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Desigualdades marcan la intensidad del trabajo en el mundo

Informe de OIT destaca que América Central presenta variedad de índices; el empleo informal es uno de los mayores problemas.

La situación laboral de unos 1.200 millones de trabajadores alrededor del mundo es muy variada, existen marcadas diferencias en cuanto a las horas de trabajo, los niveles de trabajo intensivo y emocionalmente exigente, y sobre todo que las personas de menor formación son las que tienen las peores condiciones y menos posibilidades de desarrollar sus capacidades.

Así lo confirmó un estudio desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound, denominado “Condiciones de trabajo desde una perspectiva mundial” y que se convierte en el primer análisis de las encuestas sobre la calidad del empleo realizadas en 41 países, en los últimos 5 años.

Dicho informe incluyó los 28 países de la Unión Europea, China, República de Corea, Turquía, Estados Unidos, América Central, Argentina, Chile y Uruguay. Además, el informe analizó 7 aspectos de la calidad de los puestos de trabajo: el entorno físico, la intensidad del trabajo, la calidad del tiempo de trabajo, el entorno social, las competencias y el desarrollo, las perspectivas y la remuneración.

“El informe de la OIT y Eurofond forma parte de un proyecto más amplio para motivar a los países a medir y monitorear las condiciones del trabajo. Nos asociamos con gobiernos e investigadores de diversas naciones y en el caso de Centroamérica se desarrolló un proyecto para medir las condiciones de trabajo en los seis países hispanohablantes, con un enfoque particular en salud y seguridad”, explicó Janine Berg de la OIT en Ginebra, Suiza.

Resultados cercanos

Precisamente, el estudio destacó que en la región centroamericana hay poca diferencia en términos de intensidad, es decir, con escasos márgenes de tiempo y realizado a gran velocidad, entre trabajadores de diferentes edades, sin embargo, sí hay una notoria desigualdad cuando se trata de los trabajadores temporales.

Por ejemplo, en El Salvador, Guatemala y Honduras, el nivel más alto de intensidad del trabajo se reporta en la industria manufacturera y en empresas más grandes, mientras que en Nicaragua y Panamá se ubica sobre todo en la agricultura y pequeñas compañías.

En comparación con la región centroamericana, el trabajo intensivo es frecuente en Turquía, con cerca de la mitad de los trabajadores, en Estados Unidos la cifra es del 48% y en Europa un 37%, quienes deben cumplir sus tareas con plazos muy ajustados en las tres cuartas partes del tiempo, o más.

De acuerdo con Berg, en Argentina, el 16% de los trabajadores declaró que siempre trabajan a alta velocidad, mientras que el 59% informó que lo hacen a veces y en Uruguay, el 51% de los trabajadores declaran estar expuestos a trabajar con ritmos que son demasiado altos.

Por su parte, en América Central hay variaciones en términos de la intensidad del trabajo, por ejemplo, en El Salvador la mitad siente una fuerte presión, el 29% en Guatemala, el 28% en Honduras, un 24% en Nicaragua y el 12% en Costa Rica. La incidencia más alta corresponde a los trabajadores temporales.

Tomando en cuenta que la Población Económicamente Activa (PEA) de Centroamérica representa el 44% de la población total (19,5 millones) y en su mayoría está constituida por personas entre los 18 y los 50 años, aún hay desiguales oportunidades de empleo, las cuales afectan en gran medida a jóvenes y mujeres. Así lo determina el Informe Global sobre condiciones de trabajo y salud, que se utilizó como insumo para el informe de la OIT.

Esta situación está relacionada con el alto índice de trabajo informal, donde no hay cobertura de seguridad social y que está fuera del ámbito de las regulaciones del mercado laboral. La media de la región es del 74%, pero que varía mucho cuando se analiza por país.

Desde Guatemala hasta Nicaragua, los trabajadores son en su mayoría informales, siendo Honduras el que reporta el mayor porcentaje con un 88,5%, seguido de Guatemala (86,4%), mientras que El Salvador y Nicaragua están por encima del 70%.

Distinto es el caso para Costa Rica y Panamá, los cuales muestran una condición opuesta, pues la mayor parte de sus trabajadores son clasificados como formales. En Costa Rica, el porcentaje del empleo formal es del 66% y en Panamá del 55,2%.

En términos generales, el informe de OIT señaló que la calidad del empleo es mejorable, si se logran reducir las exigencias excesivas a los trabajadores y se limita su exposición a riesgos, generando un clima social positivo en el trabajo.

“Las buenas condiciones de trabajo contribuyen al bienestar de los trabajadores y al éxito de las empresas. Por ello, comprender las cuestiones que afectan al bienestar y productividad de los trabajadores, de uno y otro sexo, es decisivo para conseguir trabajo decente para todos, sobre todo en una época en que las nuevas tecnologías y las nuevas formas de organización del empleo están remodelando el mundo del trabajo”, indicó Manuela Tomei, directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT.


Conclusiones de peso

Algunas de las principales conclusiones del informe “Condiciones de trabajo desde una perspectiva mundial” fueron:

  • Hay marcadas diferencias entre países en cuanto a las horas de trabajo: una sexta parte de los trabajadores de los países de la Unión Europea trabaja más de 48 horas semanales, mientras que ese porcentaje es del 50% en la República de Corea, Turquía y Chile.
  • Una tercera parte de los trabajadores de la Unión Europea y la mitad de los trabajadores de los EE.UU., Turquía, El Salvador y el Uruguay realizan un trabajo intensivo, es decir, con escasos márgenes de tiempo y realizado a gran velocidad. Entre un 25% y un 40% de los trabajadores tiene un empleo emocionalmente exigente.
  • Independientemente del país, las personas con menos nivel de formación tienen menos posibilidades de aumentar y desarrollar sus habilidades.
  • Es frecuente la exposición a riesgos físicos, tareas que requieren movimientos repetitivos de manos y brazos, exposición frecuente a altas o bajas temperaturas.
  • En todos los países, las mujeres ganan significativamente menos que los hombres y predominan en el extremo más bajo de la distribución de ingresos.
  • Hasta el 12% de los trabajadores declaró ser objeto de maltrato verbal, humillaciones, hostigamiento, atención sexual no deseada, o acoso sexual.
  • La inseguridad laboral es generalizada en todos los países, y al menos el 30% declara tener un empleo sin perspectivas de avanzar profesionalmente.

Fuente: Organización Internacional del Trabajo (OIT).


 

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