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“Es un reto enorme el que tenemos por delante”

La Coalición Costa Rica promete consolidarse como espacio de generación de propuestas y fiscalización del poder político.

“Somos un grupo horizontal, no tenemos estructura de jerarquía”, enfatizó con humildad Javier Ballesteros, politólogo y relacionista público, quien es fundador y miembro del comité de enlace central de la Coalición Costa Rica.

Esa iniciativa ciudadana nació como un grupo en Facebook al día siguiente de la primera ronda electoral y, en menos de una semana laboral, ya contaba con 200 mil seguidores. Su trabajo de activismo ciudadano incidió no solo en que, de manera atípica, el abstencionismo bajara en la segunda ronda, sino también en el triunfo del presidente electo Carlos Alvarado, de Acción Ciudadana (PAC).

En entrevista con UNIVERSIDAD, Ballesteros analizó el trabajo hecho hasta ahora y visualizó las tareas de la Coalición en el futuro cercano.

¿Cómo se gestó la Coalición y logró constituirse en un espacio de trabajo efectivo en el mundo real, no sólo de hacer “click” en Internet?

–El nacimiento del grupo es anecdótico: un grupo de amigos creamos un espacio en Facebook para ponernos de acuerdo y la gente se apropió de eso. Desde el inicio, hemos sido más bien externos al PAC; de las seis personas que impulsamos lo que llegó a ser la Coalición Costa Rica, tres somos liberacionistas, dos sin filiación partidaria, uno que votó por Rodolfo Piza y una chica que sí es del PAC. Hacemos el grupo en Facebook abierto y público e invitamos a nuestros amigos conocidos de la universidad, sensibilizados a trabajar en esta coyuntura posterior a la primera ronda. Se dio un efecto bola de nieve que, en cuatro días tenía, 200 mil personas.

El segundo día, martes 6 de febrero, ya hablábamos de hacer una actividad pública, el primer encuentro nacional: una reunión en plaza Roosevelt. La idea era reunirnos a trabajar; casi que de inmediato, dividimos grupos de trabajo por provincias y un grupo sectorial con comisiones de trabajo en temas de salud, económico, ambiente y demás. La propuesta para la gente fue que no fueran necesariamente a donde votan, sino donde quieran trabajar, porque había un reto según los resultados de primera ronda, se dio una marcada diferencia de votos a favor de Restauración Nacional en las tres provincias costeras.

Estamos muy felices, porque al final se logró ver el cambio realmente: en Limón y Puntarenas disminuye la diferencia, pero en Guanacaste, además, gana el PAC.

Coalición Costa Rica fue una oportunidad para la gente que quería hacer algo, mucha que lo quería antes que nosotros probablemente.

El gran motor fue el riesgo de que las conquistas democráticas del país cayeran en manos del oscurantismo religioso.

–Sí, teníamos una definición de objetivos inicial con cuatro pilares: el voto informado; llegar a las comunidades que se sienten abandonadas por la política; movilización en el día electoral para disminuir el abstencionismo y posicionar una opción política acorde con la Coalición, que cree en el respeto irrestricto para todos y todas de los derechos humanos sin ningún tipo de distinción en un sentido amplio; en el respeto al derecho internacional; en la importancia de la adecuada preparación de las personas que se postulan a puestos públicos y en la no injerencia de la religión en la política.

No surgimos con un objetivo electoral, eso es consecuencia natural de la coyuntura. Para llevar a cabo una agenda a partir de esos principios, necesitábamos tener una opción política que desde el Gobierno acogiera eso, no podíamos entonces apoyar a la otra.

Se generaron espacios de trabajo solos, la gente se apropió del movimiento y aparecieron grupos en Facebook de la Coalición que caminaron paralelamente.

La abstención en segunda ronda bajó en prácticamente todos los cantones que ganó Carlos Alvarado en la primera. ¿Hubo un esfuerzo deliberado por disminuir el abstencionismo en esos sitios?

–No justo en esos cantones, pero sí era un objetivo general desde el inicio: la movilización en torno al día electoral, primero, para reducir el abstencionismo y, segundo, colocar la opción que veíamos más viable para un Gobierno nacional que respetara nuestros postulados y el modelo de sociedad costarricense.

