Los diputados de la Comisión de Ambiente ‘suavizaron’ hoy el proyecto de ley 20.985, que hasta hoy pretendía prohibir la comercialización de plásticos de un solo uso en todo el territorio nacional.
Los legisladores aprobaron una moción de texto sustitutivo que devolvió la redacción del proyecto a un estado mucho más blando, eliminando varias de los cambios que se aprobaron hace 15 días, a través de mociones de los diputados Paola Vega, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y José María Villalta, del Frente Amplio (FA), que fortalecieron las restricciones.
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Ahora, el texto apenas prohibiría la comercialización de pajillas y pondría algunas restricciones en cuanto al uso de bolsas plásticas; mientras que promovería algunas prácticas menos contaminantes en la confección de botellas y añadiría algunas indicaciones para reforzar la educación y la promoción de iniciativas económicas amigables con el ambiente.
Se dejó por fuera la prohibición total de los plásticos de un solo uso, la cual había despertado preocupaciones importantes en los grupos industriales ante la gran apertura de ese concepto.
Existían varias mociones del PLN y del PUSC que pretendían debilitar las prohibiciones establecidas por Vega y Villalta. Sin embargo, finalmente se impuso un texto planteado por el socialcristiano Erwen Masís.
Masís fue el proponente inicial de la iniciativa y recientemente manifestó su inconformidad con las nuevas restricciones que se habían agregado a su propuesta de ley, alegando que esta tenía “un enfoque más educativo que prohibicionista”.
“La lógica y la vocación del proyecto era hacer un cambio en nuestros hábitos de consumo y bajar a través de ello la contaminación por plástico en el país (…) la prohibición sería necesaria si nosotros como costarricenses no somos capaces de crecer en esa materia, pero no podemos olvidar que hay 14.000 personas empleadas directamente por esta industria”, afirmó hoy, cuando defendió su moción de texto sustitutivo.
Por último, el socialcristiano destacó que su idea también fue defender una versión lo más políticamente viable del proyecto, de modo que tuviera garantizado el apoyo mayoritario del Congreso.
Además de Masís, votaron a favor de los cambios los diputados Luis Fernando Chacón, Paola Valladares (PLN), Óscar Cascante (PUSC), Giovanni Gómez y Xiomara Rodríguez (PRN); mientras que en contra únicamente se dispusieron Vega, Villalta y el oficialista Mario Castillo.
De estos últimos, la diputada Paola Vega calificó le devolución como un retroceso en materia ambiental, pues las prohibiciones que se habían hecho estaban respaldadas por “criterios de entidades técnicas, como las universidades públicas, laboratorios, ministerios y otros similares”.
Además, comentó que no era cierto que no había un espíritu prohibicionista al inicio del proyecto, sino que las prohibiciones terminaron cediendo ante “presiones industriales”. “Esto es un saludo a la bandera (…) Ya los restaurantes casi ni dan pajillas, entonces lo que estaríamos aportando es algo que ni siquiera impacta verdaderamente esta situación”, subrayó.
Sobre los avances educativos del texto defendidos por Masís, Vega señaló que el proyecto no ofrece nada nuevo, pues los artículos ya están recogidos en leyes que han sido aprobadas en los últimos años. De hecho, indicó que el proyecto no era más que “fingir que algo cambia para no hacer ningún cambio realmente”.
Vega también enfatizó en la existencia de fuertes presiones de las cámaras industriales, a las que acusó de estar “metidas” en la Asamblea para “garantizar que el proyecto regresara a su versión original”.
Precisamente, las medidas prohibicionistas han experimentado una férrea oposición del sector industrial, el cual asegura que cerrar la puerta a la comercialización de productos plásticos podría golpear fuertemente la generación de empleo en el sector plástico. No obstante, las posiciones han sido totalmente puestas por parte de entes técnicos ambientalistas, que más bien han defendido que los cambios reglamentarios promueven la generación de otro tipo de empleos en “economía verde”.
Las acusaciones de las presiones fueron rechazadas por los diputados que aprobaron el texto sustitutivo, especialmente por la restauracionista Xiomara Rodríguez y la liberacionista Paola Valladares. La última indicó que el lobby es algo “natural”, pero que ella no recibió a los representantes de las cámaras empresariales.
En la comisión normalmente deberían estar las diputadas Karine Niño (PLN) y Mileyde Alvarado (PRN); sin embargo, pidieron ser sustituidas por Óscar Cascante y Xiomara Rodríguez. Niño afirmó anoche que estaba a favor de los cambios a través de su cuenta de Twitter; mientras que Alvarado había apoyado las prácticas más restrictivas.
La aprobación de estas mociones que debilitan el proyecto para combatir la contaminación producida por plásticos coincidió con la realización en Costa Rica de la PreCOP 25, el evento preparatorio de la principal conferencia en materia de cambio climático del planeta, organizada por Naciones Unidas.
Los cambios, sin embargo, todavía no son definitivos. El proyecto deberá pasar por el Plenario legislativo, donde podrán revisarse algunas de las modificaciones. No obstante, por ahora el acuerdo mayoritario de las fracciones es seguir los pasos del proponente Masís, quien asegura que la transformación debe ser primero cultural para no perjudicar al sector productivo y sus empleos.
