País Impulso de América Latina se frena, advierte el FMI

El BCCR reduce proyección de crecimiento económico a 3,9% en 2022 y estima 4,0% en 2023

El 2021 registró un crecimiento de 7,6% del PIB, en parte por el “efecto base”, es decir, la recuperación tras la caída causada por la crisis sanitaria por la covid-19.

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyecta que la economía costarricense crecerá un 3,9% en el presente año y un 4,0% en el 2023, según su primer informe integrado macroeconómico y de revisión de la política monetaria, correspondiente a enero del 2022.

La nueva proyección para el presente año implica una reducción de 0.6 puntos porcentuales (p.p.) para el 2022, pues en noviembre pasado el banco había subido su estimado de crecimiento de 3,7% a 4,5% para este año.

Por otro lado, en el 2021, la economía nacional creció un 7,6%, muy por encima de lo proyectado por el BCCR, que fue de 5,4%.

Ese crecimiento se debe, en parte, a la recuperación de la caída causada por la crisis provocada por la covid-19 —o “efecto base”— y en parte a lo que Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, calificó como “un crecimiento históricamente muy alto, una recuperación tan fuerte y tan vigorosa, que es muy superior a lo proyectado, sobre todo por el aumento de la demanda interna”.

Es la primera vez que el BCCR fusiona su Informe Macroeconómico con su Informe de Política Monetaria. (Foto: Katya Alvarado).

Por eso, al referirse al crecimiento proyectado para los años 2022 y 2023, a pesar de ser estos muy inferiores al 2021, el funcionario resaltó el hecho de que ambas estimaciones son superiores al promedio tendencial de crecimiento de la economía costarricense en situaciones normales.

“Aun así, la actividad económica crece más de su promedio tendencial, de modo que alcanzará casi lo proyectado antes de la pandemia”, es decir, lo que la economía hubiera logrado si no hubiera ocurrido la crisis sanitaria, dijo.

Ese mayor crecimiento se debe al repunte de la demanda interna, principalmente por el aumento en el consumo de los hogares, por la mejora del mercado laboral, el crecimiento de la inversión privada y el aumento de las exportaciones.

A manera de ejemplo, el sector de hoteles y restaurantes, cuya recuperación se mantuvo rezagada con respecto a los demás sectores, “crecerá a tasas altas” en el 2022, dijo el funcionario.

Este grupo registraría un crecimiento de 19,2% y de 20,9% en el 2022 y el 2023, respectivamente, mientras que los demás sectores de actividades económicas mostrarían aumentos relativamente más bajos (ver el gráfico).

Además, la mejora de la situación fiscal, al ejercer menos presión sobre la economía nacional, también contribuye a que el crecimiento económico continúe después de recuperar el efecto base y a que se mantenga alto a pesar de la moderación natural que se da luego de alcanzarse esa base.

Cubero resaltó que lo anterior incrementó la confianza del empresariado, pero en menor medida estimuló el consumo, una situación que se da también en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En el periodo 2022-2023 se proyecta que continúe el aumento en el consumo de los hogares y en la inversión privada debido a las mejores condiciones fiscales logradas, se espera una demanda importante de crédito por parte del sector privado y un alza continuada en las exportaciones.

En el sector externo, el BCCR espera que el déficit en cuenta corriente se mantendrá, aunque crecerá un poco y que las finanzas públicas continuarán mejorando.

“Habrá una continua mejora, en el supuesto de que se aprueben la Ley de Empleo Público y los proyectos pendientes relativos al convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dijo Cubero.

En cuanto a las finanzas públicas, el BCCR estima que, en el supuesto de que se dé lo anterior, “a partir del 2022 comenzaría a reducirse sistemáticamente la deuda pública y las tasas de interés internas mejorarán”.

Además, resaltó que la consolidación fiscal fue de 2,3 puntos porcentuales (p.p.), mucho mayor que lo esperado, debido a la aplicación de la reforma fiscal y a una contención “muy fuerte” del gasto público.

A pesar de lo anterior, continuó el aumento en el de pago de intereses por el mayor endeudamiento en que todavía debe incurrir el Estado costarricense para hacer frente a sus obligaciones, aunque la deuda también creció menos de lo proyectado, pues registró el menor aumento en 12 años.

La reforma fiscal, la contención del gasto y el acuerdo con el FMI permitieron caídas en las tasas de interés de los títulos de deuda del gobierno -en colones y en dólares- de hasta 350 puntos base, así como una reducción en los spreads -o diferenciales de precios- de la deuda costarricense.

