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Costa Rica se aventura por los Emiratos Árabes

Certificación de carne para consumo de los musulmanes, posibilidad de inversión de puertos en el Pacífico, opción de comprar deuda pública... Las negociaciones avanzan con un país lejano que en un año duplicó el comercio bilateral.

El Gobierno de Costa Rica empuja con fuerza las relaciones bilaterales con Emiratos Árabes Unidos (EAU), con la esperanza de obtener réditos económicos de un país riquísimo que ha ido aumentando su interés geopolítico y que mira con agrado el aumentar su presencia en la mitad de América.

Una serie de documentos de entendimiento y conversaciones avanzadas abarcan las posibilidades de tratos voluminosos en materia agrícola y en materia financiera, con la eventual compra de una parte de la deuda costarricense o incluso cooperación financiera no reembolsable.

También hay acuerdos adelantados para intercambiar conocimientos en materia de inteligencia artificial y planes para que uno de los gigantes portuarios del planeta invierta en la costa pacífica de Costa Rica.

El diálogo lo impulsó el gobierno anterior con especial énfasis de parte del canciller Manuel González, pero lo ha continuado la administración de Carlos Alvarado. Está pensada una visita suya al país petrolero en el mes noviembre para poder concretar algunos de los acuerdos preliminares, de los que aún no se conocen detalles, informó la ministra de Planificación, Pilar Garrido; aunque la Cancillería responde que el viaje no está confirmado.

Consultas hechas por UNIVERSIDAD permiten conocer que hay avances en propuestas para compras de café costarricense, ahora que los precios internacionales y la baja productividad por hectárea golpean a los productores nacionales.

También se firmó un memorando de entendimiento para que Costa Rica desarrolle la certificación de productores de carne halal, el tipo permitido por la tradición musulmana, para lo cual se exigen condiciones especiales. Esto podría abrir el mercado emiratí a los ganaderos y procesadores costarricenses.

Hay un mercado potencial de $1.600 millones con necesidades que podrían calzar con la capacidad costarricense, según el Ministerio de Planificación, más la posibilidad de acceder desde EAU a otros mercados de su área de influencia, ahora que el pulso Estados Unidos-China altera la dinámica del comercio internacional.

¿Qué pide a cambio EAU?

No se conocen aún más condicionamientos que la disposición del país de proceder con agilidad y compromiso, según la ministra de Planificación, Pilar Garrido, quien ha liderado estas negociaciones.

Su propósito es que en el corto plazo se concreten proyectos de impacto para la situación crítica del agro costarricense (en ruta de recesión) o para las finanzas públicas, sumidas aún en aprietos a pesar de los ajustes tributarios, de las políticas de contención de gasto y del probable nuevo endeudamiento mediante eurobonos y empréstitos con organismos internacionales.

Garrido visitó en febrero ese país, situado frente al Golfo Pérsico, y en junio recibió a una misión de diversas autoridades que avanzaron en las negociaciones sobre estos temas. “Emiratos Árabes Unidos es un socio estratégico para dinamizar la economía nacional mediante la inversión pública y privada en proyectos estratégicos”, dijo en ese momento sobre una relación que, en el plano comercial, duplicó su volumen entre 2017 y 2018, al pasar de $7,6 millones a $15 millones, con potencial de seguir creciendo.

Así avanza una relación aún joven entre dos países disímiles en composición de población (el 90% de los residentes allí son extranjeros), en modelos políticos y económicos y en la riqueza de la gente: allá el PIB per cápita ronda los $40.000 y en Costa Rica, los $12.000, según indica el Fondo Monetario Internacional.

“No son una potencia geopolítica, pero tiene sus fortalezas. Es un país donde hay mucho capital disponible y están dispuestos a invertir. ¿En qué? Habría que verlo”, comentó el analista Constantino Urcuyo, catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Con Urcuyo coincide Carlos Murillo, experto en relaciones internacionales. Aunque sostiene que EAU no está en la primera línea del tablero geopolítico, sí puede sumar fuerzas en una región que sigue siendo vital para la productividad en el mundo, por la industria petrolera.

