El nuevo ministro de Comercio Exterior Andrés Valenciano Yamuni fue enfático en su defensa del régimen de zonas francas, cuando la propuesta de eliminar las exoneraciones de dicho régimen sigue causando discrepancias entre distintos sectores del país. “Cuando digo que el Ejecutivo no va a gravar las zonas francas, es un compromiso que ha dicho el presidente explícitamente y que yo tengo, como ministro de Comercio Exterior, justamente por todos esos beneficios, porque en medio de una situación tan compleja como la que atraviesa el mundo entero, es uno de los motores de desarrollo que nos va a permitir seguir generando empleo de calidad, inclusive durante la pandemia”, afirmó.
Valenciano asumió sus funciones en el cargo el pasado 24 de noviembre, y sustituye en el puesto a Dyalá Jiménez, quien lo dejó vacante hace tres meses.
El nuevo ministro dejó su puesto como presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) -que ocupaba desde el 2018- para asumir como jerarca de comercio exterior. Es master en Negocios Internacionales y licenciado en Ingeniería Industrial. Dirigió una iniciativa llamada Central American Healthcare Initiative (CAHI), de la Fundación Acción Joven y es parte del Consejo Consultivo del Estado de la Nación.
A continuación un extracto de la entrevista.
-Usted ha dicho que va a trabajar, entre otras cosas, en fortalecer el régimen de zonas francas y que su posición es no gravarlas. ¿Podría explicar su argumento?
“El argumento es bastante sólido en este sentido. El régimen de zonas francas es un régimen que ofrece ciertas condiciones para que empresas que están operando dentro de ese régimen, encuentren atractivo venir a invertir en Costa Rica, o para empresas de capital nacional. Y eso ha sido muy estudiado. Conforme ha pasado el tiempo se ha ido refinando la forma en que se evalúa cuál es el impacto de ofrecer estas condiciones diferentes. El resultado de esas evaluaciones es que por cada dólar que Costa Rica ofrece a estas empresas se tiene un retorno de dos dólares y medio aproximadamente. Esto, por su contribución de generación de empleo directo e indirecto, muchas veces a través de los encadenamientos que esto genera, el efecto “derrame” como se le dice, en transferencia de conocimiento y tecnología, son empleos que pagan todas las cargas sociales, son una contribución al IMAS, INA, CCSS.
Y cuando digo que hay que fortalecer el régimen es una discusión permanente que debemos estar teniendo. Países como Panamá, República Dominicana, Colombia, durante esta pandemia han buscado cómo generar incentivos adicionales. En Costa Rica no nos podemos quedar atrás y debemos seguir discutiendo y poniendo sobre la mesa cuáles son los costos y beneficios para que sea un modelo que tenga un retorno sobre la inversión positivo”.
-¿Podría precisar exactamente cómo se recibe ese retorno de poco más de $2?
“En todas esas variables que mencioné, porque el país otorga una serie de beneficios a las empresas que se ubican en este régimen pero el país termina ganando. Esa es la metodología que le menciono que se ha ido puliendo porque es un ejercicio econométrico muy elaborado que permite evaluar qué hubiera pasado si no estuviera este régimen”.
-¿En ese análisis se ha considerado que las compras nacionales realizadas por el sector de zonas francas no aportan nada al país al estar exoneradas del pago de IVA? ¿Se justifica esto con ese análisis del retorno?
“Claro porque esas compras que hacen a nivel local pues eso ayuda en empleo indirecto y por supuesto con ventas para las mismas empresas que se encadenan. Y eso está también estudiado. Hay un estudio que se hizo con investigadores del Banco Central con la Universidad de Berkeley, en donde se demuestra que las empresas que se encadenan a las multinacionales en Costa Rica ven un aumento en sus ventas, en su productividad y en su empleo. Entonces, si bien no hay tal vez una contribución directa al fisco, estas empresas generan más empleo, son más productivas y por supuesto que mejorar sus ventas le sirve al resto de las empresas locales, que en su mayoría son pequeñas y medianas empresas que le están vendiendo a estas multinacionales”.
-¿Y actualmente cuál es la situación financiera de las zonas francas? ¿Están en problemas? ¿Se ha ahuyentado la inversión? ¿Están operando a su máxima capacidad o están medio vacías? ¿Cree que deben seguirse construyendo más zonas francas?
“Lo que se ha visto durante este año, que ha sido un año muy complejo, es que las zonas francas han generado empleos netos y eso es valiosísimo. En medio de una contracción económica muy fuerte a nivel de la región latinoamericana y del mundo, las multinacionales han generado 15.000 empleos netos en Costa Rica. Eso demuestra que el potencial para seguir creciendo y generando empleo en manufactura y servicios es muy amplio. Por supuesto que estas son noticias realmente buenas. Nos demuestra que podemos seguir apostando por un régimen que le devuelve más al país que lo que damos”.
-¿Cuáles son los incentivos adicionales que se han valorado o puesto sobre la mesa para las zonas francas?
“Todavía no ha habido una discusión concreta sobre el tema; pero en términos generales se ha discutido cómo hacemos para generar condiciones atractivas para que se lleve más inversión fuera del Gran Área Metropolitana, porque si nosotros vemos cuáles son los factores de productividad que están fuera del GAM, cuáles son ese conjunto de variables que analiza una empresa para ubicarse en un lugar, versus otro, vemos que tenemos grandes retos fuera del GAM para llegarle al mismo tipo de inversión que se ha venido a colocar dentro de ella. Tenemos una discusión país para ver cómo hacemos para fortalecer los factores de productividad fuera del GAM, o ayudamos a desarrollarlos con ciertos incentivos o vamos a buscar otro tipo de inversión que complemente esta de manufactura de industria médica, de servicios, servicios compartidos, servicios tecnológicos; por ejemplo, empresas agroindustriales o agritech, que podrían ser mucho más atractivas para este tipo de zonas fuera del GAM”.