País

Colectivos de mujeres: Proyecto de jornadas de 12 horas es inmejorable y debe archivarse

Reclaman que la reforma no mejora la empleabilidad de las mujeres costarricenses sino que recortará sus ingresos, profundizará las desigualdades y aumentará la pobreza y el desempleo.

Diversas organizaciones de mujeres aglutinadas en el Grupo de Trabajo Agenda CEDAW emitieron un pronunciamiento en oposición al proyecto de ley 21.182 que busca instaurar jornadas de 12 horas durante 4 días a la semana sin pago de horas extra pues consideran que representa un claro detrimento de los derechos laborales y aseguran que no tiene mejora posible.

Los colectivos instaron a las y los diputados a no aprobar este expediente, propuesto en la legislatura pasada por los liberacionistas Ana Lucía Delgado y Carlos Ricardo Benavides y actualmente impulsado por el Poder Ejecutivo, pues aseguran que “violenta convenciones internacionales en materia de derechos laborales, trabajo decente y de derechos de las mujeres, entendiendo que en Costa Rica la realidad entre hombres y mujeres en el mercado laboral sigue siendo profundamente desigual”.

“No se pueden hacer mejoras porque ese proyecto violenta los derechos laborales, están planteando que la jornada sea de 12 horas diarias, sin medir las consecuencias que eso puede tener en la vida de las personas trabajadoras. Tendrían que poner en el presupuesto para hacer guarderías o centros infantiles que funcionen de noche y garantizar que no se rebajen los salarios. ¿Podrían hacer eso? No lo van a hacer porque lo que quieren es pagar menos en extras. No es una cuestión para el desarrollo y mejora del empleo, no, no es negociable”, dijo la vocera del grupo, Ana Hernández, a UNIVERSIDAD,

Así, afirman, factores que ya afectan de manera desproporcional a las mujeres como el desempleo, subempleo, trabajo informal, falta de aseguramiento y otros se profundizarían de aprobarse la iniciativa, que permitiría que las personas trabajadoras tengan jornadas laborales de hasta doce horas cuatro días a la semana, sin compensación alguna de tiempo extraordinario. Actualmente, de acuerdo con la normativa, si una persona alcanza las doce horas laborales en un día, se le deben pagar cuatro horas extras.

La propuesta, afirman, atenta “contra la salud de las personas trabajadoras, disminuye la productividad. genera más recarga en los servicios de salud y aumento en los accidentes laborales, las jornadas extensas tienen relación directa con la depresión, la cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares y trastornos del uso del alcohol”, según informes de agencias internacionales como la Organización Mundial para la Salud y la Organización Internacional del Trabajo. Además aseguran que fomentará la exclusión de las mujeres en el mercado laboral, pues no reconoce las desigualdades en el uso del tiempo por la división sexual del trabajo.

Algunas diputadas han pretendido hablar en nombre de las mujeres pero no pueden compararse con las que tienen que salir a las 5:00 am y regresar a la casa a las 9:00 pm a hacer trabajo doméstico”

“El Estado costarricense tiene la obligación de cumplir con lo establecido por las convenciones internacionales de derechos humanos, la iniciativa en discusión es un retroceso al cumplimiento de las recomendaciones de la CEDAW relativas a las medidas para facilitar el acceso de las mujeres al empleo formal, a las recomendaciones de la OIT sobre trabajo decente y la transición de la economía informal a la formal y representa un riesgo notable para alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre empleo pleno, productivo y trabajo decente para las mujeres y hombres”, reza el comunicado.

Hernández señaló  que la propuesta afectará además a grupos de mujeres cuyas condiciones ya son especialmente difíciles, como las trabajadoras domésticas, quienes terminarán trabajando jornadas de hasta 16 horas, sin ningún beneficio. “Mentira que una persona que tiene una familia, que tiene a una trabajadora doméstica va a permitir que la mujer trabaje sólo cuatro días, al contrario, la trabajadora va a terminar trabajando desde que se levanta hasta que se acuesta”, dijo.

Hernández recordó que por muchos años las trabajadoras domésticas, que además son mayormente mujeres migrantes, trabajaban hasta doce horas por sueldos de hambre y que tras décadas de lucha, ahora deben laborar solamente una jornada ordinaria de ocho horas, aunque por un salario que sigue siendo bajo.

La vocera puntualizó que lo que piden las organizaciones de mujeres es que no aprueben el proyecto, pues “no se puede aprobar una cosa que no se ha consultado y que no le ofrece a las mujeres trabajadoras soluciones”.

“¿Cómo es posible que se plantee que trabajen 12 horas y no tengan las mujeres donde dejar sus hijos? Este gobierno está planteando cosas sin analizar la situación real del país y no se puede improvisar algo tan delicado sobre derechos que ya las mujeres han ganado”, exclamó.

La activista criticó que en la Asamblea Legislativa “hay una serie de señores diputados que son totalmente empresarios, que no están viendo la parte humana”.

También señaló que lamentablemente algunas diputadas han pretendido hablar en nombre de las mujeres teniendo condiciones privilegiadas y que “no pueden compararse con mujeres que tienen que salir a las 5 de la mañana y regresar a la casa a las 9 de la noche a hacer trabajo doméstico”.

“Todos los sectores empresariales, la Unión de Cámaras y las comisiones del sector empresarial privado, plantean que dicha reforma moderniza la legislación laboral y que permitirá recuperar el empleo, eso no es cierto”, indicó y agregó que hasta el momento lo único que ha quedado demostrado es que se pagará menos en razón de horas extra.

“¿Cómo podemos hablar de desarrollo cuando se profundizan las desigualdades y se violentan los derechos? Desde las organizaciones de mujeres queremos soñar con una economía para la vida y no para el mercado, las mujeres queremos trabajar menos y descansar más”, concluyó.

Grupo de Trabajo Agenda CEDAW

El Grupo de Trabajo Agenda CEDAW reúne a varias organizaciones de mujeres, entre las que se encuentran trabajadoras domésticas, mujeres migrantes y especialistas en diversas áreas, que dan seguimiento a temas como acceso a la justicia, prácticas discriminatorias, violencia de género, paz y la seguridad, tráfico de personas, explotación sexual comercial, participación política, educación, empleo, salud y otros particulares que afectan a mujeres rurales, indígenas, afrodescendientes, migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

El grupo surgió en 2017 cuando varias organizaciones de mujeres fueron convocadas por la Defensoría de la Mujer de la Defensoría de los Habitantes y el Grupo Interagencial de Género de Naciones Unidas para dar seguimiento al cumplimiento de la agenda asociada a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Si bien el grupo ya no cuenta con apoyo institucional, se han mantenido trabajando.

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