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¿Es seguro esperar 12 semanas para la segunda dosis de la vacuna contra COVID-19?

Existe evidencia científica para tomar esta decisión y permitirá proteger a más personas en un menor tiempo

Recientemente el Ministro de Salud Pública, Daniel Salas anunció que se espaciará la aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech a 12 semanas, un cambio sustancial si se toma en cuenta que se venía aplicando con 21 días de distanciamiento, entre una y otra.

La medida será aplicada a los grupos prioritarios de vacunación 3, 4 y 5, y de acuerdo con Salas la medida se tomó luego de contar con nueva evidencia científica, con lo que se igualarán los tiempos de aplicación de la vacuna AstraZeneca, que desde el inicio era de 12 semanas.

Este cambio, que fue decidido por la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología de Costa Rica, ha generado una serie de dudas entre la población, sobre la efectividad de la vacunación y las implicaciones que tendrá en su salud.

Frente a esta situación, UNIVERSIDAD conversó con el epidemiólogo Juan José Romero, coordinador de la Maestría en Epidemiología de la Universidad Nacional (UNA) para conocer sobre las implicaciones y niveles de protección que garantiza esta medida para la población vacunada.

¿Hay evidencia científica de que sea eficaz la vacuna, al espaciarla 12 semanas entre la primera dosis y la segunda?

En primer lugar, explicó Romero, sí existe evidencia.

Para finales del año pasado el severo brote que se presentó en Europa, llevó a la entidad reguladora del gobierno británico, que estaba vacunando con AztraZeneca y Pfizer-BioNTech, a tomar en cuenta unos resultados de ensayos clínicos de AstraZeneca, que evidenciaron que al espaciar la aplicación de la segunda dosis, no se presentó enfermedad grave y la eficiencia no disminuyó significativamente (inicialmente era del 79% con la primera dosis y bajó a 70%), con respecto a las que se les aplicaba a las cuatro semanas.

Al tener en Gran Bretaña escasez de vacuna y muchas personas enfermándose, tomaron la decisión de espaciar la segunda dosis y así, cubrir a la mayor cantidad de personas, en el menor tiempo posible; dando tiempo a los laboratorios de 8, 10 o 12 semanas para producir más vacunas.

¿Estos datos son validados por la Organización Mundial de la Salud?

La OMS, con base en estos resultados positivos que se dieron en Gran Bretaña y otros países que comenzaron a aplicarlo (aunque no lo documentaron), validó la práctica de espaciar a 8 semanas la segunda dosis de AstraZeneca, así como la de Pfizer-BioNTech, Sinopharm y Moderna.

¿Qué impulsó a Costa Rica a espaciar la aplicación de las dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech a 12 semanas?

Ante la condición de un fuerte brote, con hospitales colmados de personas graves y una limitación de las vacunas, Costa Rica se valió de dos estudios distintos, uno desarrollado por Pfizer y otro por una universidad inglesa, que mostraba datos de que, espaciando de 10 a 12 semanas, baja la eficacia de la primera aplicación del 95% al 80% u 85%, pero al recibir la segunda dosis, el organismo presenta una mejor respuesta, que cuando se aplica con distanciamiento de tres semanas.

La valoración es, si vacuno a un millón de personas con las dos dosis en un período de tres semanas de intervalo, para tener una eficacia del 95% o si vacuno a dos millones, pensando que cuando se vuelvan a vacunar a las 10 o 12 semanas tendremos una mejor respuesta inmune, y que, además, hay saturación hospitalaria, se justifica esa política.

¿Distanciar la aplicación de la vacuna aumenta el riesgo de contagiarme del virus, entre una y otra aplicación?

El espaciamiento a 12 semanas reduce la ventaja que tenía al aplicarla a las tres o cuatro semanas.

Con la aplicación de tres semanas, la primera aplicación tenía una eficacia del 95% de no enfermarme leve o moderado, con respecto a quien no se vacuna, y una ventaja de casi un 95% de no enfermarme de severidad.

Con la ampliación a las 12 semanas, lo que se afecta es la eficacia de no enfermarse leve o moderado (entre 80% y 85%), pero luego de su primera aplicación, -que debe esperar tres semanas cuidándose- tiene casi un 100% de que no enfermará de gravedad. Eso le da tiempo para cuando le toque la segunda dosis, 12 semanas después, a que el sistema inmune va a estar muy preparado y tendrá una respuesta más fuerte.

¿Es decir, sí se puede enfermar, aunque tenga la vacuna?

Sí se puede enfermar, pero es poco probable que sea de gravedad. Esto también sucede si se aplica con distancia de tres semanas.

Con esta medida, ¿será posible llegar la inmunidad de rebaño más rápido?

Hay que dejar de pensar egoístamente, si a uno ya casi le toca la vacuna, no debe creer que es injusto que tarden más tiempo para ponerle la segunda dosis, porque en realidad al vacunar a más personas, llegaremos más rápido (a la mal llamada) a la inmunidad de rebaño, porque habrá más gente protegida.

Si recibimos, por ejemplo, dos millones de dosis, da espacio para vacunar al menos a 1,5 millones de personas con una dosis, los cuales se sumarían a los que ya tienen su cuadro de vacuna completo y los que están en proceso.

Así se reduce la cantidad de personas en hospitales y se provee de una mejor atención, en caso de que uno se enferme. Se trata de una medida de salud pública, que podría aportar en mucho a bajar el ritmo de contagios y de hospitalizaciones.

“Hay que perder el miedo de que están experimentando con nosotros, es algo que ya se ha probado y en las condiciones como las que tenemos de contagio, es lo más recomendable”.

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