“Los Emiratos han entendido que el dinero del petróleo no pueden dejarlo debajo del colchón y han salido al mundo a invertir en negocios. Por eso se vuelve muy atractivo”.

La baraja es amplia, defiende el excanciller Manuel González. “Es un país en una posición muy cómoda en lo económico, pero atrae a muchos países. Llamar la atención de ellos no es fácil. La apertura de la embajada nuestra allá mandó el mensaje claro. Es una puerta de entrada regional. Puede ser un centro logístico importantísimo, con alto valor en atracción de inversiones. Era el socio más importante de volver a ver”, justifica el exministro, complacido de que este gobierno no haya variado el rumbo, como sí lo hizo con las relaciones con otros países.

González resta importancia a los señalamientos sobre la aplicación de los derechos humanos en territorio emiratí, un país monárquico que restringe libertades de expresión y de asociación, al punto de tener presos a opositores políticos, según el informe de Amnistía Internacional del 2018. Además,  las mujeres siguen siendo discriminadas en la ley y en la práctica, agrega el reporte.

Para González, esto no debe ser motivo para alejarse de un país moderado y “abierto a todo tipo de creencias”. Resalta que los turistas pueden consumir alcohol y que las mujeres no son marginadas; como prueba, la presencia de diez de ellas en el gabinete del Gobierno que preside el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan.

“Es cierto que son muy estrictos en drogas, corrupción o violaciones. Se castigan muy muy severamente. Sientan el ejemplo y, si eso es contrario a los derechos humanos, es cuestión de visiones. Han evitado índices de criminalidad y hay una alta sensación de seguridad”, añade González, quien sostiene que también a Costa Rica le critican la situación en las cárceles y que, si fuera por eso, habría que cortar las relaciones con el gigante asiático, en probable alusión a China.

¿Bonos árabes?

El 16 de junio, tras una serie de reuniones en San José con la delegación de alto nivel emiratí, el Ministerio de Planificación publicó en su sitio web declaraciones concluyentes de la ministra Garrido. “Contaremos con cooperación financiera para estabilizar la deuda y continuar en la senda de sostenibilidad de las finanzas públicas. Una primera parte de esa cooperación financiera se gestionaría este año”, decía.

Ese acuerdo preliminar no estaba aún consolidado, pero las cartas están sobre la mesa, aunque hay diferentes visiones sobre el tipo de cooperación. Garrido subraya que sería una relación en condiciones especiales, digna de países amigos y en un volumen considerable para el déficit financiero del Gobierno. Su homóloga en Hacienda, Rocío Aguilar, en cambio, lo ve como una opción más en el mercado.

“Hablamos de apoyo financiero con muy buenas tasas o también de explorar otras vías de cooperaciones. ¿Tamaño? Bueno, hablamos de cooperaciones financieras que son críticas para nosotros y para la trayectoria del costo de la deuda”, contestó a este semanario.

Al consultar a Aguilar sobre este tema, la visión es distinta. Responde que EAU puede invertir en deuda costarricense una vez que se haga la emisión de los eurobonos o bajo las condiciones del mercado local, “como cualquier otro inversionista”. Sobre los posibles montos, sostiene que tampoco alcanzarían a mover la aguja de las finanzas públicas, considerando el tamaño del déficit.

“Siguen las conversaciones y ojalá puedan llegar recursos adicionales, pero para el año en curso están las necesidades resueltas, siempre y cuando la Asamblea nos apruebe los préstamos de apoyo presupuestario con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y la CAF (Corporación Andina de Fomento)”, dijo a este semanario.

Carnes para musulmanes y otras opciones

Uno de los memorandos firmados en junio establece la cooperación entre agencias de acreditación nacionales para desarrollar el sello halal, un término referido a procedimientos acordes con las creencias musulmanas basadas en el Corán. Entre esas condiciones, no puede haber rastro de cerdo, alcohol u otros aditivos prohibidos; tampoco pueden procesarse animales sacrificados en nombre de deidades que no sean Alá, o aquellos que hayan muerto por accidente.

Al margen de lo religioso, esta certificación podría abrir una oportunidad de mercado, sostienen en Planificación, pues se calcula que un 25% de la  población mundial es musulmana. Esto equivale a 1,800 millones de personas que siguen los parámetros de la ley islámica para definir sus prácticas de consumo. Esto provocó en 2017 una factura de $1.500 millones, y para 2023 podría duplicarse, según las autoridades.

