La cuantiosa licitación de mantenimiento de la red vial nacional pavimentada que se repartieron Meco y H Solís, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) por ella se pagaron ¢1.183 millones de más, ahora está con huecos, grietas y deterioro “severo”.
Así consta en varios informes expedidos oportunamente por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la UCR.
El expediente del OIJ reveló que “producto de prácticas colusorias entre las empresas Meco y H Solís, falsedades e intervención de funcionarios públicos inmersos en el proceso de contratación”, estas compañías se dividieron contratos de mantenimiento de la red vial nacional pavimentada.
Fueron convenios por alrededor de ¢155.000 millones que se repartieron de forma similar dichas empresas con el fin de que se repararan y rehabilitar 5.000 kilómetros de asfalto y sistemas pluviales incluidos en las licitaciones 2014-LN-000017-OCVOO.
Estos contratos de conservación hacen una división del territorio nacional en 22 regiones. Durante el proceso de licitación participó la constructora Orosi en la línea 3, las zonas 1-3, 1-7 y 1-8. Orosí apeló ante la Contraloría General de la República, que rechazó su recurso.
Pero la auditoría de Lanamme encontró problemas en varias de esas vías desde febrero de 2019 en la Ruta 2 en Cartago, concretamente entre esa ciudad y Lourdes, al ubicar un desnivel de hasta 5 centímetros en algunos puntos entre la capa de rodadura existente y el bacheo realizado con la primera capa asfáltica colocada.
Allí observó que los bordes de los bacheos se encontraban “expuestos al tránsito de vehículos y no existía señalización advirtiendo la condición existente” (sic), lo cual en última instancia afecta la adherencia del asfalto.
Cabe recordar que en este caso el OIJ consignó que la empresa H Solís presentó la oferta más baja para varias de las llamadas líneas de la licitación, que detallan los sectores y tramos a intervenir. Uno de los requisitos era contar con una garantía de participación vigente. Esa garantía es una modalidad de seguro respecto de la concreción de las obras.
Sin embargo, H Solís “dejó vencer intencionalmente las garantías de participación” de varias de esas líneas, “provocando con ello que se readjudicaran estas líneas por un precio superior en favor de Meco, generando con ello un prejuicio a la Hacienda Pública” de ¢1.183.969.392,16. Sin embargo, al hacer la suma de cada una de las líneas detalladas en el informe del OIJ, UNIVERSIDAD obtuvo una cifra superior a los ¢1.470 millones. (Ver cuadro).
Nada nuevo
Otra auditoría del Lanamme de 2018 muestra que en la ruta 751 en la zona Norte, específicamente en el sector Los Chiles – Vuelta Kooper, se advirtió un “riesgo de deterioro de obras de rehabilitación” por problemas de drenaje.
Un caso de constante advertencia es el de Cot de Cartago, donde repetidamente el Lanamme alertó por “huecos y falta de drenajes” en la ruta 230.
Igual de revelador es el informe de 2020 en el tramo entre Nicoya y Sámara de la Ruta 150, donde se encontraron deterioros en la sobrecapa asfáltica.
Varios informes de Lanamme fueron enviados a autoridades del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), así consta por ejemplo en uno de los documentos con fecha de mayo de 2021, en el que se indica que en ese mismo mes en 2019 se había alertado respecto de deterioros en la loza de concreto en Cartago. De ese oficio “no se obtuvo ninguna respuesta”.
UNIVERSIDAD hizo un recorrido en algunas de las vías incluidas en la licitación cuestionada por el OIJ para constatar su estado actual.
“Dichos deterioros —se lee en un informe del Lanamme de mayo de este año—, aparte de reducir el confort del usuario que transita por la vía, permiten el ingreso de agua y partículas incompresibles a través de las grietas y orificios del pavimento. De este modo, se reducen las propiedades mecánicas de las capas subyacentes del pavimento”, con lo cual se da la “socavación del material que sirve de plataforma a las losas de concreto”.