País Regiones Chorotega y Huetar Norte

Científicos de UNA contradicen al AyA y afirman que persiste contaminación de arsénico en zona norte

Autoridades de AyA alegan que problema ya fue resuelto y que los controles del peligroso elemento funcionan con normalidad.

Un análisis científico realizado por el Laboratorio de Análisis Ambiental, de la Universidad Nacional (UNA), reveló que en varias localidades guanacastecas y de la zona Norte se mantiene la presencia de arsénico en el agua para consumo humano, en algunos sitios con muy alta incidencia de niveles superiores al máximo permitido.

Específicamente, los distritos de Bagaces y Cañas, en la región Chorotega, así como Aguas Zarcas y Los Chiles, en la región Huetar Norte, son los que presentaron niveles de incumplimiento, al superar el límite establecido en el Reglamento para la calidad del agua potable, de 10 microgramos por litro (µg/l), el tope recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La incidencia de presencia de arsénico por encima de lo permitido en el caso de Los Chiles supera el 66%, en Bagaces las muestras analizadas en un 56,2% presentaron el valor alto.

El distrito de Cañas ocupó el tercer lugar con un 50% de incidencia y Aguas Zarcas un 45%. En ese distrito sancarleño.

El estudio se titula “Determinación de los niveles de arsénico presentes en sistemas de abastecimiento de agua de las regiones Chorotega y Huetar Norte de Costa Rica”, y fue publicado en la Revista Geográfica de América Central, en julio de 2018.

Determinó las concentraciones de arsénico presentes en muestras de agua para uso y consumo humano recolectadas en 106 operadores comunales de sistemas de abastecimiento en las regiones Chorotega y Huetar Norte de Costa Rica, entre 2013 y 2017.

Cabe recordar que se trata de comunidades agrícolas donde la presencia de arsénico se suma a una lista de causantes de la enfermedad renal crónica no tradicional (ERCNT). Recientemente, la Sala Constitucional rechazó un recurso de amparo presentado por vecinos de Bagaces, en el cual se pedía la prohibición del agroquímico glifosato, ya que centenares de estudios internacionales lo vinculan a la alta incidencia de esa enfermedad, de la cual la localidad padece una verdadera epidemia.

Cancerígeno

El análisis de la Universidad Nacional (UNA) recuerda que el arsénico es un elemento cuya presencia en el medio ambiente puede deberse a fuentes naturales como erosión de rocas y sedimentos o procesos de formación de minerales, erupciones volcánicas y actividad geotérmica.

Es utilizado industrialmente en el tratamiento de la madera, la elaboración de pigmentos y el procesamiento de semiconductores. “El arsénico y sus compuestos se acumulan en animales y plantas y se diseminan a través de las cadenas alimenticias, dañando el medioambiente ecológico y a los seres humanos”, apunta el estudio.

El arsénico se ha asociado con una amplia gama de efectos agudos y crónicos sobre la salud y es catalogado como un carcinógeno humano de clase 1, según la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC).

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que unas 4.500.000 personas están expuestas permanentemente a niveles de arsénico en agua que ponen en riesgo su salud.

Un informe elaborado en noviembre del 2017 por la Defensoría de los Habitantes recuerda que desde 1997 se ordenó al Ministerio de Salud evaluar la calidad del agua. Sin embargo, fue hasta 2009 que esa entidad comenzó a hacer los análisis. Desde 2005, diversos trabajos académicos daban cuenta de la presencia de arsénico en el agua y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) “habría conocido la situación antes de 2009”. En el 2010 se sacó de operación un pozo en Bagaces.

Ahora, el análisis de la UNA  apunta con gravedad que “la magnitud real del problema se desconoce a ciencia cierta, dados los escasos estudios existentes a nivel regional y nacional, así como a la incapacidad económica de los operadores de agua de poder realizar estudios de monitoreo de la calidad del agua que incluyan metales pesados y otros contaminantes orgánicos en forma regular”.

También reconoce que las características geológicas particulares podrían incidir en los casos de Los Chiles, Bagaces y Cañas.

En sus conclusiones, el equipo científico de la UNA apunta que las concentraciones de arsénico que superan la norma nacional de 10 µg/l representan “un riesgo significativo a la salud para aquellos habitantes que la consumen, especialmente para los niños”.

