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“El diseño actual del examen es un obstáculo para que los jóvenes completen el bachillerato”

Experta de la OCDE, ve positiva transformación que quiere implementar el MEP en las pruebas de bachillerato.

En agosto del año pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) emitió el informe Revisión de políticas nacionales de educación en Costa Rica, en el cual propuso al Ministerio de Educación Pública (MEP) reformar las pruebas de bachillerato.

De acuerdo con la gerente de proyectos en la Dirección para la Educación y las Habilidades de la OCDE, Anna Pons, Costa Rica presenta altos niveles de deserción en secundaria y el diseño actual de bachillerato es un “obstáculo” para que los estudiantes puedan obtener su título de secundaria.


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Pons, explicó también que la Organización ve “positiva” la transformación que quiere implementar el Ministerio sobre las pruebas y que las mismas constituyen un indicador para observar el desempeño del sistema educativo.

Enseguida la conversación que la gerente de proyectos sostuvo con UNIVERSIDAD.

¿Por qué propusieron reformar el examen de bachillerato en Costa Rica? ¿Qué fue lo que observaron?

–Altos niveles de deserción en secundaria. Hay más estudiantes que empiezan la secundaria en Costa Rica que en otros países de América Latina, pero hay menos que logran terminarla. De hecho, solamente la mitad de los jóvenes tiene el título de secundaria, una proporción que se reduce a uno de cada cinco para aquellos cuyos padres no tienen estudios. Combatir la deserción requiere mejorar la calidad y equidad de la educación, y rediseñar el examen de bachillerato es una de las reformas necesarias para avanzar en esta dirección.

El diseño actual del examen es un obstáculo para que los jóvenes completen el bachillerato. Por un lado, hay estudiantes que tropiezan en la prueba o abandonan mucho antes porque se les exige un nivel que no se les ha dado, y si no logran sacarlo no obtienen ningún reconocimiento a sus esfuerzos. Por otro lado, hay estudiantes con vocación técnica que desertan porque consideran que no vale la pena estudiar y examinarse de las mismas materias académicas que sus compañeros que quieren ir a la universidad. Así pues, el fracaso de estos es más bien una muestra de los retos que el sistema aún no ha logrado resolver.

Ahora Costa Rica se encuentra en un proceso de análisis y transformación de las pruebas de bachillerato. De acuerdo con el MEP, para el 2020 la idea es que los exámenes no sean vinculantes con el título y que funcionen como retroalimentación para el Ministerio. ¿Ven positivo este cambio?

–Nos parece muy positivo que el Ministerio hiciera algunos ajustes a la prueba a finales de 2017 y que ahora se esté planteando una reforma de mayor calado. Este examen es una señal muy importante para decirle a los estudiantes qué es relevante, enseñarle a los profesores qué pueden mejorar, permitir que el ingreso a las universidades se realice de una manera objetiva y eficiente, e incluso indicar a los empleadores qué saben los estudiantes. Se trata además en Costa Rica de la única evaluación externa del aprendizaje que deben tomar todos los estudiantes y, por lo tanto, un importante indicador para que la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto puedan valorar el desempeño del sistema educativo.

El examen de Bachillerato debería dar una oportunidad real a todos los estudiantes de conseguir el diploma y proseguir con éxito sus caminos educativos o profesionales. No se trata de regalárselo ni tampoco de darles falsas esperanzas, sino de encontrar un equilibrio justo centrado en el reconocimiento de sus aprendizajes.

¿Cuál es la observación que han hecho de estas pruebas en otros países? ¿Han sido eficientes?

–La prueba es simplemente un medio para tomar una fotografía de los aprendizajes alcanzados. En los países de la OCDE, el bachillerato es considerado un mínimo indispensable para que los jóvenes puedan desenvolverse con éxito en su vida, y esta voluntad se plasma en una oferta educativa abierta y diversa para encaber a todos los estudiantes. En consecuencia, suele haber más de una prueba de bachillerato para reflejar la diversidad de itinerarios formativos, los estudiantes solo se examinan de los temas relevantes que se les enseñaron, y existen varios niveles y oportunidades de sacarla para no desalentarlos.

 

 

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