Luego del resultado electoral, ustedes se han planteado como una instancia de “generación de propuestas y fiscalización ciudadana”. Es muy fácil que la gente se cohesione cuando hay un sólo objetivo en una campaña binaria, pero, al enfrentar una agenda más abierta de temas, va a ser más difícil sostener la Coalición, pues hay personas de diferente partidos políticos y visiones. ¿Cómo será ese trabajo propositivo y de fiscalización?

–Estamos totalmente claros, es un reto enorme el que tenemos por delante. No somos mezquinos con nosotros mismos y decir que no fue importante el trabajo de la Coalición, pero también hay que entender el contexto. Probablemente hubo personas que votaron por Carlos Alvarado que no lo hubieran hecho en ningún otro contexto, aún con la asistencia de la Coalición. El mensaje de que cada voto cuenta y ver la última encuesta del CIEP, que mostró un empate técnico, hace que personas liberacionistas de toda la vida, que no querían votar por el PAC nunca, consideraran que, si no votaban, el costo iba a ser mayor.

Otro de nuestros objetivos es la generación de un plan de acuerdos. Se hizo una convocatoria abierta a través de la página de Facebook y se recibieron más de 300 propuestas concretas de la gente sobre temas de economía, competitividad, ambiente, género, diversidad, educación y demás. Se generó un documento que fue el primer contacto con el equipo del área programática de Carlos Alvarado. Se logró un acuerdo con el que él se comprometió y lo firmó.

Esa es la primera línea de trabajo ahora, porque a la par de eso generamos un acuerdo de participación permanente en el Gobierno para seguir generando propuestas. El Gobierno se compromete a abrirnos un espacio para que Coalición Costa Rica sea un canal de presentación de propuestas. Tenemos confianza en que vamos a tener ese espacio.

Estos acuerdos ya firmados de 57 puntos sobre ocho ejes temáticos tienen que ser operacionalizados.

Queremos generar una estructura de enlaces que permita que las propuestas sean lo más autóctonas posibles.

Más allá de la coyuntura, la realidad es más compleja. Por ejemplo, un tema de enriquecimiento de la cultura política costarricense es algo que tenemos que ver como una oportunidad y ponernos al servido de las comunidades y generar espacios de discusión y participación ciudadana a lo largo de los cuatro años.

Sobre el trabajo de fiscalización, hay un escenario de juego más fuerte que es la Asamblea Legislativa. Desde el punto de vista de los derechos humanos no solamente están los 14 diputados de Restauración Nacional, sino también varios de otros partidos con agendas muy conservadoras. ¿Está en el horizonte hacer un trabajo estricto de seguimiento?

–Nos llamó la atención una iniciativa de alguien de la Coalición, “Adopte un diputado”, que nos parece fabulosa. Este tipo de ejercicios de activismo político y de rendición de cuentas en una democracia del Siglo XXI y nueva era de tecnologías de la información es algo que tenemos que popularizar.

La posibilidad de movilización ciudadana es fundamental para generar incidencia política de manera articulada, consensuada en torno a ciertos proyectos o temas.

Esto no es un cheque en blanco para el Gobierno. El hecho de que nos hayamos decantado por Carlos Alvarado no significa que de previo estemos de acuerdo con todo lo que él como gobernante y las demás personas de su gobierno vayan a hacer. Vamos a seguir siendo críticos, porque ese es el espíritu de la Coalición Costa Rica.

No estamos comprometidos con ningún partido político, somos un movimiento social. Eso es parte de la mística; mucha gente joven desencantada de la política vio en Coalición Costa Rica una forma de tener protagonismo. Tenemos que enriquecer esa posibilidad.

Es una maduración de la cultura política, una nueva era, una oportunidad histórica de volver a empezar, a hacer las cosas diferente.

Coalición Costa Rica no surge en torno a un proyecto político, sino a un modelo de sociedad. Debemos generar, a partir de los pilares que nos aglutinaron originalmente, espacios de participación bajo la premisa de que es más fuerte lo que no une.

¿Cuál debería ser el papel de la Coalición en un escenario de elecciones municipales?

–Eso lo tiene que decidir cada grupo de la Coalición. Lo que sí tenemos claro es que hay que elevar el nivel de la discusión política en todos los escenarios, no solo en el nacional, sino también en el municipal y en el de otros espacios de participación no sólo públicos, sino también organizaciones no gubernamentales, asociaciones de desarrollo comunal, entre otros.

Tenemos que respetar la autonomía de las personas que son el movimiento y que en sus comunidades van a tener realidades muy particulares.

 

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