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Déficit fiscal de 2018 cierra en 6% del PIB, 1,2 puntos más bajo de lo esperado

Hacienda atribuyó los resultados a la contención del gasto, el manejo de la deuda y las amnistías tributarias; pues los principales efectos de los nuevos impuestos apenas se empezarán a sentir este año.

El Gobierno anunció la mañana de este lunes que el déficit fiscal cerró en un 6% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el año 2018; una cifra 0,2 puntos más baja que en 2017 y 1,2 puntos inferior a la que había sido proyectada por el Banco Central para el año pasado (7,2% del PIB).

Las autoridades además confirmaron que el déficit primario (sin contar el pago de la deuda) fue del 2,44% del PIB, una cifra 0,6 puntos más chica en la comparación interanual.

Ese fue precisamente el dato más celebrado por Hacienda, pues constató el efecto de las medidas administrativas que se tomaron en materia de gasto público. Entre ellas, el Gobierno destacó el freno en materia de remuneraciones (que decayeron en 0,06 puntos) producto de las directrices firmadas por el Ejecutivo desde inicios del año; así como la caída de 0,83 puntos entre remuneraciones, transferencias y otros gastos, de los que apenas 0,17 puntos correspondieron a las transferencias estatales.

El anuncio lo realizaron de forma conjunta el presidente de la República, Carlos Alvarado, y la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, quienes destacaron la importancia que tuvieron las medidas firmadas por el Ejecutivo, así como algunos otros avances en materia recaudatoria y —por supuesto— la aprobación las amnistías tributarias incluidas en el plan fiscal y que aportaron un 0,2% del PIB el año pasado.

Todas estas medidas, dijeron las autoridades, contrarrestaron la caída en los ingresos que habían sido estimados por el Gobierno, los cuales decayeron en unos ¢300.000 millones (0,86% del PIB) del monto esperado.

Al respecto, la ministra Aguilar señaló que el Gobierno se planteó “medidas inéditas que no esperaban la aprobación de una ley, sobre todo en materia de remuneraciones”, las cuales “rindieron prácticamente el doble de las expectativas de ahorro que se tenían programadas”.

“Creo que este es uno de los esfuerzos más importantes en contención desde que tengo memoria fiscal y el impacto más relevante de esto es que logramos reducir el déficit primario; jugó en contra la caída en los ingresos, el aumento de los intereses y una caída del PIB, que si no hubiese bajado en relación con las proyecciones, habría permitido una caída todavía más importante”, puntualizó la ministra, quien también dijo “reconocer el liderazgo, el apoyo y el compromiso del presidente”.

“No son medidas sencillas, quizás son las medidas que durante muchos años no se han tomado porque requieren precisamente de esas características de líder que tiene el presidente (…) es el menor crecimiento del gasto en los últimos diez años y es el motivo que nos permite venir a presentar lo que hoy venimos a presentar”, agregó.

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Asimismo, la ministra indicó que otros puntos a favor fueron el efecto positivo de los canjes hechos por el Gobierno (por $1.250 millones) y las colocaciones crediticias que se concretaron a final del año anterior (por $600 millones); así como la obtención y el pago oportuno de las Letras del Tesoro como un mecanismo extraordinario para evitar el pago de peores tasas, y la fusión por absorción del Banco Crédito Agrícola (Bancrédito) con el Banco de Costa Rica (BCR), que le devolvió unos $200 millones al Estado, como uno principal acreedor.

Durante el anuncio también estuvieron presentes la presidenta del Congreso, Carolina Hidalgo; el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza; y la coordinadora del equipo económico del Gobierno, Edna Camacho; quienes sirvieron de compañía en las instalaciones del Aeropuerto Juan Santamaría, donde se realizó la conferencia de prensa, pues el presidente Alvarado salía esta mañana rumbo rumbo al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde sostendrá una gira de trabajo los próximos días.

Sobre los resultados fiscales, el presidente simplemente aprovechó para destacar que los números son todavía más alentadores si se toma en cuanta que aún no se observa el efecto de las medidas contenidas en el plan fiscal (en su mayoría), pues el grueso de esos efectos se verá hasta el segundo semestre del año.

“Es decir, lo que se logró con esa reducción del déficit tiene que ver principalmente con las medidas administrativas que adoptamos durante estos últimos nueve meses. Ustedes recordarán cuando el debate nos decía que también había que hacer una reducción de gastos y no sólo atacar con impuestos, poner al gobierno en cintura y bueno, eso es lo que se hizo y aquí se refleja”, apuntó, al tiempo que recordó la necesidad de “seguir con otras medidas”.

“Pero es importante decir que se ha logrado un hito que revierte tendencias de años y que muestra nuestro compromiso, que a la larga es un compromiso con el resto de las personas porque una economía sana genera más empleos, genera más bienestar y permite que las instituciones funcionen para que le den a los ciudadanos aquello que necesitan”, concluyó.

La deuda crece, pero menos

Otro punto que destacaron los jerarcas fue la caída en el comportamiento de la deuda como porcentaje del PIB. El BCCR estimaba una relación del 55,4%, que finalmente acabó en el 53,7%, a pesar de que mantuvo su tendencia creciente.

“¿Cómo se logró eso?  A través de las medidas administrativas, siguiendo con el cobro de los impuestos, como también lo hemos señalado, con las mejoras en ese sentido”, señaló el mandatario.

Sobre este tema, la ministra Aguilar indicó nuevamente que la intención del Gobierno es mejorar la composición de la deuda, para lo que anunció que continuarán impulsando la aprobación de endeudamiento externo en la Asamblea Legislativa (eurobonos) como un mecanismo que diversificaría las fuentes disponibles y  que podría reducir el pago por intereses.

“Una deuda que iba a ser cercana al 56% del PIB está cerrando en el 53,7% y es ahí donde tenemos que realizar un esfuerzo importante. La credibilidad nuestra para seguir teniendo acceso a recursos, en buena medida, se asocia a qué hagamos con la deuda. La posibilidad de que la población pueda seguir disfrutando de la calidad de Estado que ha tenido hasta el momento va a depender de las posibilidades que tengamos para revertir y estabilizar esto”, apuntó la jerarca.

“Para eso no sólo necesitamos las medidas de contención de gasto, sino buscar fuentes de financiamiento mucho más acordes con nuestra realidad, particularmente la ley de eurobonos que ya fue planteada, de modo que tengamos mejores condiciones de plazos e intereses, y no afectar más al mercado local”, subrayó.

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En esa línea, acotó que ahora los principales desafíos del Ejecutivo también estarán asociados con la puesta en marcha de los impuestos incluidos en el plan fiscal, así como el combate a la evasión fiscal a través de programas de digitalización, informalidad y de gestión de los riesgos, y las leyes complementarias en materia de exoneraciones, empleo público, cooperativas, desenganches y reglas fiscales.

En materia de evasión, la ministra señaló recientemente que ya se ven buenos resultados con la aplicación de normas como la factura electrónica, un factor que podría explicar por qué los ingresos tributarios no cayeron más significativamente en el periodo anterior, como estaba previsto.

No obstante, Hacienda guarda amplias expectativas por la aplicación de nuevas medidas incluidas en la reforma fiscal, tales como el nuevo Impuesto al Valor Agregado (IVA), con el que esperan un doble efecto entre los nuevos controles que implica y los ingresos que estaría generando.

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