País Santo Domingo de Heredia

Defensores de acuíferos logran moratoria de desarrollos inmobiliarios

Investigarán permiso de construcción para planta de asfalto concedido presuntamente de forma irregular.

La movilización de vecinos organizados logró  que el saliente Concejo  Municipal de Santo Domingo de Heredia acordara una moratoria para permisos  de construcción y usos de suelo de  desarrollos urbanísticos en el cantón, principalmente por la presión  de los afectados en barrio El Socorro  del distrito de San Miguel, donde se  abren paso desarrollos inmobiliarios  de gran impacto a pesar de la falta  de agua que padece la comunidad.

El Concejo decidió asimismo una  medida cautelar administrativa de  dos meses sobre los permisos de construcción o ampliación de plantas de  asfalto o cualquier actividad de índole industrial en el distrito de San  Miguel, que es zona de protección  especial y recarga de mantos acuíferos que abastecen varios cantones  del Valle Central.

Los regidores acordaron también  solicitar a las nuevas autoridades  municipales que hagan una valoración técnica y legal para decretar  una mora urbana en el cantón de  Santo Domingo.

Planta de asfalto en construcción en San Miguel, 500 metros al este del restaurante Doña Lela, carretera a Zurquí.
Planta de asfalto en construcción en San Miguel, 500 metros al este del restaurante Doña Lela, carretera a Zurquí.

Los acuerdos se tomaron el pasado 25 de abril mientras decenas  de vecinos se manifestaban frente  y dentro del edificio municipal, durante la última sesión ordinaria del  Concejo antes de traspasar el gobierno a las nuevas autoridades electas  que asumieron este 1 de mayo.

Los regidores accedieron a la  petición de los vecinos de que se le  entregara copia de los expedientes de  los permisos de construcción solicitados por los proyectos inmobiliarios  Hacienda Lincoln, Vía Lincoln, Vereda Verde, Tecknau, Vista Catedral,  La Laguna, Los Eucaliptos y las dos  plantas de asfalto de Conansa y Río  Frío S.A., ubicados en el barrio El  Socorro.

“Todo esto sale por la presión que  los vecinos han ejercido desde el 2012,  cuando iniciaron la lucha contra el  proyecto de la planta de asfalto de  Conansa”, dijo Patricia Rodríguez,  del Comité de conservación de la  cuenca del río Virilla, que vigila  el cuido de los mantos acuíferos de  Santo Domingo.

Los acuerdos logrados son un res- piro pero no les dan tranquilidad,  por eso se presentarán ante las nuevas autoridades municipales para  ponérseles a las órdenes e insistirles  que hay que investigar los permisos  otorgados, añadió Rodríguez.

Para Mariechen Wüst, otra activista de la comunidad, “ha sido muy  importante lo que ha pasado, porque  la comunidad ha tomado mucho protagonismo y esto (la resolución del  Concejo) es histórico, por la presión  del pueblo”.

Los vecinos reprochan que las  autoridades autoricen desarrollos  urbanísticos de cientos de apartamentos y la excavación de pozos  privados, en una comunidad que  sufre falta de agua todos los días  desde horas tempranas.

Se favorece  a los proyectos por encima de la comunidad, y se pondría en riesgo de  contaminación los acuíferos con las  aguas servidas de los condominios  que se quiere construir y el material  asfáltico de la planta, afectando además el río Virilla, alegan.

El enojo aumentó al enterarse de  que una de las plantas de asfalto a  las que se han opuesto desde el 2012  recuperó la viabilidad ambiental que  había perdido y en un “santiamén”  obtuvo permiso de uso de suelo (el  15 de marzo pasado) y permiso de  construcción (el 30 de marzo).

La otra  planta también obtuvo la viabilidad  ambiental, pero el proyecto está varado a la espera que se resuelva un  juicio contencioso administrativo  que la empresa presentó contra la  Municipalidad por haberle negado  el permiso de uso de suelo.

Los opositores apelan a un acuerdo municipal adoptado de manera  unánime en enero del 2013, que restringe la aprobación de permisos  municipales para el funcionamiento  de industrias en el distrito de San  Miguel, a fin de cumplir con el deber  de la preservación de los recursos  naturales y la salud de los habitantes.