En la economía local, el efecto llevó a que se moderará el crecimiento de los agregados monetarios.

Además, la inflación se mantendrá dentro del rango meta de 3% +/- 1 p.p., aunque se estima que alcanzará el tope alto de ese rango —es decir, 4%—, en los primeros meses del 2022 y luego volverá a bajar.

Dado el panorama anterior, el BCCR “comienza a reversar el tono expansivo de la política monetaria, aunque todavía estamos a un trecho de llegar a la tasa neutral”, dijo Cubero.

Por eso, la entidad realizará aumentos graduales de la Tasa de Política Monetaria (TPM), pero los intensificará en caso necesario (ver el recuadro).

Igualmente, el banco no intervendrá en el comportamiento del tipo de cambio, del cual espera un comportamiento dentro de lo normal, a menos que ocurrieran actuaciones atípicas.

Esa reversión paulatina de la política monetaria expansiva también está ocurriendo en el nivel mundial debido a que la recuperación económica de la crisis por la pandemia de Covid-19 continúa, pero a un menor ritmo.

Además, se registra un repunte de la inflación mundial, tanto por la recuperación de la demanda como como por “choques de oferta”.

“Los bancos centrales ya han venido ajustando la TPM y los programas de estímulo monetario. Están aumentando fuertemente las TPM, sobre todo en los países emergentes”, enfatizó Cubero.

Entre estos “choques de oferta” se encuentran los problemas con las cadenas de suministro de materias primas y de mercadería, que han disparado los costos de transporte y el lento retorno de las personas a los mercados laborales.

También influye el hecho de que la confianza en el futuro económico se modera debido al incremento de la tasa de contagio por Ómicron.

Dado lo anterior, el FMI revisó a la baja crecimiento economía mundial para el 2023 y lo ubicó en un 3,8%, es decir, cercano a su crecimiento histórico y estimó que la inflación mundial será mayor en las economías avanzadas y emergentes.

En cuanto al mercado laboral nacional, el informe del BCCR resalta el hecho de que la tasa de participación se ha reducido, un fenómeno que también está ocurriendo en otros países.

“Algunos trabajadores han tirado la toalla y se ha detenido la generación de empleo”, comentó Cubero.

Sin embargo, la demanda de fuerza de trabajo sigue en aumento, lo cual genera una presión al alza de los salarios, los cuales se encuentran por encima de los niveles anteriores a la pandemia de Covid-19 en el sector formal, pero no en el sector informal.

Lo anterior ocurre en varios países, donde “la tasa de desempleo no ha vuelto a los niveles pre-pandemia”, agregó.

En cuanto a la inflación local, el funcionario resaltó que los precios de las materias primas que Costa Rica importa han aumentado y los fletes marítimos se han cuadruplicado por encima de los niveles pro-pandemia.

La inflación internacional ha aumentado más de lo originalmente proyectado por los bancos centrales y los organismos internacionales y ha llevado a un deterioro de los términos de intercambio en detrimento de los precios de las exportaciones nacionales.

Rodrigo Cubero, presidente del BCCR: “El nearshoring favorece a Costa Rica y ha producido un repunte muy fuerte de la Inversión Extranjera Directa”. (Foto: Katya Alvarado).

Por eso, los precios para la producción nacional han seguido creciendo y los del consumo local también aumentan.

“La inflación en Costa Rica también crece, pero la tasa sigue siendo moderada en relación con los otros países. Hay un movimiento sostenido al alza, pero moderadamente”, dijo Cubero.

Agregó que la inflación importada y su impacto en el impacto del tipo de cambio.“han llamado ya a la acción al BCCR”, sobre todo en cuanto a los precios de los bienes regulados como los de los combustibles.

Para Costa Rica, “la relación de los términos de intercambio seguirá siendo negativa, sobre todo por el alza en los precios de los combustibles”, dijo Cubero.

Además, el BCCR observó que el déficit comercial del país crece, aunque aumenta la exportación de servicios.

El nearshoring -retorno o establecimiento de empresas, sobre todo estadounidenses, a territorios cercanos a su país de origen, “favorece a Costa Rica y ha producido un repunte muy fuerte de la Inversión Extranjera Directa”, dijo Cubero.

Sin embargo, también hizo notar que se produjeron “salidas muy fuertes de capital del sector privado, especialmente por las inversiones de los fondos de pensiones, por eso el financiamiento neto del país fue menor y en el 2021 se registraron presiones cambiarias”.

