Hasta la fecha, Costa Rica ha sido el único país de Latinoamérica en excluir a empresas chinas de sus redes de 5G, destaca un análisis sobre el tema realizado por la Universidad de Navarra, España, citando el decreto sobre ciberseguridad emitido por la administración Chaves Robles.
El decreto del Reglamento sobre medidas de Ciberseguridad aplicables a los servicios de Telecomunicaciones basados en la tecnología de Quinta Generación Móvil (5G) y Superiores, del 31 de agosto de 2023, excluyó del despliegue que realice el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) de infraestructura para servicios de la tecnología móvil de quinta generación (5G) a empresas que provengan de países que no han ratificado el Convenio de Budapest sobre ciberdelincuencia, como China, Corea del Sur, Singapur, Suecia y Brasil.
La disputa geopolítica entre China y Estados Unidos por los espacios de 5G en Latinoamérica y el mundo ha arrastrado a Costa Rica y a otros países de la región.
Para el Gobierno de EE.UU., la participación de Huawei es una amenaza para sus capacidades de inteligencia y su competitividad económica en la tecnología 5G, según refieren estudiosos del tema en todo el mundo.
Según se explica en el artículo “Geopolítica de 5G: la gran disputa entre China y Estados Unidos por los nuevos espacios en América Latina”, publicado por la Revista Política Internacional, EE.UU. encontraría perjuicios en su accesibilidad a la “inteligencia de señales” consolidada a través de los años en la región y atravesaría grandes riesgos respecto a la pérdida de competitividad económica de sus propias firmas de telecomunicaciones por el rezago en el liderazgo tecnológico de los sistemas 5G.
El abogado y diplomático argentino Mariano De Rosa, autor del artículo, señala que “el nuevo espectro de infraestructura 5G crearía un ‘nuevo espacio’, más allá de la clásica concepción agua, mar y espacio ultraterrestre, que generaría las condiciones para la preponderancia estratégica de una gran potencia en ascenso por sobre otra en declive relativo”.
Una preocupación, indica De Rosa, es que el eventual dominio de las redes 5G otorgaría a China la virtual capacidad de denegar el acceso a espacios considerados vitales por EE.UU., implementando medidas “antiacceso” en redes hasta el momento consideradas vitales. Otra preocupación es que una vez que Huawei construya la red 5G de un país, es probable que ese país elija a la misma empresa para actualizar esos sistemas cuando nuevas tecnologías estén disponibles, excluyendo a las demás empresas durante décadas.
El caso de Vodafone
En 2019, la agencia de noticias Bloomberg reportó que entre 2009 y 2011 la operadora de telefonía e Internet europea Vodafone encontró “puertas traseras” o vulnerabilidades ocultas en el software de routers y nodos ópticos de Huawei.
Según se explicó, “puerta trasera” es un mecanismo que evade los controles de seguridad para acceder al sistema de la computadora o los datos cifrados. Huawei reconoció que se identificaron vulnerabilidades; pero aseguró que fueron abordadas y solucionadas en su momento.
Funcionarios del Gobierno estadounidense citan que la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017 obliga legalmente a Huawei y a todas las empresas y entidades chinas a realizar tareas de inteligencia en nombre del Gobierno chino y que por eso el Gobierno chino puede usar las redes de 5G construidas por Huawei para recopilar información, vigilar a los críticos y robar propiedad intelectual.
En 2019, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe que empresas estadounidenses usen los servicios de telecomunicaciones de cualquier firma extranjera que ponga en riesgo la seguridad del país y en 2020 prohibió descargar las apps chinas TikTok y WeChat en EE.UU.
No obstante, para alrededor de 170 millones de usuarios de TikTok en EE.UU. la decisión de Trump, de esta semana, de retrasar por 75 días la prohibición legal de la popular plataforma, fue causa de celebración, reportó la agencia AP.
No vetan a Huawei
Si bien Washington también ha recomendado a sus aliados más directos que prescindan de la tecnología china, en Latinoamérica, Huawei y otras empresas chinas encuentran un mercado propicio, ya que la alta inflación y las dificultades financieras de los Estados han favorecido soluciones tecnológicas más baratas que las que ofrecen las compañías occidentales más destacadas, como documenta el artículo “Las subastas de 5G en Latinoamérica no vetan a Huawei como pedía Washington”, publicado por la Universidad de Navarra, España.
En México, Guatemala y Uruguay, donde ya hay operaciones de 5G, las operadoras de telefonía ofrecen el servicio a partir de las adjudicaciones ya existentes para 4G LTE.
