La mañana de este miércoles, el plenario de la Asamblea Legislativa debatió apenas 9 de 24 mociones para modificar el proyecto de ley que reactivaría la pesca de arrastre (Ley para el aprovechamiento sostenible de la pesca de camarón en Costa Rica, expediente 21.478).
Los diputados acordaron extender la discusión hasta las 5 p. m. De esta forma, suspendieron comisiones y el plenario ordinario que abriría a las 3 p. m.
La primera parte de la sesión extraordinaria comenzó a las 9:15 a. m. y cerró al mediodía para un receso de dos horas.
Durante ese lapso de tiempo, el diputado del Frente Amplio José María Villalta presentó y defendió nueve mociones para modificar el proyecto de ley. Todas las mociones fueron votadas en contra.
Sin embargo, la única diputada que habló sobre sus votos en oposición fue Paola Vega del Partido Acción Ciudadana (PAC).
“Voy a votar contra porque el proyecto tiene un error desde la génesis”, explicó.
En varias ocasiones, Vega y Villalta se refirieron al proyecto como “inconstitucional”, “mal hecho” e “irresponsable”.
Historia del proyecto
El proyecto entró a la vía legislativa en julio pasado.
A finales de octubre, el proyecto fue aprobado en la Comisión de agropecuarios con un dictamen negativo en minoría en contra, firmado por los diputados Zoila Rosa Volio del Partido Integración Nacional (PIN); Paola Valladares del Partido Liberación Nacional (PLN) y Mario Castillo (PAC). Los tres diputados determinaron que “La constitucionalidad del proyecto de ley depende del estudio o informe técnico que le da sustento”.
El sustento es un informe del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), realizado a finales del 2018 en Guanacaste.
La diputada del PAC Paola Vega llamó “una vergüenza” al estudio de Incopesca y a su uso en el proyecto.
“Simple y llanamente no cumple en lo absoluto los requerimientos que la Sala IV pide para hablar siquiera de la reapertura de las licencias de pesca de arrastre”, aseguró Vega.
Villalta también argumentó que no hay información disponible para determinar que la pesca de arrastre podría ser “sostenible”.
“Nunca había visto una ley tan mal hecha y que confiese que se va a hacer algo ilegal. Todos aquí sabemos que no se pueden dar licencias sin estudios porque reconocen que van a dar licencias un año o nueve meses después de entregar las licencias”, aseguró Villalta.
Defensa del proyecto
El único diputado que defendió el proyecto durante la sesión fue Melvin Nuñez del Partido Restauración Nacional.
“No puede ser posible que unos pesquen y otros no. El mar es para todos. Nunca he visto un solo proyecto, de parte de los que se oponen, a favor del pescador. Todos son de obstrucción, de sacarlos del mar”, reclamó Núñez.
Nuñez recibió críticas de Vega y Villalta.
“Es muy fácil decir que aprobemos esta ley y que, después, la Sala Constitucional decida (si es constitucional). Si no hay estudios, estamos engañando a la gente. Sabemos que se va a caer porque no cumple con los requisitos”, afirmó Villalta.
En la barra del público, asistieron manifestantes tanto en contra como a favor de proyecto. Varios de ellos con carteles sobre su postura. Según el presidente del directorio, el liberacionista José Ricardo Benavides, hubo “conatos de enfrentamiento” entre ambos bandos.
“Podría generar falsas expectativas”
En la víspera de la discusión legislativa, el investigador Ingo Wehrtmann, del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de la UCR publicó su criterio sobre la reactivación de la pesca de arrastre.
“Sería irresponsable reabrir ahora esta práctica, ya que podría generar falsas expectativas en el sector pesquero. Desde un punto científico, es urgente implementar, en conjunto con el sector pesquero, un programa nacional de monitoreo de las poblaciones de estos camarones con la participación de las universidades que trabajan en la temática”, asegura Wehrtmann en su análisis.
El investigador se refiere también a los dos estudios que se han publicado recientemente sobre pesca de arrastre: el primero ejecutado por la FAO (con información de la región) y el segundo por Incopesca (con datos exclusivos de Costa Rica).
De acuerdo con el criterio, Wehrtmann dice que la investigación de Incopesca “se trata de una investigación en una zona muy restringida desde la perspectiva geográfica, pues todos los muestreos se realizaron en la entrada al Golfo de Nicoya”.
Asimismo, asegura que es limitado porque se realizó durante “la influencia del fenómeno de El Niño, lo que podría no reflejar un comportamiento normal”.
El investigador de Cimar concluye que “para implementar una pesca de camarón responsable y sostenible es indispensable contar con más información”.
Entre las ausencias más importantes menciona: datos de la “biomasa” de los camarones ticos (es decir, su tamaño y peso); la cantidad de kilos que se pueden capturar en un año y la confirmación de si esa cifra es rentable para los pescadores; y datos sobre los lugares donde se realiza la pesca y con qué frecuencia se lanzan las redes.