el control de la humanidad y necesitamos acuerdos globales para protegerlos fuera de la fronteras nacionales.

Ese es un desafío grande: uno puede cercar un área terrestre, pero no una marina. ¿Cómo podemos lograr acuerdos internacionales para protegerlas?

-Sí hay acuerdo mundial, lo que es más complicado obviamente si es en aguas internacionales. Costa Rica puede decidir qué parte de su país protege y nadie puede interferir con eso, pero si quiere conservar el Pacífico o el Atlántico, necesita más países de acuerdo. Si las grandes naciones quieren hacerlo, estoy seguro que es posible.

Hoy en día, con tecnología satelital podemos rastrear terroristas en las montañas de Irak o Afganistán, entonces monitorear actividades ilegales en el océano debe ser más fácil. Puede hacerse y podemos tener este tipo de actividades si existe voluntad política.

¿Existe esa voluntad política en este momento?

-Está emergiendo. Hasta ahora, la actitud ha sido que los océanos son tan grandes y las distancias tan extensas que uno puede tirar la basura y desaparece; que se puede sobrepescar e igual las poblaciones se recuperan. Ahora le ponemos más atención a esto y veo que estamos llegando a una masa crítica. Hay muchas iniciativas en Estados Unidos, hay una conferencia este año en Fiyi para hablar del tema en el Pacífico y el próximo año seguirán otras regiones. Todavía no estamos donde deberíamos para ver un cambio completo, pero estamos acercándonos.

Hay iniciativas ciudadanas como la limpieza de playas, donde los ciudadanos se juntan voluntariamente y tal vez los gobiernos aporten algo de equipo, pero es una idea de la gente.

Costa Rica se enorgullece de sus logros medioambientales incluyendo sus áreas protegidas: una cuarta parte del país está bajo algún tipo de protección. ¿Cómo esto puede promover mayores compromisos a nivel regional y global y cómo puede servir para otros países?

-Estamos felices de promover este modelo y hablar con otros países para que vengan a Costa Rica a aprender. Creo que el país debería estar orgulloso de esto y compartir su experiencia. En cada área necesitamos líderes y los Estados Unidos y China no pueden liderar en cada una de ellas; esa es la importancia de naciones más pequeñas como Costa Rica, que pueden liderar en algunas de ellas. Un punto clave es la conexión entre la creación de empleos y la conservación, creo que hay mucho que aprender ahí.

Conforme aumenta la población y aumenta la presión sobre los recursos naturales como pesquerías, estos también se vuelven más escasos y se presionan las áreas protegidas. ¿Hacia qué debemos apuntar cuando dice que queremos más áreas marinas?

-Han habido muchísimos desarrollos positivos recientemente. Barack Obama protegió una enorme área alrededor de Hawái y otras naciones del Pacífico han tomado medidas importantes. Puedo también citar mi propio país como un ejemplo: en el Atlántico Norte, hay cooperación entre Noruega, Rusia e Islandia para proteger las pesquerías. En algún punto estuvieron amenazadas y ahora están en un punto más saludable, pero necesitamos aprender a manejar sosteniblemente las pesquerías. Aquí también es internacional, porque hay pocas pesquerías que solamente están bajo el control de una nación.

Necesitamos detener la pesca ilegal. En la costa africana hay cualquier cantidad de embarcaciones de Asia o Europa consumiendo los recursos de estos países, quienes no tienen una guardia costera para detenerlo. Esto debe detenerse.

¿Cómo podemos hacer que se detenga? ¿A través de mecanismos internacionales, de participación local o cuál es la manera?

-Un poco de todo. Hay que tener fuerte presión internacional para que los gobiernos de donde estas embarcaciones provienen, lo detengan y eso viene más alto en la cadena política. Tuve una conversación con Ellen Johnson-Sirleaf, presidenta de Liberia y la primera mujer en presidir un país africano, y le pregunté cómo le podemos ayudar para esto. Ella apuntó desde el Palacio Presidencial hacia el puerto de Monrovia, donde había una gran cantidad de embarcaciones y me dijo: “Envíeme a su guardia costera”. Como no tienen guardia costera, cualquiera puede agotar sus recursos sin ninguna consecuencia. Es obsceno.

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“Una de las necesidades más obvias son más áreas de protección en el océano y también más allá de los límites marítimos de los países.”
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