Activistas del movimiento de combate a la violencia contra las mujeres y familiares de víctimas llevaron este jueves su voz de protesta ante los Tribunales de Justicia de Cartago para visibilizar ahí su lucha contra las desigualdades de género reflejadas en el sistema judicial, en el impacto económico de la pandemia y en las condiciones generales de vida.
Convocadas por el movimiento Pan y Rosas en el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, decenas de manifestantes se reunieron en Cartago para reclamar allí justicia más pronta y efectiva que responda a la violencia física y los asesinatos en esa provincia.
Raisha, Fernanda, Naty, Nicole, Allison y Luany son solo algunas de las víctimas de la forma más cruda de violencia contra las mujeres, atendida por un aparato judicial de enfoque patriarcal e insuficiente, lo que genera impunidad en muchos casos, dijo Fernanda Quirós Moya, dirigente de Pan y Rosas.
Las manifestantes estuvieron por una hora y media lanzando consignas como “ni una menos, vivas nos queremos”, bajo el argumento de que esos femicidios no son casos aislados, sino la expresión de “un problema estructural en el que el Estado y sus instituciones legitiman y reproducen la violencia”, se lee en la declaratoria
Parte de los reclamos se dirigió a la “revictimización” que, aseguran, sufren las mujeres durante los procesos judiciales por agresiones en su contra, en lugar de ayudas psicológicas gratis y de calidad, así como ayudas económicas, “en especial para hijos e hijas de las víctimas de femicidios”.
La protesta también se dirigió a las consecuencias que las mujeres han enfrentado en mayor medida por la pandemia, por el confinamiento en ambientes domésticos violentos y por el severo impacto en el desempleo, con un indicador nacional de 20% para ellas y 12% para ellos.
“Somos nosotras quienes encabezamos los índices de desempleo, pobreza, precarización e informalidad del trabajo. Que la crisis no la paguen nuestras condiciones de vida”, agrega la declaratoria, antes de abogar por jornadas de seis horas con salario que cubra la canasta básica.
Sobre las denuncias por violencia, el Informe Estado de la Nación señaló indicios de invisibilización, dado el volumen de llamadas recibidas por el servicio 911 durante los meses de mayor aislamiento doméstico por la pandemia.
Aunque la cantidad de reportes por violencia doméstica (contra mujeres, niños, niñas y adolescentes) disminuyó en 2020,
La cantidad de reportes al Sistema de Emergencias 9-1-1, por violencia doméstica, disminuyó en 2020, especialmente durante los primeros meses de pandemia. Esta caída coincide con los momentos en que se establecieron medidas sanitarias más estrictas para el control del covid-19. Lo anterior da indicios de una invisibilización de la violencia contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes, como consecuencia del confinamiento.
“La literatura y entidades internacionales han señalado distintos elementos que permiten plantear la hipótesis de que el contexto dificulta a las personas agredidas llamar para pedir ayuda y que una disminución en los reportes no significa necesariamente una menor cantidad de casos”, advierte el Informe.
La investigación señala que 2020 mantuvo los patrones temporales de reportes de violencia en los hogares: noches de fines de semana y días festivos, con una concentración mayor en primeros y los últimos meses del año.
Además indicaron que hay 32 distritos de la Gran Área Metropolitana donde se registra una alta violencia en los hogares, según los datos derivados de las llamadas al 911.
El Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) citó este jueves cifras del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres del Poder Judicial, según las cuales en 2020 hubo 25 femicidios y para este 2021, de enero hasta el 19 de octubre se cuentan 11, además de 33 muertes violentas que están en investigación.
