Reacciones diversas, rápidas y casi todas adversas se despertaron desde la Asamblea Legislativa contra el plan de ajuste fiscal presentado este jueves como punto de partida para negociar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con posiciones aferradas al lema de “no más impuestos”, legisladores de al menos seis grupos políticos anunciaron que rechazarán en su momento los proyectos relacionados con aumento de impuestos que anunció ayer el Gobierno para intentar equilibrar las finanzas públicas y dar una señal al FMI suficiente para que provea $1.750 millones al país.
La primera bancada en pronunciarse en contra fue la del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) mediante mensajes en redes sociales de sus diputados en rechazo de planteamientos como una sobretasa en distintos rubros de rentas, un impuesto nuevo a propiedades para el Gobierno central y un gravamen nuevo de 0,3% a todos los pagos que se hagan desde una cuenta bancaria.
El jefe de la bancada del PUSC, Rodolfo Peña, dijo que su bancada escuchó la propuesta del Ejecutivo pero que “difícilmente” apoyen impuestos que afecten el bolsillo de los costarricenses o que desincentiven inversiones y, por tanto, la generación de empleo.
“Las propuestas del gobierno del PAC sólo vendrán a generar más fuga de inversión, desempleo, informalidad, evasión fiscal, desbancarización y por consiguiente más y más crisis”, dijo la socialcristiana María Inés Solís, quien reitera su preferencia en vender instituciones estatales y explotar oro, gas natural o petróleo (supuestos yacimientos).
La fracción más grande del Congreso, la del Partido Liberación Nacional (PLN) tiene una reunió este viernes por la noche para definir posiciones, pero ya manifestaron públicamente su escepticismo al menos María José Corrales y Roberto Thompson, lo que hace presagiar dificultades en una bancada que resulta clave para la aprobación de las leyes que desee el Gobierno.
También se oponen a nuevos impuestos el grupo Nueva República, como lo dijo su coordinador Jonatan Prendas. “Hace dos años (durante la discusión de la reforma fiscal) lo dijimos y otra vez nos van a aplicar la misma receta”, criticó Prendas, quien más bien propone que se baje el impuesto al valor agregado (IVA) del 13% al 9%.
Restauración Nacional (PRN) no se ha manifestado como grupo, pero su diputado Eduardo Cruickshank, actual presidente legislativo, sí lo hizo.
“Con el planteamiento de nuevos impuestos, el Gobierno debería tener en paralelo un compromiso serio para luchar contra la corrupción y evasión, decisión para atacar el contrabando, un plan agresivo de atracción de inversiones, e ingenio para lograr que se reactive la economía”, dijo el limonense, aunque no cerró la puerta de manera explícita a nuevos tributos.
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, dijo jueves que la propuesta del Gobierno es balanceada y está a abierta a variantes, en aras de la viabilidad política en un ambiente de por sí adverso.
El jefe de la fracción oficialista, Enrique Sánchez, lo reafirmó: “esta propuesta busca que la próxima administración pueda gestionar con una situación fiscal saludable. Deberá ser alimentada por las diferentes fracciones en la Asamblea, de modo que sea, no solo técnicamente sólida, sino políticamente viable”.
José María Villalta, único diputado de izquierda con Frente Amplio, reiteró el jueves su respaldo a nuevos impuestos si estos se dirigen a los sectores que más riqueza poseen o que tienen salarios más altos. Apoya, por ejemplo, un aumento temporal del impuestos sobre las ganancias.
Parte de las propuestas planteadas por el Ejecutivo deberían pasar por el filtro del Congreso al margen del avance de las negociaciones que emprenderán las autoridades costarricenses en octubre con representantes del FMI.
Distintas cámaras empresariales se suman al rechazo a la propuesta gubernamental, aunque dicen comprender la severidad del problema fiscal en Costa Rica. «Resulta en extremo preocupante que las medidas se enfocan fundamentalmente en aumentar la carga tributaria sobre la empresas y los ciudadanos, en un contexto en que urge que la economía se reactive», publicó la Cámara de la Construcción antes de sumarse a las posiciones a favor de mayor austeridad al gasto estatal.