El Banco Central de Costa Rica (BCCR) publicó hoy la revisión de su programa macroeconómico 2018-2019, en el que se ajustó a la baja la expectativa del crecimiento económico al pasar del 3,6% esperado en enero, a un 3,2% para el final de este año y para 2019 cerraría en 3,4%.
El presidente del Banco Central, Olivier Castro, comentó este lunes en conferencia de prensa que en el caso de la inflación, se mantiene la meta en un rango de un punto por arriba o por abajo del 3%, aunque el comportamiento en lo que va del año muestra el indicador “muy pegado” al límite inferior de la meta, es decir, cerca del 2%.
El BCCR indicó no se preveen presiones por demanda que puedan mover de manera drástica la meta de inflación; pero donde sí se mantienen los riesgos para la economía es en el déficit fiscal, que para este 2018 se estima cerrará en un 7,2% del Producto Interno Bruto (PIB); mientras que para 2019 sería del 7,5%.
Para esta proyección se tomaron en cuenta las medidas de recorte y contención del gasto anunciadas por el Ministerio de Hacienda, pero siguen a la espera de lo que pase en la Asamblea Legislativa con la Reforma Fiscal.
“El déficit se ha mantenido, lo más que pudo evitar fue que e disparara, pero la deuda introduce un efecto multiplicador y entonces conforme retrasemos el ajuste, tiene que ser mayor. Esos ajustes son cada día más costosos para la sociedad, uno entiende que hay toda una discusión política sobre el ajuste fiscal, pero es evidente que conforme nos retrasemos el impacto sobre la economía será mayor”, afirmó Castro.
Sobre los efectos negativos del déficit, el BCCR indicó que la relación de la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto alcanzará ya
Respecto al mercado cambiario, el BCCR observó estabilidad durante el primer semestre principalmente por el superávit del mercado privado de cambios, que fue suficiente para atender el requerimiento de divisas.
En el caso del crédito, la colocación se desaceleró en 2018 tanto en moneda nacional como extranjera de un 10,3% hace un año a un 3,9% al mes de junio, lo que el banco considera consecuente con el aumento en las tasas de interés.