La Asamblea Legislativa ratificó formalmente el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica y la República de Corea, un acuerdo que se firmó apenas hace un año y dos semanas, y que fue negociado por la administración anterior.
La aprobación final contó con el respaldo de 42 diputados y sólo lo votó en contra José María Villalta, del Frente Amplio (FA), quien aseguró que el texto era mejor en muchos aspectos que acuerdos anteriores pero seguía siendo “blando” en aspectos ambientales y laborales.
El texto se aprobó sin mayores problemas y su contenido fue defendido por el oficialista Welmer Ramos, quien ahora es diputado de Partido Acción Ciudadana (PAC) pero también fungió como ministro de Economía en en el gobierno pasado.
“La República de Corea y Costa Rica somos países complementarios en las ofertas comerciales y de servicios, y perfectamente podemos estrechar lazos comerciales, dadas las posibilidades y las potencialidades que tenemos”, destacó
Además, Ramos enfatizó en la historia coreana y su éxito para levantarse como potencia después de tener niveles de desarrollo similares a los de Costa Rica, una experiencia que -según díjo- puede ayudar al país para seguir pistas sobre mejores políticas de desarrollo interno, educación e infraestructura, y mercados más equilibrados.
Algo similar comentó el diputado Luis Fernando Chacón, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien agregó que Corea fue “un país prácticamente destruido por la guerra entre los años 50 y 60”, pero que ahora es más bien “una de las economías más desarrolladas del mundo y la tercera más importante de la zona asiática”.
En contraste, Villalta comentó que el tratado no imponía “obligaciones concretas, efectivas y eficaces” para proteger derechos ambientales y laborales, a pesar de que destacó que contaba con mejores restricciones en temas que generaron la férrea oposición de muchas personas a documentos pasados, como el TLC con los Estados Unidos.
“Hay que reconocer que el Ministerio de Comercio Exterior ha ido aprendiendo y que la redacción es mucho más cuidadosa en las reservas para proteger sectores estratégicos y sectores sensibles respecto a obligaciones de capítulos que van más allá de la parte puramente comercial, como las inversiones, el comercio transfornterizo de servicios, y la propiedad intelectual”
“Es claro que en esta negociación el Estado costarricense fue más cuidadoso de establecer esas reservas que son necesarias en este tipo de tratados (…) sin embargo, el tratado si tiene artículos que reproducen normas del TLC con Estados Unidos que adversamos en su momento”, explicó.
¿Qué decía el tratado?
El tratado propone varias exenciones de aranceles para Costa Rica, entre ellas para productos como el café, el aceite de palma, el azúcar crudo, las bebidas alcohólicas, algunas manufacturas de plástico, de hierro y de vidrio, dispositivos médicos, medicamentos y prótesis.
También establece una eliminación gradual de los aranceles en la salida de algunas carnes como tilapia, cerdo y res; así como para productos ornamentales, banano, piña, pimienta, harina de maíz, atún enlatado, azúcar orgánica, chocolates, pastas alimenticias, artículos de panadería, ron, alcohol etílico, algunos alimentos para animales y componentes electrónicos de televisores.
Por el lado coreano, se contemplan opciones de libre comercio el comercio de nueces, especias y bebidas a base de aloe; así como para maquinaria pesada, incluidos los autobuses y los camiones. Asimismo, se liberaron de aranceles las tecnologías menores como aires acondicionados, lavadoras, aspiradoras y teléfonos celulares; y productos especializados como cosméticos y medicamentos.
Según expuso el proyecto de ley de ratificación, quedaron por fuera del texto productos como el azúcar refinado, el arroz, los lácteos, las hortalizas y varios tipos de llantas; además de algunas otras manufacturas y algunos productos plásticos en específico.
También quedaron por fuera los servicios que presta el Estado como la salud o la educación pública, excluidos por tratarse de “facultades gubernamentales”.
Además, un dato resaltado por el diputado Villalta, fue la existencia de una reserva general en materia de extracción de recursos naturales, algo que se reprochó con especial atención en las discusiones de tratados anteriores.
Según los datos oficiales del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), las relaciones comerciales entre ambos países han crecido un 42,7% entre 2007 y 2017, una tasa del 3,6% anual que seguramente se elevaría con este nuevo instrumento.