País Tesorera Nacional explica origen del Presupuesto Extraordinario

“Comentarios negativos echaron al traste contrato de colocación por hasta $1.500 millones”

Los ¢600 mil millones de deuda que esperaban pagar en el largo plazo se convirtieron en una obligación que debe pagarse este año.

La Tesorera Nacional, Martha Cubillo, y el viceministro de Egresos, Rodolfo Cordero, se refirieron en entrevista con UNIVERSIDAD a la presentación de una inesperada autorización de endeudamiento por ¢600 mil millones, mediante un primer presupuesto extraordinario de 2018, para pagar deuda externa de corto plazo. A continuación, la entrevista.

Rodolfo Cordero, viceministro de Egresos

¿Aceptan ustedes que hubo alguna clase de olvido o de error de parte de la administración anterior que les obliga a presentar el presupuesto extraordinario por ¢600 mil millones?

Martha Cubillo: –Definitivamente no lo compartimos, porque el Presupuesto Nacional 2018, igual que cualquier otro de períodos anteriores, lo que lleva es un estimado del servicio de la deuda, tanto interna como externa. Cuando digo servicio de la deuda, estamos hablando de amortización y de intereses.

Para hacer el estimado presupuestario se considera en primer lugar la deuda vigente, con vencimiento en el periodo que se va a presupuestar, y algunos elementos que se consideran para la colocación de la nueva deuda, que se coloca en el segundo semestre del periodo. Entonces, en ese segundo semestre del periodo estábamos considerando una estructura esperada.

Esperábamos colocar un 10% de muy corto plazo, que es lo que se traslada al siguiente año, y el resto de la estructura tenía que ser a periodos superiores a 360 días. O sea, que iban a ser colocados en un período superior al 2019.


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Junto a esto está la gestión de deuda. Recordará que estábamos tratando de cerrar un contrato de colocación que nos iba a traer alrededor de $1.500 millones a diez años plazo. Eso nos iba a permitir salirnos, en gran medida, de colocaciones de corto plazo y mantener un monto muy pequeño, tal vez menos de un 10%, que es lo que las entidades públicas que no son financieras traen a la Tesorería y eso es por una orden de ley.

Bueno, bajo esa figura, los estimados que nosotros hicimos eran normales para el periodo. Además, estaba la gestión de Tesorería y la gestión de pasivo, que hasta ese periodo había sido sumamente exitosa, que eran los canjes de deuda pública. En periodos anteriores habíamos canjeado hasta 500 mil millones. Nosotros, en Tesorería, decíamos que eran equivalentes a los eurobonos de períodos anteriores, así es que teníamos también la opción de hacer canjes de deuda interna.

¿Qué nos pasa en el segundo semestre? Prácticamente en el último trimestre se nos vienen elementos importantes. Cuando salimos a hacer colocación de deuda, para tratar de llevar toda esa deuda a más largo plazo, intervienen algunos sectores de la economía y empiezan a hacer comentarios respecto de la legalidad de un contrato de colocación. Eso nos trae al traste la colocación, los inversores; desde luego que había inversores nacionales e internacionales allí, empiezan a tener sus dudas y empiezan a esperar.

Nosotros esperábamos tener los recursos aquí en noviembre de 2017. Entonces, eso se nos alarga, se nos va hasta el siguiente periodo, 2018, y es en este que debemos cerrar la operación sin recursos. Significa que no pudimos terminar el contrato exitosamente.

Junto a eso, debido a la misma situación que se presenta por las elecciones y a la dinámica muy sui generis que tuvimos en este último periodo electoral, pues el inversionista, ante tanta incertidumbre, se coloca a muy corto plazo. Estamos hablando de que los inversionistas públicos y privados empiezan a colocarnos recursos. Pero a días, a meses, eso nos lleva a tener colocaciones, en el último trimestre; la mayor parte son de muy corto plazo y pasan a ser vencimientos para el 2018.

Es decir, que no se cumple la estructura estimada del presupuesto 2018, sino que la colocación de muy corto plazo pasa de un estimado del 10% a más del 30%.

En el momento en que ustedes presentan este presupuesto extraordinario, pareciera incluso que se dispararan en el pie, es muy mal momento, en medio de negociaciones para aprobar la reforma fiscal, que ya son muy complicadas. ¿Ustedes no vieron cómo se iba modificando la situación y previeron que tendrían que hacer este nuevo pedido? ¿O fue cuando revisaron las estimaciones a partir de las nuevas cifras de la primera parte del año que se dan cuenta de que no les va a alcanzar?

