La diferencia de horarios no es impedimento para que costarricenses que viven en el extranjero se sumen a la gran fiesta democrática.
Algunas de estas personas incluso recorren largas distancias para ir a ejercer su derecho al voto.
Desde muy temprano UNIVERSIDAD recibe reportes de personas que han acudido a las urnas en otras naciones.
Susana Solano vive desde hace más de 15 años en Long Island, Nueva York, uno de los estados más importantes de Estados Unidos. En esta ocasión, para poder sufragar tuvo que recorrer 80 kilómetros de ida hasta Newark, Nueva Jersey, acompañada de su hija Isabel Annunziata. El padrón en este estado asciende a 4600 electores.
Denise Duncan, dramaturga residente en Barcelona, España, tuvo que hacer un largo viaje hasta Madrid para ejercer su derecho al sufragio. Los 1200 kilómetros y las tres horas de viaje no pudieron impedir que ella votara.
Amanda Sánchez vive en un pueblo lejano en el norte de Francia en el que realiza una pasantía profesional. Desde muy temprano emprendió su viaje hasta París para acudir a las urnas con su tradicional chonete puesto. En Suiza e Inglaterra los ticos también se movilizan a votar.
Mientras, en Ottawa, Canadá, Marta Vargas fue la primera persona que votó en ese puesto electoral. Dijo sentirse emocionada de poder votar con plena libertad.
“Nunca me había sentido tan orgullosa de ir a votar como hoy. Se me hincha el corazón de alegría de poder ejercer mi voto”, expresó Vargas.
Al sur del continente, específicamente en Uruguay, Irene Ballar y su familia fueron los primeros en acudir a las urnas.
Ni el tiempo -a veces con muy bajas temperaturas-, ni la distancia, impide a los ticos que salgan a votar. 52 urnas fueron habilitadas en 42 países para que 31.864 costarricenses puedan ejercer su derecho al sufragio.
