País Lizbeth Salazar, directora Escuela Medicina UCR

“Es privatizar el sistema de salud”

Propuesta de nombrar a rector de Ucimed en junta directiva de la CCSS provoca rechazo entre profesionales de la salud, estudiantes, sindicatos y UCR.

El nombramiento del rector de la Universidad de Ciencias Médicas (Ucimed), Pablo Guzmán Stein, en la Junta Directiva de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) ha generado gran polémica entre los sindicatos, los estudiantes de Medicina y la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes consideran que esa designación contiene un “conflicto de intereses”.

Así, sin medias tintas, lo afirma la directora de la Escuela de Medicina de la UCR, Lizbeth Salazar, quien asegura que la participación de Guzmán Stein en la Junta Directiva de la Caja afecta incluso económicamente a la institución, pues la Ucimed lucra con los bienes de la Caja.

Salazar coloca como ejemplo el alto monto que la Ucimed cobra a sus estudiantes por la práctica en los hospitales públicos, mientras que su aporte a la CCSS por cada uno de los campos clínicos que ellos utilizan es mínimo.

En una materia como Ginecología y Obstetricia, cada estudiante paga a la Ucimed ¢1,2 millones, monto que incluye el uso del campo clínico en un hospital público, mientras que a la CCSS esa universidad privada le paga, entre ¢888 y ¢3.073 por el uso de esos campos.

En el 2013, la Asociación Costarricense de Facultades y Escuelas de Medicina (Ucimed, Unibe y Universidad Latina) interpuso un proceso ordinario contencioso contra la CCSS y la UCR en el que solicitan –como parte de la medida cautelar– que se declare inválido el convenio marco entre la Caja y la universidad pública.


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Ellos (la Ucimed) tienen grupos de 220 personas utilizando campos clínicos y no tienen un límite para la cantidad de estudiantes que envían, nosotros solo enviamos 120 estudiantes por año a internado. De hecho, el curso que le genera más dinero a la Ucimed es el internado, porque ellos no pagan por los campos clínicos. Con el juicio (CCSS-Ucimed) ellos se igualaron a nosotros, pero nosotros no le cobramos a los estudiantes ese montón de dinero. Incluso ellos cobran por internado de ¢4 a ¢6 millones.

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Este convenio les permite a los estudiantes de medicina de la UCR utilizar un espacio dentro de los hospitales públicos para consultar con sus profesores y asistir a distintas prácticas como cirugías y partos. La Universidad no paga por esos campos clínicos, pero tampoco les cobra ningún monto a sus estudiantes.

Salazar indicó que, si esa asociación de universidades privadas lograra su cometido, entonces “se privatizaría la educación médica”.

Enseguida un extracto de la entrevista que UNIVERSIDAD sostuvo con la directora de la Escuela de Medicina.

¿Cómo surge que las universidades paguen los campos clínicos?

–El interno es un estudiante que colabora mucho en atender a los pacientes. A finales del 2011, la Junta Directiva de la CCSS –debido a la situación económica de la institución– tomó la decisión de suspender el pago del estipendio a los estudiantes. Los muchachos empezaron a interponer recursos y se aprobó una medida en favor de los estudiantes para que la Caja, en el 2012, pagara el estipendio. Dentro de las propuestas de la CCSS para esta situación, ellos dijeron que se iban a cobrar los campos clínicos. La Universidad de Costa Rica no paga porque hay un convenio desde hace 30 años que señala que la UCR está exenta de pagar el campo clínico.

¿Qué ofrece el convenio?

–El espacio dentro del hospital. El estudiante está con un tutor que lo va a acompañar en sus actividades. Ellos pueden estar en salón, en consulta con el profesor, en cirugías, partos, etc. Además reciben lecciones teóricas dentro de los hospitales. El campo clínico es de un día.

Por el convenio la UCR está exenta del pago del campo clínico, pero ¿qué pasa en las universidades privadas?

–Por ejemplo, lo que sucede en las privadas es que ellos compran –en las rotaciones clínicas de las diferentes carreras– un campo clínico de un curso general o básico, como patología que cuesta ¢888 por cada día de uso. Pero ese cupo clínico no solo lo usa un estudiante, lo usan tres, pero su universidad pagó ¢888 nada más. Claro, a cada estudiante le cobran lo que cuesta el curso con todo y campo clínico. Eso es un montón de dinero. Ahí está el usufructo de las instalaciones públicas por empresas privadas; o sea, lo que pagan es menos de ¢1.000 y lo usan tres personas. Por ejemplo, ellos en el horario ponen de 7 a.m. a 6 p.m. y entonces fraccionan. Entonces un estudiante va de 7 a.m. a 9 a.m., otro va de 9 a.m. a 12 m.d. y otro de 12 m.d. a 6 p.m. Podría ser que cobren ¢300 mil o ¢400 mil al estudiante por el curso y que a la CCSS solo le paguen ¢888 por día. Ellos (la Ucimed) tienen grupos de 220 personas utilizando campos clínicos y no tienen un límite para la cantidad de estudiantes que envían, nosotros solo enviamos 120 estudiantes por año a internado. De hecho, el curso que le genera más dinero a la Ucimed es el internado, porque ellos no pagan por los campos clínicos. Con el juicio (CCSS-Ucimed) ellos se igualaron a nosotros, pero nosotros no le cobramos a los estudiantes ese montón de dinero. Incluso ellos cobran por internado de ¢4 a ¢6 millones.