En Guatemala, a las operadoras Claro (América Móvil) y Tigo no se les han impuesto requisitos sobre proveedores tecnológicos, cita la universidad.
En Latinoamérica, “hasta ahora, Costa Rica ha sido el único país en excluir a empresas chinas de sus redes 5G”, destaca la universidad, citando el decreto sobre ciberseguridad de 2023.
En 2020, el entonces subsecretario de Estado de Estados Unidos para el crecimiento económico, la energía y el medio ambiente, Keith Krach, realizó una gira por Sudamérica, Panamá y República Dominicana para abogar por excluir a Huawei de los mercados de equipos 5G, publicó la revista América Economía.
Aunque en un principio se anunció que República Dominicana se sumó a la iniciativa estadounidense “Red Limpia” sobre el uso de proveedores fiables en la red 5G y que incluye una serie de actuaciones para salvaguardar datos frente a injerencias de China, en 2021 el Gobierno dominicano presentó el pliego de condiciones de la licitación internacional para la implementación de redes 5G en el país, sin excluir al gigante chino Huawei.
Medios de Paraguay también reportaron que en el pliego de bases y condiciones para licitar la banda 5G se incluyó una cláusula de reciprocidad, que pudo haberse concebido para dejar fuera a Huawei y otras empresas chinas de la competencia, atrapados en la guerra comercial China – EE.UU., ya que Paraguay no tiene relaciones diplomáticas con China, sólo con Taiwán.
A nivel mundial, ocho países han emitido prohibiciones directas a la empresa, casi todos aliados cercanos de EE.UU. como Australia, Japón y el Reino Unido, afirma el artículo “Huawei de China está ganando la carrera 5G. Esto es lo que Estados Unidos debería hacer para responder”, publicado por la revista Council of Foreign Relations.
Otros países han contratado a los competidores de Huawei sin adoptar una postura pública contra la compañía, como empresas de telecomunicaciones de Bélgica, Croacia, Finlandia, Grecia, Noruega, Portugal, Singapur y España, que han contratado a Ericsson o Nokia para construir sus redes 5G.
Poder de persuasión
De acuerdo con el artículo del Council of Foreign Relations, una de las principales razones por las que EE.UU. no ha tenido más éxito a la hora de persuadir a los países de que no utilicen equipos Huawei “es que no puede ofrecer una alternativa”. “Estados Unidos no tiene ni tendrá una empresa que sea competitiva en el conjunto completo de equipos 5G”, expone.
“A largo plazo, Estados Unidos debe estar mejor preparado para la llegada de la tecnología 6G, que probablemente reemplazará a la 5G dentro de 15 años. Las autoridades estadounidenses deberían financiar centros de investigación y desarrollo en universidades que se centren en tecnologías 6G y considerar exenciones impositivas y otros incentivos para apoyar la inversión del sector privado en 6G, de modo que haya al menos una empresa estadounidense competitiva en este espacio”, recalca.
Mientras que el informe “La expansión de Huawei en Latinoamérica y el Caribe: Perspectivas de la Región”, de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano, con sede en Bogotá, Colombia, apunta que EE.UU. debería centrarse en “alcanzar objetivos realistas, y una meta viable es reducir, no eliminar, la huella comercial de China en la región”.
“Un paso en esa dirección sería enmarcar los lazos bilaterales en torno a temas relevantes para los Gobiernos latinoamericanos —como el desarrollo económico, la inversión extranjera directa y el acceso a financiamiento internacional— y no en torno a China y las amenazas que representa. En resumen, la política estadounidense para Latinoamérica y el Caribe no debería ser una política sobre china disfrazada”, refiere la Fundación.
En medio de este escenario, ¿tiene lógica prohibirle al ICE desplegar redes 5G con tecnología proveniente de un país como China, utilizada en numerosos países, sólo por un compromiso asumido en medio de una lucha geopolítica entre dos potencias?
Un informe del Programa de Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) de la Universidad de Costa Rica (UCR) ya destacó que adoptar el Convenio de Budapest para el desarrollo tecnológico no constituye un criterio técnico, sino que “expone al país a dinámicas geopolíticas en favor de uno u otro actor internacional”.
“La decisión debería ser técnica; no obstante, en el país ha adquirido un tinte político, posicionando a Costa Rica como un escenario más en la guerra comercial entre las grandes potencias y que a su vez le está costando una mejor solución al país para el establecimiento de las redes 5G”, dijo Alejandro Amador Zamora, coordinador del Prosic-UCR.

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“Si nosotros somos un país de libre mercado y de libre competencia, ¿esto no es abiertamente una obstrucción al libre mercado y a la libre competencia?”, cuestionó la legisladora.

