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Costa Rica: una economía que se mueve a dos velocidades distintas

En 2024 el país experimentó bajas considerables en estadísticas de pobreza y desempleo, pero no necesariamente significaron una mejora en la calidad de vida de los costarricenses, ya que estuvieron vinculadas con aumento de la informalidad y reducción de la línea de pobreza.

El 2024 fue un año de contrastes para la economía costarricense, con un pujante sector productivo vinculado a los regímenes especiales, específicamente zonas francas (aunque viene disminuyendo), y el resto de los sectores ubicados en el régimen definitivo que crecen de forma muy modesta. A setiembre de este año, el crecimiento de estos sectores fue de 8,4% y 3,8%, respectivamente.

Si bien las empresas ubicadas en zonas francas son una parte esencial de la inversión extranjera directa (IED) de gran importancia para el parque productivo nacional, su aporte es limitado, pues no está generando suficientes encadenamientos, ni dejan tanta riqueza a las arcas públicas, al estar exentas del pago de muchos impuestos.

El bienestar económico se ha marcado en sectores relacionados con la actividad de zonas francas y comercio, pero en otras industrias no alcanza los niveles previos a la pandemia. (Foto: Kattia Alvarado)

No obstante, el crecimiento del régimen de zonas francas mueve la aguja de los indicadores macroeconómicos y pinta un panorama positivo del país a nivel internacional, tanto así que organismos internacionales han resaltado a Costa Rica como un caso de éxito, que crecerá a un ritmo del 4% este año, muy por encima del 1,9% de América Latina.

“Esta tendencia no está generando un cambio profundo en la economía nacional, ni va a dejar huella importante en materia de creación de empleo, donde, precisamente, aún no hemos superado los problemas de años anteriores y seguimos teniendo una cantidad importante de población que se desvinculó del mercado laboral y aún no ha regresado”, recalcó Fernando Rodríguez, economista y exviceministro de Hacienda.

Desempleo cayó, producto de salida de trabajadores

El traje elegante para el cierre de año de esta administración incluyó una caída en el desempleo, el cual bajó en cuatro años del 21,1% al 6,6%, un dato que debería generar alegría en todos los costarricenses, pero que es imposible cuando la realidad es que esa cifra es producto de la salida de trabajadores del mercado laboral, pues la participación neta laboral cayó de un 61% al 57,3%, según el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).

“Este comportamiento revela que, a pesar del crecimiento económico observado en 2023 y 2024, con una media superior al 4,5%, la reducción de las tasas de desempleo se debió principalmente a la salida de personas de la fuerza laboral, desmotivadas por las condiciones del mercado”, indicó Emmanuel Agüero, investigador del Cinpe.

Y la recuperación del empleo y la participación ha estado enfocada esencialmente al mercado informal, ya que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos estima que, a setiembre del 2024, la población que trabajaba informalmente estaba conformada por 915.000 personas, un aumento interanual significativo de 120.000 trabajadores, de los cuales 552.000 eran hombres y 364.000 mujeres.

Para Fernando Rodríguez, esto muestra una gran desmejora, porque son personas que no cuentan con seguridad social, y que requerirán en algún punto de su vida atención médica y pensión, pero no han podido cotizar como corresponde y requerirán apoyo público al momento de su vejez, con las desventajas que esto supone.

“No existe una política de empleo que solucione los problemas puntuales de ciertos sectores, jóvenes y mujeres, y sobre todo de zonas rurales y esto requiere más que simplemente atraer inversión o que la economía crezca en términos macroeconómicos. Entonces en realidad seguimos con la tarea pendiente para el próximo año, vivimos dos realidades distintas”, añadió el experto.

Al tercer trimestre de 2023, la cantidad de personas ocupadas con seguro de trabajo eran 1.632.155, mientras que las que carecían de este beneficio rondan las 600.000. Tanto las personas calificadas como no calificadas mostraron una salida importante de sus puestos de trabajo en este 2024, lo que indica que en ambos grupos hay menos individuos en busca de empleo.

Al realizar el análisis de crecimiento y generación de empleo por sector productivo también hay datos muy diversos. En comercio y manufactura hay indicadores que mejoran sustancialmente, pero ambos están muy ligados a las zonas francas y otros como construcción, agricultura y los hogares como empleadores no logran alcanzar los niveles previos a la pandemia.

Menos pobreza: el hito que no quita el hambre

El país registró una caída del indicador de la pobreza del 21,8% al 18%, según autoridades el más bajo desde al año 2010, lo que significó que 63.428 hogares salieran de la línea de pobreza, el asunto es si ¿realmente esas familias dejaron de pasar hambre?

Lo cierto es que hubo tres factores esenciales, entre ellos, el aumento de las personas ocupadas, sobre todo en el sector laboral informal, que evidentemente se da en condiciones de mucha desventaja en términos de derechos laborales, cobertura de seguridad social, salud y pensiones.

También se dio una baja en la línea de pobreza —medida estándar de ingresos mensuales que no permiten satisfacer las necesidades básicas— pasando de ₡129.038 a ₡127.324 por persona (en la zona urbana), eso significa que si una familia incrementó sus ingresos en ₡15.000 mensuales y estaba en el límite de pobreza anterior, inmediatamente brincó al otro lado y ya no es pobre, estadísticamente hablando.

Por último, hubo más transferencias que aportaron a que los hogares recibieran más dinero, sobre todo producto de ingresos autónomos, es decir, en la informalidad, que implica más precarización y la marginalización del empleo, lanzándolos a peores condiciones de vulnerabilidad.


Los datos económicos del 2024

La economía del país se movió a ritmos distintos para cada sector. Por ejemplo, las empresas que se encuentran en el régimen de zonas francas vieron números mucho más positivos que aquellas que están en el régimen definitivo y, si bien los datos macroeconómicos generaron esperanza, la realidad económica de los hogares no fue tan afortunada.

4,2% crecería la economía al cierre de este año.

Deuda-PIB: 62,4% es la estimación de cómo cerraría este 2024 la deuda con relación al producto interno bruto.

60,8% del PIB representa el consumo privado.

15,6% del PIB representa la inversión.

8,4% crecimiento interanual de zonas francas.

3,8% crecimiento interanual empresas de régimen definitivo.

0,3% inflación a setiembre de 2024, por debajo del rango meta del Banco Central (2% a 4%).

Entre 3,7% y 4% cerrará la Tasa de Política Monetaria, referencia para el resto de las tasas de interés del mercado.

0,3% cayeron los ingresos tributarios.

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