Mientras el país mantiene un promedio de dos muertes diarias por COVID-19, la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología decidió eliminar la obligatoriedad de la vacuna contra la enfermedad.
El presidente de la República anunció la medida diciendo “¡Misión cumplida! El ministro interino de Salud y yo acabamos de firmar un decreto que hace que las personas que quieran vacunarse contra el Covid-19 tengan acceso a la vacuna, pero que las personas que no quieran vacunarse en el ejercicio de la independencia de su voluntad no tengan obligatoriamente que vacunarse y que no vayan a perder sus trabajos” .
El mandatario recordó que desde el primer día de su gobierno se han realizado esfuerzos para eliminar la obligatoriedad de la vacuna “porque creemos en la autonomía y a la voluntad de las personas para tomar decisiones”.
El ministro de salud interino, Alexei Carrillo, informó que en la última sesión de la mencionada comisión “se tomó como base el criterio científico y técnico de la Organización Mundial de la Salud y además la realidad epidemiológica nacional al respecto de la vacunación”.
Ahora, dijo, las personas que tienen que seguir vacunándose son los trabajadores de salud de la primera línea de atención.
Con respecto a los menores de 18 años, el jerarca recordó que hay una medida cautelar que suspende la obligatoriedad “con la que yo personalmente estoy de acuerdo porque creo que le corresponde a los padres de familia decidir si la vacuna se les va a aplicar o no a los niños”, pero la decisión final recaerá en el Poder Judicial.
“Nosotros desde el Ministerio de Salud continuaremos trabajando para que la voluntad de los padres también sea la que prevalezca”, dijo el ministro, contrariando la tradición costarricense de priorizar por encima del criterio familiar, la salud y el interés superior de los menores de edad.
El ministerio justificó la medida porque hay vacunas disponibles para toda la población mayor de 6 meses de edad, porque la tasa de mortalidad asociada al Covid-19 es de 3% y la de letalidad de 0,38%, y porque el 95.8% de la población cuenta con al menos una dosis de la vacuna.