–Durante el primer semestre, desde luego que ya para esa época tenemos los estimados requeridos. Le voy a decir que el estimado de colocación de muy corto plazo superaba los ¢700 mil millones. Usted tiene dos opciones de colocación para el último trimestre: o coloca de corto plazo o no coloca. Eso era lo que nos estaba sucediendo en el 2017. Y si no colocas, eso significa default (quiebra) para el país. Esto no es algo que se pueda tomar como opción. Si el mercado te ofrece colocaciones de corto plazo, vos tenés que hacer las colocaciones de corto plazo, porque de eso depende la operatividad del Estado. No puedes dejar de colocar.

Bueno, ¿en los primeros meses se tenía alguna información sobre si íbamos a recibir más recursos? Sí, claro que sí. Lo que pasa es que esos son los meses en que nosotros estamos gestionando los canjes de deuda interna. Entonces, nosotros, en canjes de deuda interna, logramos ¢80 mil millones. Esto significa que esta cifra ya va ajustada en ¢80 mil millones que no vamos a recibir. Realmente la cifra final, por la operativa que tuvimos el último trimestre, era una cifra mayor.

Ahora, algo muy importante. En el 2017, lo que se hace es usar la autorización presupuestaria para esa colocación. Esas colocaciones no son un gran hueco que se hace en el déficit ni nada por el estilo, sino que esa es la autorización natural que se dio en el presupuesto de la República. Lo que requerimos o pedimos es una autorización para amortizar esos recursos que se nos prestaron a muy corto plazo y que no hemos podido llevar a más largo plazo. Pero sigue siendo el mismo déficit fiscal.

El Presupuesto Extraordinario busca, por así decirlo, calzar los plazos, no es que se pide un aumento en el endeudamiento.

–No. Es el mismo monto que la Tesorería viene anunciando por semestre y que estaríamos anunciando en los próximos días para el segundo semestre. Aquí no hay más endeudamiento sino la autorización para regular presupuestariamente estos recursos que debieron haberse colocado a más largo plazo pero que hoy están en el saldo de la deuda y que deben ser cancelados y regulados presupuestariamente, que es lo más importante.

Al Viceministro de Egresos, Rodolfo Cordero, le pregunto: ¿por qué considera usted que se le ha dado esta clase de tratamiento a la información? Así como dice doña Martha, que hay inversionistas interesados en cuestionar la legalidad del contrato de colocación, ¿puede haber otros intereses en la forma de presentar el Presupuesto Extraordinario hoy?

Rodolfo Cordero: –Yo realmente diría que no. Quizás es por falta de conocimiento desde el punto de vista técnico. Realmente creo que también el volumen o el monto que se presenta en ese extraordinario nos asusta, y además el que no estuviese incluido en el Presupuesto 2018 un monto de esa magnitud, cualquiera de repente se asusta, por qué falló la estimación. Eso, por un lado. Lo otro es también que, en este mismo desconocimiento técnico, tal vez se piensa que aquí estamos incrementando el gasto y estamos incrementando el déficit, lo cual ni lo uno ni lo otro. Simplemente es, como decía doña Martha, para hacer frente a las obligaciones que tenemos, pero no implica hacer un incremento del gasto ni tampoco que estén cambiando los números a nivel del déficit primario ni financiero.

Martha Cubillo: –Tal vez un comentario importante es que si revisamos los registros de ejecución presupuestaria de periodos anteriores, nos vamos a encontrar –y uno podría pensar, si no conoce la técnica– una sobrepresupuestación. En el 2015, de la partida de amortización de la deuda, sobra un monto superior a los ¢500 mil millones. Uno inicialmente podría decir que fue una sobrepresupuestación. No, la presupuestación es correcta, lo que pasa es que en ese momento la Tesorería tuvo mucho éxito haciendo los canjes de deuda. Eso significa hacer cambio de instrumentos de muy corto plazo por instrumentos de mayor largo plazo, entonces no se usa la partida de presupuestación y entonces aparece un gran sobrante.

Esta es, casualmente, la figura contraria a esa. En este momento, al no obtener Tesorería en los canjes y en colocación de más largo plazo, pues requiere mayor autorización, contrario a lo que nos sucedió en el 2015. Y si no recuerdo mal fueron ¢552 mil millones.

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