Por persona, los hogares más pobres pagarán entre ¢850 y ¢1.486 más al mes.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) no representa una amenaza ni para los hogares ni para las empresas.
Esto, a pesar de que el Ministerio de Hacienda estima que el gasto adicional que la aplicación del impuesto tendrá para los hogares será aproximadamente un 43% mayor que lo calculado por el Observatorio del Desarrollo y la Escuela de Economía de la Universidad Nacional.
Regresar al Especial:
Leer el resto de sus notas:
- Priscilla Piedra, directora General de Hacienda: “Existe un temor exagerado por el IVA”
- La nuevas reglas del IVA y su negocio: ¿cómo pagar los impuestos?
- Miles de profesionales liberales deberán tributar distinto a partir de julio: ¿Cómo les impactará el IVA?
Priscilla Piedra, directora General de Hacienda, explicó que, siendo leve, el mayor impacto lo sentirán los hogares con los ingresos más altos.
“A mayor ingreso, mayor consumo. Es indudable que las personas que están en los deciles de mayores ingresos tendrán que pagar un poco más. A partir de su capacidad de consumo, es prácticamente imposible generar una reversión completa de esto, porque siempre van a consumir más los deciles con mayores ingresos”, dijo.
Los “deciles” son los diez grupos en que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos clasifica los hogares del país de acuerdo con su nivel de ingreso.
Por lo general, los de más bajos ingresos tienen un mayor número de integrantes (de 3 a 5 personas), mientras que aquellos con los ingresos más altos están conformados por un menor número de personas (de dos a tres personas).
Según los cálculos de Hacienda, cuando el IVA entre plenamente en efecto -pues, para algunos bienes y servicios no comenzará a regir el 1 de julio próximo-, los hogares más pobres desembolsarán un total de ¢3.076 más, al mes, por lo que consumen (¢850 más por persona), mientras que los hogares más ricos pagarán ¢38.598 adicionales (¢16.092 más por persona).
Los hogares de ingresos medios desembolsarán ¢6.142 mensuales más (¢1.843 más por persona). (Ver los detalles en los cuadros respectivos).
Con la puesta en efecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, el 18 de abril pasado, se modificó la Canasta Básica Tributaria (CBT) con el fin de que, a partir de la entrada en efecto del IVA, su impacto para el consumo de los hogares de menores ingresos fuera menor.
Actualmente, tanto los hogares más adinerados como los de menor capacidad de consumo se ven igualmente favorecidos con la exoneración del 13% del Impuesto sobre las Ventas para los productos de esa canasta. Por eso, se sacaron de esta aquellos productos que son más consumidos por los hogares de mayores ingresos.
Con la modificación de la canasta y con la aplicación de solo un 1% del IVA a esa nueva canasta, Hacienda logrará dos objetivos: minimizar el impacto del impuesto para los hogares más pobres y dejar de subsidiar el consumo de los hogares de ingresos más altos (ver los gráficos relativos a la CBT actual y la nueva).
“Lo que uno puede hacer para generar una mayor progresividad del impuesto es que la norma sea mucho más plana. Con la CBT que estaba vigente antes del 18 de abril de este año, solo el 12,7% de esos productos era consumido por el decil de menores ingresos y un 31% era consumido por los hogares de mayores ingresos”, explicó la funcionaria.
“El IVA tendrá una afectación mayor a medida que va subiendo el decil, porque en los deciles más altos es donde se consumen muchos de los servicios que ahora van a estar gravados con el 13% y que antes no lo estaban”, agregó.
Por otro lado, Piedra explicó que otros bienes y servicios a los cuales se les aplicó una tarifa reducida del impuesto, “no son de consumo generalizado o masivo de la población de menores ingresos”.
Se refiere a la construcción, los servicios de arquitectura, de topografía, de obra civil, los cuales están gravados con una tarifa escalonada en el tiempo: el primer año, están exonerados, el segundo año, pagarán un 4% de IVA, el tercer año, un 8% y en el cuarto año un 13%.
Lo mismo ocurrirá con los servicios turísticos: los que estén registrados ante el Instituto Costarricense de Turismo y que no estaban gravados con el Impuesto de Ventas, pagarán esa misma tarifa escalonada (ver también: “¿Qué cambia y qué se mantiene igual?”).
“Cuando uno ve el consumo de esos servicios ve qué grupos de población se estaban beneficiando de esas exoneraciones. Esos servicios no son parte de las necesidades básicas de los deciles de más bajos ingresos”, comentó Piedra.
La funcionaria también consideró “exagerados” los temores de la población con respecto a la puesta en efecto del IVA y explicó que, incluso, el nuevo sistema de este impuesto podía mejorar la rentabilidad de las empresas (ver: “Existe un temor exagerado por el IVA”).
Con los ingresos por concepto del IVA, Hacienda espera recaudar el 0,68% del Producto Interno Bruto (PIB), que es la riqueza total que el país produce en un año.