Además, argumentan que la normativa en materia de ordenamiento  territorial prohíbe la colocación de  plantas asfálticas cerca de zonas pobladas y declara el margen del río  Virilla en el Socorro como zona de  alta fragilidad ambiental.

De su parte, el Comité Bandera  Ecológica de San Miguel puso hincapié en la falta de agua que sufre el  vecindario y que los nuevos bloques  de apartamentos no harían más que  agudizar.  “Si en la actualidad no hay agua  suficiente para los actuales habitantes de Santo Domingo de Heredia,  con base en qué fórmula mágica se  puede afirmar que habrá en el futuro  agua suficiente para estos, sus hijos  y para los que aún no habitan en el  cantón”, cuestionó el Comité en un  comunicado.

PERMISOS

Tanto la alcaldesa saliente, Laura  Prado, como el presidente del Concejo, Abel Chacón, sostuvieron por  separado que la Municipalidad no  ha dado nuevos permisos de construcción en esa área.

Ambos adujeron que lo que ha  sucedido es que la Municipalidad ha  negado la disponibilidad de agua a  los proyectos, por la falta de líquido,  y con esa denegatoria en la mano las  empresas van a Senara (Servicio Nacional de Aguas Subterráneas y Avenamiento) y la Dirección de Aguas  del Ministerio de Ambiente, donde  obtienen permiso para excavar pozo  privado, lo que ya no es competencia  municipal.

Incluso Chacón mencionó que uno de los proyectos obtuvo en seis meses  el permiso para pozo privado, mientras que el acueducto municipal lleva  cuatro años esperando autorización  para cavar un pozo necesario para  aumentar el caudal de la cañería.

Por su parte, Prado comentó que  en el barrio El Socorro hay un desarrollo inmobiliario “alarmante”,  tiene restricciones de abastecimiento  y la alcaldía ha actuado responsablemente.

“Nosotros hemos actuado y hemos  dicho que no hay agua, el problema  se nos presenta cuando se perforan  pozos privados; sin embargo, ya aten- dimos a los vecinos, inclusive ellos  tienen los expedientes de los casos  que ellos pidieron y que formalmente  se han presentado a la Municipalidad para trámite de un permiso de  construcción”, afirmó.

Dijo que el 29 de marzo dirigió  una nota a Senara y a la Dirección de  Aguas llamando la atención, porque  ante la ausencia de dotación de agua  por parte del acueducto municipal  al desarrollador, este tiene la opción  de presentar el requerimiento para  perforar un pozo privado, pero ese  no es el objetivo que se tiene para  administrar un acueducto.

En cuanto a la planta de asfalto  que está en construcción, dijo que ahí  lo que se ha dado es permiso para un  planché. Sin embargo, luego que vecinos mostraron el permiso otorgado  para planta de asfalto, Prado dijo que  era una autorización emitida por los  técnicos, y cuando le cuestionaron  que si entonces son los técnicos los  que mandan en la Municipalidad,  afirmó que “esta Alcaldía no ha permitido eso”.

Ante “la duda razonable” que le  genera el expediente del caso, ordenó la apertura de una investigación  administrativa preliminar para de- terminar si hay irregularidades, dijo  Prado.

Mientras tanto, Cristian Laidley,  relacionista de Los Eucaliptos, uno  de los proyectos inmobiliarios en  cuestión, manifestó que desde hace  seis años ellos han cumplido con  todos los requerimientos y lo único  que les hace falta es el permiso de  construcción, que ahora está varado  en la Municipalidad por la moratoria  que declaró el Concejo.

Dijo que deseaba aclarar que  “nosotros no tenemos nada que ver  con la planta asfáltica, tenemos  permiso para construir el pozo, que  ya está hecho, y el último permiso  en la tramitología de este país es  el de construcción, que ya está en  la Municipalidad, el problema es la  moratoria”.

UNIVERSIDAD quiso conocer  también la versión de los dueños de  la planta de asfalto en construcción  en Calle Álvarez, barrio El Socorro, y  en la oficina pidieron dejar el número  telefónico donde se pudiera comunicar el vocero autorizado, pero no  hubo comunicación.

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