Sin embargo, destaca que “el riesgo por exposición (e ingesta) de agua para consumo contaminada podría ser mucho mayor que la estimada”.

Preocupación e indignación

Desde Bagaces, Minor Picado, de la Asociación Voz del Pueblo, denunció que el sistema de agua “prácticamente está igual que en el 2013”, cuando un fallo de la Sala Constitucional obligó al Estado a determinar a ciencia cierta las causas de la contaminación y a informar a las comunidades afectadas al respecto, lo cual incumplió según el mismo informe de la Defensoría.

“No ha habido ningún avance, los sistemas que son limpiados por los filtros, constantemente, están fuera de uso” aseveró.

Esos filtros son seis sistemas adquiridos por el Instituto Costarricense  de Acueductos y Alcantarillados (AyA), con el fin de limitar la presencia de arsénico.

Picado destacó que “algunas pocas veces comunican a los barrios y comunidades que no tomen agua, pasan una vez con un tanque cisterna y no vuelven a pasar más, es decir, las comunidades siguen tomando el líquido normalmente”.

Lamentó, además, que esos filtros constituyen prácticamente la única obra de infraestructura con la que se ha atendido el problema, y dijo que respecto a “lo que nos interesa a los bagaceños que era cambiar la fuente de agua”, el AyA “se acostumbró a modificar los calendarios, Yamileth Astorga ya tiene más de cinco años en el puesto, se da el lujo de cambiar los calendarios ‘ene’ veces”.

Sobre todo a la luz de la seria situación que esa comunidad enfrenta respecto a la ERCNT, dijo que “nadie se ocupa desde el Estado” y criticó que la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) hizo un estudio en donde “únicamente consideraron las variables de labor agrícola, analgésicos y horario de trabajo, nunca se ocuparon de estudiar el agua contaminada con arsénico o de los agroquímicos, pareciera total cálculo en favor de no tocar para nada la investigación de dónde viene la contaminación”.

“Está resuelto”

Darner Mora, director del Laboratorio Nacional de Aguas, del AyA, destacó, en primer lugar, que los hallazgos de la UNA son concordantes con lo que ese laboratorio ha analizado en la zona. “Ellos hicieron unos 900 análisis y nosotros unos 7 mil y coinciden los datos”, afirmó.

Aseguró que “ya está resuelto el asunto de los niveles máximos de arsénico”, pues la institución afirmó que el AyA intervino y en los últimos 3 años “solucionó los problemas mediante plantas de remoción de arsénico”, en referencia a los mencionados filtros que según informó representaron una inversión de más de ¢1.250 millones.

Explicó que funcionan a partir de una tecnología de adsorción con dióxido de titanio.  La adsorción es el fenómeno físico “de la condensación de gases, líquidos, polvos o sustancias disueltas, sobre la superficie de sólidos”, según el Diccionario Didáctico de Ecología.

Mora reconoció que el tema “ha sido muy duro”, pero aseveró que “garantizo que el AyA ha hecho un esfuerzo enorme por solucionar el problema”. También admitió que “antes de tener sistemas de remoción de arsénico, preferiría tener nuevas fuentes y nuevos acueductos”.

Al mismo tiempo, Eliécer Robles, director del AyA para la Región Chorotega, quiso ofrecer al público garantías sobre el buen funcionamiento de los filtros, pero apuntó que periódicamente requieren trabajos de mantenimiento y limpieza por lo que se deben sacar de operación. “Para ello hay dos opciones, una es quitar el agua por completo, la otra es decirle a las personas que el agua que se distribuirá no pasa por el proceso de adsorción, se puede utilizar en quehaceres domésticos, pero para consumo humano se reparte agua en cisternas”.

Reconoció que “en algunos momentos se ha dado alguna situación con el medio adsorvente y algunos lapsos en que se ha tenido que hacer la comunicación a la comunidad”.

Subrayó que “de momento, al día de hoy, las plantas funcionan todas con normalidad y hacen el proceso para quitar el arsénico del agua. Nosotros hacemos los cambios del producto adsorvente y los lavados que hay que estar haciendo, hay todo un protocolo”.

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