El exdiputado Constantino Urcuyo, junto con el exdiputado y exmagistrado Carlos Arguedas, lanzaron nuevas advertencias por la manera en la que el proyecto de Ley Marco de Empleo Público (21.336) concentra el poder en el Ejecutivo y cambia las relaciones entre las instituciones públicas.
“Es un proyecto peligroso y nocivo para la democracia costarricense. No me da ningún temor en decirlo en esas palabras”, aseguró Urcuyo en el programa radial Orden del Día, emitido por Radio Universidad de Costa Rica.
Urcuyo argumenta que existe “intromisión (…) no solo en autonomía universitaria sino en la independencia del Poder Judicial”, al darle nuevas potestades al Ministerio de Planificación como rector de la relación laboral entre el Estado y los funcionarios públicos.
El exdiputado y politólogo describió que el proyecto plantea un “superministerio” y esta concentración de poder “lo que haría es destruir el sistema de equilibrio de poderes en la democracia representativa costarricense”.
Arguedas afirmó que es una “intromisión” que se aplicará “no solo en la autonomía universitaria sino en la independencia del Poder Judicial”, más adelante también mostró preocupación por los efectos de la intromisión en el Tribunal Supremo de Elecciones.
El abogado constitucionalista aseguró que en 1949, la Asamblea Constituyente “descentralizó el poder y ahora lo quieren concentrar de nuevo”.
Tanto Urcuyo como Arguedas coincidieron en que el proyecto contiene diversas implicaciones políticas. Entre ellas, el control de opositores políticos del partido del Gobierno dentro de las universidades públicas e instituciones.
“Es ambicioso y quiere establecer un sistema en el que declinen los centros de oposición que pudieran haber en la colectividad a determinadas visiones políticas. La idea es decir, en lenguaje muy coloquial, no dejar títere con cabeza”, afirmó Arguedas.
Dijo que la futura ley podría usarse como un “mecanismo autoritario, condicionante del Poder Judicial y el Tribunal Supremo de Elecciones, es muy delicado”. Sobre el diseño de salario público en manos de Mideplan y la Autoridad Presupuestaria, Arguedas también lo llamó “un instrumento de poder para condicionar cualquier tipo de actividades: desde la actividad universitaria, la jurisdiccional y electoral”.
Ambos analistas afirmaron que el texto es “confuso” y podría prestarse para peligrosas interpretaciones en el futuro.
El exmagistrado Arguedas ejemplificó con el caso de la objeción de conciencia, un caso en el que se está resolviendo, a través de legislación, “problemas jurisprudencia”.
“Es un proyecto confuso, largo, en ocasiones complejos de comprender”, afirmó Arguedas.
Urcuyo coincidió con Arguedas, explicando que el texto del proyecto de ley “es tan confuso” que no delimita cuáles son las tareas generales y concretas que tendría Mideplan.
“En el mismo texto dice que puede emitir circulares y directrices”, dijo Urcuyo.
Para este analista, el proyecto contiene afectaciones generales para la manera en que funciona la institucionalidad del país.
“Es un proyecto institucional que va a condicionar o determinar mucho de lo que es el comportamiento del aparato estatal de cara al resto de la gente. Es un proyecto de modificaciones para las relaciones interinstitucionales y, naturalmente, eso nos va a afectar a todos”, aseguró Urcuyo.
El mismo analista defendió las participaciones de la diputada oficialista Paola Vega en la defensa del principio de división de poderes y la autonomía universitaria. Urcuyó afirmó que sus argumentos solamente han recibido con “insultos” en el plenario legislativo. Asimismo, defendió el criterio técnico del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Cruz.
“Sin miedo se ha enfrentado a los intereses que quieren, casualmente, centralizarlo todo, quitar autonomías de las universidades y someter al Poder judicial al poder dictatorial de un superministerio que estaría bajo el mando, hoy, de Carlos Alvarado, que no lo va a disfrutar mucho… Pero podría salir un autócrata que se encaramara sobre eso, de derechas o de izquierdas. Allí veríamos a los centralizadores llorar por la pérdida de la democracia y de las libertades”, aseguró Urcuyo.
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