El rector de la Ucimed, Pablo Guzmán, integrará la junta directiva de la CCSS. ¿Cuál es la posición de la Escuela de Medicina ante este nombramiento?

–Tenemos una honda preocupación porque sabemos que hay un conflicto de intereses muy claro. Sobretodo con todas las acciones legales que ha tomado por su interés de impartir las especialidades médicas donde todo lo que se mencionó no se está cumpliendo. Primero, no se aumentó la cantidad de especialistas, más bien se redujeron las plazas de especialistas a 146 pues antes habían más. Ahora también hay que repartirlas entre la universidad privada y la pública. Es decir, le quitaron a la universidad pública las plazas que eran con fines de interés de la salud pública del país. Ahora, entonces, quien tiene dinero puede entrar a hacer una especialidad. La mitad de la gente que tiene esos cupos no es por excelencia académica, sino por dinero.

En la UCR, los alumnos deben hacer un examen para demostrar que están capacitados y así poder entrar a la especialidad. Ahora, a él (Pablo Guzmán) le van a dar la mitad de las plazas para que él lucre con las especialidades, así como ya está lucrando con el grado. Él lleva un conflicto de intereses muy claro. No es que se va a separar o que no va a participar. Además, él también cobra a la CCSS por dar cursos de ética a médicos. Ahí hay un interés de contratación de empresa privada. ¿Cómo lo van a poner a él dentro de la junta directiva?. Él tiene su agenda. Él no ha trabajado en la Caja en los últimos años, él no tiene idea de qué es la CCSS en este momento.

¿Cómo afecta esta situación económicamente a la CCSS?

–Se está lucrando con sus bienes. Si realmente las universidades privadas le están cobrando esa cantidad de dinero a los estudiantes, la CCSS no está recibiendo nada. Ese montón de dinero se queda en manos privadas. Realmente, lo que debería suceder es que las universidades privadas tuvieran sus instalaciones privadas para atender los estudiantes, como sucede en todo el mundo. Nunca nadie les pone freno. ¿En qué está gastando él? Él no pone cuotas, los exámenes que hace es puro cuento porque él no gasta en nada.

Existe un contencioso donde la Ucimed solicita una medida cautelar en contra de la Caja y una de las pretensiones es que se declare inválido el Convenio marco entre la CCSS y la UCR.

–Lo que quiere (Ucimed) es que la UCR cobre los campos clínicos pero nosotros no estamos cobrando los campos clínicos a los estudiantes, ellos sí. Ellos manejan siempre tesis que no son ciertas y engañan de alguna manera a la gente.

¿Qué pasa si se declara inválido el convenio?

–Es la privatización de la educación médica. La Universidad no tiene presupuesto para pagar campos clínicos. Nosotros morimos y ellos siguen haciendo lo que quieran y haciendo el tipo de médico que quieran. Lo que les interesa es la cantidad de gente que entre porque paga. En cambio nosotros queremos formar bien al médico que el país necesita y que se merece.

¿Existen otros peligros de que el señor Guzmán Stein llegue a la junta directiva?
–El otro peligro de que él llegue es que los convenios se están venciendo. El Convenio de especialidades médicas se vence en el 2019. La CCSS es quien define la cantidad de plazas que abre para cada especialidad porque ellos contratan al médico que se va a formar como especialista. Antes, 400 plazas iban a la UCR, ahora van 200 y 200. Entre más universidades se integren a las especialidades, más se tienen que distribuir. Entonces, el discurso o argumento que se utilizó era que con eso se iban a resolver los problemas de atención médica en el país pero eso es una mentira. No es cuestión de la Universidad, es cosa de que la CCSS tenga presupuesto para que los profesionales puedan formarse como especialistas en las diferentes ramas. Estamos perdiendo especialistas porque no hay nada claro de que ese médico formado en una universidad privada realmente vaya a trabajar para la CCSS. Esos estudiantes les están pagando a la universidad privada y no tienen ligamen con la institución pública. ¿Qué gana la CCSS con esto? El país está perdiendo. Eso es privatizar el sistema de salud. El fin es privado y no público. Nosotros somos públicos y nos interesa el país de verdad.

 

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