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Con su recaudación estancada, Hacienda aguarda por los nuevos impuestos

La figura del IVA llegará para aumentar una recaudación de impuestos que flaquea y que pone en aprietos a las delicadas finanzas del Estado.

Hacienda espera con ansias la entrada de los nuevos impuestos que empezarán a regir a partir de julio. Necesita estos nuevos recursos, pues sus ingresos parecen estancarse y más bien caen en relación con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

Así quedó registrado apenas la semana pasada, cuando el ministerio informó sus cifras fiscales hasta mayo, según las cuales sus ingresos tributarios apenas pasaron de representar un 5% del PIB hasta mayo del año pasado a un 5,04% hasta mayo de este 2019.

Esto incluso a pesar de que el país aplicó amnistías tributarias entre diciembre y marzo pasados, para alentar el pago de deudas —a través del perdón de intereses y el perdón de parte de las penas—, mecanismo que permitió ingresos adicionales por más de un 0,3% del PIB a inicios de este año. Esto quiere decir que entonces la recaudación habría caído como porcentaje del PIB.

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El flaqueo es evidente y, según informó Hacienda, explica la necesidad de que entren en vigencia los nuevos impuestos; especialmente el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que amplía la cantidad de contribuyentes, gravando los servicios. Según el ministerio, “la poca conexión entre los sectores más dinámicos de la economía costarricense y la recaudación de impuestos se ha venido observando desde hace ya varios años”, lo que reafirma “la importancia de ampliar la base del IVA a estos sectores de la economía”.

Los servicios, el sector que ahora estaría gravado, es clave para Hacienda, pues representa poco menos del 70% de la producción nacional, según cifras del Banco Central.

Entre esos servicios, por ejemplo, se  encuentran las facturas por servicios profesionales; así como los rebajos regulares que se realizan plataformas electrónicas. Estos dineros, que son inéditos para las arcas estatales,  permitirían cerrar parte de esa indeseable brecha entre gastos e  ingresos del Estado que cerró en un 6% del PIB en 2018 y que apunta a seguir creciendo.

De hecho, Hacienda estima que obtendrá un efecto paulatino, pero que al cierre de su administración podría cerrar por lo menos el déficit primario; es decir, la diferencia entre gastos e ingresos sin contar el pago de los intereses, que obliga al Gobierno a seguirse endeudando. Ese déficit rozó el 2,5% del PIB en 2018 y el BCCR espera que se reduzca al 2,1% este año.

Según las estimaciones del Banco Central y del Ministerio de Hacienda, el IVA tendría un rendimiento del 0,23% del PIB en 2019 y se duplicaría para el año 2020, cuando ya se cobraría los 12 meses y, en el mejor de los casos, se aplicaría con mayor fuerza. Esos porcentajes son una cuarta parte de todo el rendimiento esperado para ambos años producto de la reforma fiscal, el proyecto que también incluyó reformas al Impuesto sobre la Renta, contenciones al empleo público y una regla fiscal.

Sistemas listos

La entrada en vigencia del IVA, suponen las autoridades, será un paso más sencillo de lo esperado, pues cada persona física y jurídica que ofrezca servicios deberá adecuarse a las nuevas normas y los sistemas de Hacienda ya están listos.

“Ya el Impuesto de Ventas existía y era básicamente un IVA, que ahora es perfeccionado y mejorado, entonces tenemos los sistemas de información, declaraciones, procesos de control, y lo que tenemos ahora es un aumento de clientela muy significativo. Es hacer los mismos procesos que estábamos haciendo antes, pero ante un universo mucho más amplio de contribuyentes”, explicó Giovanni Tencio, de Tributación.

Para Tencio, el tema ahora es que cada persona resuelva sus dudas y empiece a tributar, más allá de los temores iniciales. Según el funcionario, este cambio de cultura será similar al que se aplicó con la factura electrónica, un procedimiento por el que Hacienda ya recibe unos 120 millones de documentos mensuales.

“Esto ha generado mucha incertidumbre, mucha preocupación, pero es como el tema de factura electrónica, que es obligatoria desde noviembre del año pasado. Eso no es algo que usted tiene que resolver por sus medios”, yo no tengo que entender el tema de la factura electrónica, debo buscar un proveedor que me dé un buen servicio, que me dé garantías, que me dé soporte”, acotó.

“De entrada es probable que tengamos que buscarlo, yo sé que usted inmediatamente me puede contestar que un empresario pequeño no puede sacar 50.000 colones al mes porque esa es su ganancia, pero bueno… va a tener que buscar asistencia, acudir a nuestras charlas, va a tener que prepararse, quizás al principio necesite más apoyo, luego podrá hacerlo por sí solo… es un tema de ajuste”, puntualizó.

Para el subdirector de la Dirección General de Tributación (DGT), cada contribuyente deberá tratar de ordenarse, tal como lo hará Hacienda para realizar los cobros de forma oportuna. Para el sector empresarial, igualmente no hay otra forma de entenderlo: “Es que no hay de otra, la única opción sería desinscribirse de Hacienda, con todo lo que eso implica”, afirmó Álvaro Sáenz, de Uccaep.

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