Eliminar el uso obligatorio de la mascarilla podría tener un impacto económico en la seguridad social y en la salud, debido al crecimiento de las hospitalizaciones. Así lo señala el más reciente análisis realizado por el experto en modelos epidemiológicos y director de Sistemas Inteligentes de la Universidad Cenfotec, Tomás de Camino, y el investigador en sistemas complejos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, Santiago Núñez.
De acuerdo con el análisis realizado por los investigadores, el cual toma en cuenta dos sublinajes y el porcentaje de utilización de las mascarillas, si la ola que actualmente atraviesa el país fuera 100% de la subvariante de Ómicron BA.2 (menos severa y más contagiosa que la BA.1), y del todo no se usara este equipo de protección, el país podría alcanzar cerca de 1.000 pacientes hospitalizados al mismo tiempo.
Mientras que en caso de que se alcanzara un 70% en el uso de la mascarilla, se podrían reportar cerca de 800 hospitalizaciones.
Los otros escenarios que manejan los investigadores indican que en caso de que toda la ola fuera 100% de la variante de Ómicron BA.1 y el uso de la mascarilla fuera de un 70%, se podrían alcanzar cerca de 1.030 personas internadas.
Si esto se redujera a un uso de las mascarillas del 50%, la cifra de hospitalizados podría ser de 1.300.
“Cualquier medida que cambie la probabilidad de contagio (como el uso de la mascarilla) y que genere un aumento en la probabilidad de contagio va a traer consecuencias en términos económicos a la Caja. Yo creo que la CCSS lo va poder manejar, que no va a haber ningún tipo de mortalidad de vida debido a inacción de la institución pero si va a incurrir en un costo adicional”, señaló de Camino, quien indicó también que no existía ninguna urgencia en quitar esta obligatoriedad.
El investigador indicó también que eliminar el uso obligatorio de la mascarilla no implica que la población no la vaya a utilizar de forma inmediata; no obstante, existe un fenómeno social. “El hecho de que de a poco las personas vayan usando menos la mascarilla, va empujando a que cada vez más personas no la utilicen”.
En cuanto al costo a la seguridad social, de Camino y Núñez destacaron que un uso menor de las mascarillas por parte de la población podría desembocar en varios millones de dólares adicionales a la CCSS.
Específicamente, el no utilizar o disminuir la utilización de la mascarilla tendría también impacto sobre las finanzas de la CCSS, pues cada persona adicional que es hospitalizada debido al cambio de medidas le cuesta a la institución $1.000 por día.
“¿Qué es más conveniente? ¿Gastar esos millones de dólares, poner esa presión al sistema y atrasar otros procesos dentro de la CCSS o mantener un uso alto de la mascarilla?. (…) No había urgencia, definitivamente se podía esperar a tener datos suficientes para tener un mejor panorama de lo que va a ocurrir en esta ola”, mencionó de Camino.
Precisamente, el pasado 16 de mayo, el Grupo Técnico para la Vigilancia de COVID-19 recomendó a la ministra de Salud, Joselyn Chacón, mantener el uso obligatorio de la mascarilla, pues actualmente el país no atraviesa el momento ideal para implementar este cambio.
“En nuestro país, ante el inicio coincidente de estación lluviosa, inicio de nueva ola de contagios con evidencia virológica de circulación de sub-variantes de Ómicron, con mayor contagiosidad y capacidad de evasión del sistema inmune, aunada a la necesidad de incremento de cobertura en esquemas completos de vacunación contra la COVID-19, se recomienda que el levantamiento de medidas preventivas para la circulación viral, se realice de forma paulatina y controlada”, se lee en el oficio MS-DVS-0310-2022, el cual fue enviado al Ministerio de Salud como respuesta a la solicitud de criterio de uso de mascarillas en el momento actual.
La solicitud de criterio por parte del Ministerio de Salud se dio luego de que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, y la ministra Chacón, al comenzar el nuevo Gobierno, firmaran el decreto ejecutivo No. 43544-S el cual elimina la obligatoriedad del uso de la mascarilla, con excepción de los trabajadores de la primera línea de atención y usuarios de hospitales y otros servicios de salud.