“Es muy importante y abriría muchas oportunidades si Emiratos nos da esta certificación”, sostiene el excanciller González, en alusión a la influencia que ha ganado este país en Oriente Medio.

El plazo para desarrollar la certificación vence en febrero del 2020, según el memorando firmado en junio por Fernando Víquez, director general del Ente Costarricense de Acreditación (ECA) y su par Abdulla Abdelqader Al Meeni, de la Autoridad Emiratí para la Estandarización y la Metrología.

En la visita oficial de junio, al Instituto Costarricense de Puertos (Incop) se le plantearon avances de la formulación del plan maestro, que establece un alcance de inversión de $260 millones para modernizar el Puerto Caldera y desarrollar zonas logísticas en Puntarenas y Golfito. El plan está a cargo de la empresa Dubai Ports World, un gigante de la logística mundial.

“Se encuentran muy interesados en invertir en el Pacífico Central”, informa Mideplan, aunque desde la instancia reconocen que hay trabas legales, dada la concesión actual en manos de la empresa Sociedad Portuaria de Caldera SPC S. A. hasta el año 2026, y aunque su capacidad está colapsada, como reconoce Incop.

El que se abran los caminos para que DPWorld avance en las opciones de instalarse en la costa pacífica costarricense, como ya lo hizo con República Dominicana en el Caribe, depende de la posibilidad de ampliar contrato. Esto conecta con la explotación de la Alianza del Pacífico (de la que Costa Rica no es parte) o de proyectos como la Ruta de la Seda que impulsa China, según Garrido.

Actualmente, hay acuerdos firmados, tendientes a diversificar el comercio bilateral y las inversiones entre ambos países; así como asistencia técnica para fortalecer destrezas relacionadas con la inteligencia artificial (IA) mediante intercambios de estudiantes y profesionales, seminarios y desarrollo de estudios conjuntos en áreas como big data.

También se firmaron compromisos para mejorar los servicios gubernamentales en Costa Rica, en tareas como servicios inteligentes, innovación, capacitaciones en liderazgo y planificación prospectiva, se lee en el documento.

Miembros de la delegación emiratí que visitó Costa Rica en junio se reunieron con el presidente Carlos Alvarado, con quien mencionaron las áreas de interés para inversión, puertos incluidos. (Foto: Presidencia).

Excanciller Manuel González

“Nunca me pidieron nada”

¿Cómo quedaron las relaciones con Emiratos Árabes al acabar su gestión?

—En la escala de 1 a 100, quedaron en 110. Fue un trabajo arduo pero eficaz. Es un país que tiene una posición muy cómoda en lo económico y por eso atrae a muchos países. Llamar la atención de ellos no es fácil (…) Yo di el beneplácito para la embajada de ellos aquí y acompañé un proceso intenso, con varias visitas y misiones. Incluso suprimimos el requisito de visa unilateralmente y ellos actuaron en reciprocidad, un gesto muy importante.

¿Qué interés pueden tener ellos por estas latitudes?

—Ellos tienen un interés renovado en América y dan señales de apertura. El liderazgo lo lleva el Gobierno, pero ojalá pronto lo sigan las empresas privadas, aunque eso lleva tiempo. Es, para casi todos los efectos, un país occidental, moderado. Recibió al papa Francisco este año, están muy conectados con la inteligencia artificial y han apostado mucho por el bienestar de su población, incluso con un Ministerio de la Tolerancia.

¿La prioridad es económica, no?

—Bueno, ellos tienen un enorme fondo de inversiones con cooperación financiera y no discriminan a los países de “renta media”, como somos nosotros. Con la ministra de Cooperación hicimos una maravillosa relación, una mujer de menos de 35 años, muy influyente, y con esa visión pragmática que los caracteriza.

¿Qué piden ellos a cambio?

—A mí nunca me pidieron nada, ni apoyo a una candidatura ni un voto a ninguna resolución en organismos internacionales, en ningún nivel. Sé que es algo raro para las relaciones internacionales, pero ellos son particulares.


 

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