País Según informe de CEPAL

Costa Rica cerrará 2022 con un 4,4% de crecimiento pero bajará a un 2,6% para 2023

América Latina experimenta una desaceleración del crecimiento y recuperación de los mercados laborales ha sido insuficientes para superar las brechas

Las proyecciones de crecimiento para Costa Rica se estiman en un 4,4% al cierre del 2022, según dio a conocer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), una cifra superior a la media de América Latina que se ubicará en 3,7%. Sin embargo, el año 2023 es menos esperanzador, pues se proyecta que estará en un 2,6%.

Esta tendencia es consecuente con el resto de la región, que ha estado marcada por un contexto de incertidumbres externas y restricciones internas y se estima que en 2023 se profundice la desaceleración del crecimiento económico y se alcance una tasa del 1,3% promedio en la región, por debajo de Costa Rica, destacó el organismo en su informe Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe.

De acuerdo con José Manuel Salazar Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, las respuestas de la política monetaria adoptadas en el mundo durante este año, en un contexto en el que se dio un aumento desmedido de la inflación global y que ha provocado incrementos en la volatilidad financiera, se dieron menores flujos de capital hacia las economías de la región.

Luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado, reflejando, por una parte, el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.

Pero, se espera que la reducción en la inflación global para el 2023 tenderá a moderar los incrementos de las tasas de política monetaria de los principales bancos centrales.

Salazar fue enfático en que Centroamérica tiene condiciones diferenciadas al resto de la región latinoamericana y que están mucho más presentes en Costa Rica, por lo que la proyección de crecimiento del istmo es mayor.

Para el 2022, el crecimiento de América Central se ubicará en un 4,2% en promedio y para el 2023 llegaría al 3%. El crecimiento del 2023 estará fuertemente marcado por Panamá, El Salvador y República Dominicana (que se incluyó como parte de la región).

Estas cifras ponen a la región en mejores condiciones que el resto de América Latina, si se compara con los países de Sudamérica hay una enorme diferencia en tamaño, pero han logrado integrarse mucho a Estados Unidos y otra de sus fortalezas comerciales es el mercado intrarregional.

El secretario de CEPAL indicó que las condiciones de la región centroamericana son las que hacen la diferencia, pues muchas de sus naciones tienen elementos favorecedores, como la cercanía con Estados Unidos, su principal socio comercial y que ha trabajado en la reconfiguración de sus cadenas de valor, trayéndose más cerca muchas de las inversiones que tenía en Asia.

“Y Costa Rica, es el que está mejor posicionado, ya que cumple con todos los requisitos como la estabilidad, buen clima de inversión, buena logística, cercanía con Estados Unidos, gran calidad de talento humano, disposición de las universidades y del sistema educativo de formación profesional para crear el talento que requieren las empresas. También se ha convertido en líder de sectores sumamente dinámicos como dispositivos médicos, tecnologías de la información y servicios, que en lugar de decaer en la pandemia fueron el boom”, señaló Salazar Xirinachs.

Para el representante de CEPAL, Costa Rica se podría convertir en un referente de estudio para muchos países latinoamericanos, en términos de posicionarse en los sectores que son impulsores de la economía, aunque aún hay mucho que avanzar en otros temas.

Desafíos en América Latina

El informe destacó que el proceso de recuperación de los mercados laborales que se experimentó en el primer semestre de 2022 no permitió eliminar las tradicionales brechas entre hombres y mujeres que exhiben indicadores como la tasa de participación laboral y la tasa de desocupación. Durante el 2022, se han observado tanto un aumento de la informalidad y como una caída en los salarios reales.

También destacó la CEPAL que en el ámbito fiscal, si bien se observa una reducción del déficit primario, los niveles de endeudamiento continúan siendo altos, por lo que cabe esperar que el espacio fiscal siga condicionando la trayectoria del gasto público.

Además, hay riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas y el mayor riesgo soberano, que dificultarían el financiamiento de las operaciones de los gobiernos en el año 2023.

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