En cuanto a los riesgos que enfrenta el crecimiento económico mundial, Cubero mencionó la evolución de la pandemia de Covid-19, el aumento en los precios de las materias primas, la inflación, así como las respuestas de política monetaria que tomen las economías avanzadas.

Por su parte, la economía nacional encara, igualmente, riegos como la evolución de la pandemia de Covid-19 y de la vacunación, la incertidumbre con respecto a lo que ocurrirá con los proyectos pendientes en la Asamblea Legislativa y el futuro del convenio con el FMI, el comportamiento de la confianza empresarial, si se encarecerá el financiamiento al gobierno y lo que ocurra con la inflación.

El gráfico del BCCR muestra la recuperación proyectada de los distintos sectores económicos nacionales.

LO QUE DICE EL FMI

El pasado lunes, también el FMI advirtió que las economías de América Latina y el Caribe “están perdiendo vapor, luego de haber hecho un fuerte regreso el año pasado”, cuando crecieron en un promedio de 6.8% gracias al comercio exterior, a los altos precios de sus materias primas y a condiciones financieras favorables.

Ahora, sin embargo, el organismo estima que, en el 2022, la región crecerá en apenas el 2,4%, una reducción con respecto a su proyección de 3%, realizada en octubre del año pasado.

“Un aletargamiento es inevitable, en la medida que las economías regresan a sus niveles pre-pandemia. Pero, la rebaja de la estimación de crecimiento refleja otros retos, incluidos los menores crecimientos en China y en los Estados Unidos, debido a que continúan las disrupciones en los suministros, a políticas monetarias y financieras menos expansivas y a la emergencia de la variante Ómicron”, dice.

El FMI hace notar que las presiones inflacionarias en los Estados Unidos y en la propia región podrían requerir que se procediera con mayor velocidad a poner fin a las políticas monetarias expansivas, lo cual, unido al cambio en la percepción de riesgo de quienes invierten, podría aumentar los riesgos para la sostenibilidad de la recuperación.

“Los gobiernos han de prepararse para una política monetaria más apretada por parte de los EE.UU, extendiendo los plazos de maduración de sus deudas, reduciendo sus necesidades fiscales y limitando los desbalances cambiarios hasta donde se pueda en el sector financiero”, advierte.

Además, el observa que “el calendario electoral regional está cargado, lo cual puede llevar a malestar social en un contexto de desigualdades que debe ser abordado”.

Finalmente el FMI afirma que los países deben enfrentar tres retos simultáneos:  asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas; aumentar el potencial económico; y hacer lo anterior de un modo que promueva la cohesión social y que encare las inequidades sociales, todo lo cual “tomará tiempo” y requerirá de la construcción de consensos.

El gráfico del Consejo Monetario Centroamericano muestra la tendencia de la inflación en la región de Centroamérica y República Dominicana (CARD).

La inflación local y por qué el BCCR subió la TPM a 1,75

 El 26 de enero pasado, la Junta Directiva dispuso aumentar la Tasa de Política Monetaria (TPM) —tasa de interés que cobra el BCCR en sus préstamos a un día plazo—, en otros 50 puntos base (estaba en 1,25% anual) y la ubicó en 1,75% anual.

Lo anterior, debido a las siguientes razones:

-El índice de precios al productor de la manufactura presentó en noviembre, por cuarto mes consecutivo, una variación interanual de dos dígitos (13,8%) y podría trasladarse a la inflación al consumidor en los próximos meses en mayor medida a lo previsto por los modelos de pronóstico del Banco Central.

-El salario promedio, medido por la Encuesta Continua de Empleo y por las estadísticas de cotizantes de la CCSS, muestra un incremento con respecto a lo observado en febrero del 2020. El dinamismo de la producción podría acelerar las presiones salariales.

-Aun cuando las expectativas de inflación se mantienen bajas, la encuesta dirigida a analistas de finanzas, empresas consultoras en economía y el empresariado sugiere que se producirán valores cercanos al límite superior de la inflación -esto es, a 4%-, en el primer semestre del 2022.

-La inflación importada creciente, la aceleración en los precios locales al consumo y a la producción y la depreciación del colón podrían afectar las expectativas inflacionarias y ubicarlas por encima del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación. Ello, a su vez, podría introducir inercia en la inflación, en los salarios y en los contratos de mayor plazo (alquileres, educación, transporte, por ejemplo) y generar efectos inflacionarios de “segunda ronda”.

Fuente: BCCR, Informe de Política Monetaria, enero del 2022.


 

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