País Mentorías, formación y acompañamiento impulsan liderazgo femenino

Centroamericanas rompiendo techos de cristal

La organización Voces Vitales emprendió en la región programas para el desarrollo económico de las mujeres.

En la colorida y colonial ciudad de Granada, Nicaragua, es posible saborear las delicias de la comida típica nicaragüense en The Garden Café, un restaurante que ha experimentado una fuerte evolución en corto tiempo, gracias al empeño de su dueña, Xiomara Díaz.

A 23 kilómetros de allí, en Niquinohomo en Masaya, es posible encontrarse con Francella Muñoz, una empresaria que ha dado vida a la marca de collares artesanales Nandamuz, de gran acogida en el mercado porque se inspiran en las típicas hamacas que decoran las casas en este país centroamericano.

En Panamá se realizó el evento Bootcamp enfocado en empoderar a las mujeres.

Cruzando la frontera, en El Salvador, la empresaria Paty Méndez ha logrado que crezca exponencialmente su escuela de natación para niños, Splash Kids, con un innovador concepto de atención personalizada.

Y un poco más hacia el norte, en las tierras mayas de Guatemala, Margarita Alemán se ha convertido en una líder comunal como miembro de la asociación de mujeres indígenas Agrise, la cual ha posicionado sus productos agrícolas en el mercado.

UNIVERSIDAD recorrió toda la geografía de Centroamérica para conocer, de primera mano, las vivencias de mujeres de diversos sectores sociales, económicos y culturales que tienen dos cosas en común: haber decidido romper paradigmas y haber encontrado una mano amiga que las apoyara en sus esfuerzos.

Una voz de cambio
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Hoy esas mujeres tienen una voz, una meta y un objetivo de vida. Han recibido capacitación, mentorías, acompañamiento, formación en liderazgo; han participado en eventos, grupos de apoyo e intercambios. Todo esto gracias a un grupo de mujeres que entendió la importancia de romper techos de cristal en la región centroamericana, de descubrir en sí mismas un motor de cambio y de darles la oportunidad de potenciar sus capacidades también a otras.

Voces Vitales es una organización que ha canalizado este trabajo y en pocos años se ha extendido por todo el istmo, y que ha generado el empoderamiento personal, económico, político y social de las mujeres centroamericanas.

Son mujeres empoderando mujeres mediante programas gratuitos de mentorías brindadas por empresarias, ejecutivas o líderes sociales que han tenido éxito y que están dispuestas a donar su tiempo para apoyar a otras personas a descubrir sus potencialidades, poner en marcha sus emprendimientos o llevar sus negocios a otro nivel.

¿Qué es Voces Vitales?

Voces Vitales es una organización sin fines de lucro. Fue fue creada en 1997 por las exsecretarias de Estado estadounidenses, Hillary Clinton y Madeleine Albright, en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Actualmente reúne a miles de personas en más de 146 países, que trabajan con la finalidad de conectar a mujeres líderes emergentes y brindarles capacitación y los recursos para que liberen su potencial e impacten de manera positiva en su entorno.

De acuerdo con María Eugenia Brizuela, presidenta de la Red Latinoamericana de Voces Vitales, Guatemala fue el primer país de Centroamérica al que llegó la organización, hace 10 años. A partir de entonces se extendió rápidamente por la región y fue incidiendo de una manera específica según las necesidades de las mujeres en cada una de las naciones.

La labor de Voces Vitales se inspira en tres principios: el empoderamiento económico, el empoderamiento político y los derechos humanos de las mujeres. Todas sus iniciativas en el istmo giran en torno a esos tres ejes.

¿Por qué empoderar a las mujeres?

A nivel global, la participación de las mujeres en el mercado laboral se ha estancado, pasó del 57% en 1990 al 55% en 2016, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Aunque en Centroamérica esas cifras son algo menores (entre 46% y 50%), según datos de la Cepal, no se ha dado un estancamiento. Por el contrario, los emprendimientos femeninos son responsables en gran medida de la reducción de la pobreza que se ha visto en los últimos años, pero que aún afecta en promedio al 40% de la población.

“El problema es que las mujeres tienen importantes barreras en términos de acceso al crédito y al capital; por eso el desarrollo de sus empresas suele ser menor y se encuentran en sectores menos productivos. Pero ellas invierten gran parte de sus ganancias en sus familias y en el capital humano de sus hijos, lo que desencadena un círculo virtuoso intergeneracional”, detalló Benedicte de la Briere, jefa del Equipo Económico de la Unidad de Género del Banco Mundial.

De las mujeres insertas en el mercado laboral centroamericano, la mayoría está ubicada en el sector informal, sin protección social ni cobertura que les garantice recursos para retirarse en su edad adulta mayor.

Así lo confirmó Lucía Scuro, oficial de Asuntos Sociales de la División de Género de Cepal, quien explicó que una buena porción de los ingresos que generan las mujeres en Centroamérica es para sobrevivir, ellas y sus familias.

La incorporación de la mujer en la población económicamente activa se ha incrementado, pero no en condiciones igualitarias con respecto a los hombres. Por ejemplo, el 43% de la fuerza de trabajo agrícola en Centroamérica está formado por mujeres, pero en el 80% o 90% de los casos los propietarios de las tierras son hombres, ya sean esposos, padres o hermanos.

La disparidad también se da en el trabajo asalariado, pues con el mismo puesto y calificación el salario de las mujeres es menor entre un 5% en El Salvador y un 35% en Guatemala. En el caso de Guatemala, en cifras absolutas, por cada quetzal que percibe un hombre, una mujer recibe 78 centavos en promedio.

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Aprendí sobre el manejo del estrés, además de cómo hacer proyectos y planes para sacar adelante una empresa”.

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“En Centroamérica no escapamos a la realidad de la falta de autonomía económica de las mujeres, agudizada en la región por situaciones más profundas y agudas de pobreza y una mayor complejidad con respecto a la diversidad. Pasando por pueblos indígenas, afrodescendientes y mujeres migrantes, que viven en condiciones específicas de desigualdad, lo que afecta su capacidad de autonomía y empoderamiento económico”, señaló la experta.

Aunado a estos datos, el Informe de Desarrollo Humano de la Organización de Naciones Unidas, destaca que en Centroamérica las mujeres superan el 50% de la población, con una esperanza de vida superior entre 5 y 10 años a la de los hombres. Sin embargo, los índices de desarrollo humano femeninos son mucho más bajos.

Frente a lo lamentable de estas cifras, destaca un dato esperanzador: el emprendedurismo de las mujeres se ha multiplicado en los últimos años. En parte por el hecho de que un número mayoritario de hogares tiene como cabeza a una mujer que necesita sacar adelante a su familia.

En El Salvador, el 64% de las microempresas están en manos de mujeres, así como el 26% de las pequeñas y medianas compañías. Situaciones similares se dan en Guatemala, Nicaragua, Honduras, Panamá y Costa Rica.

Todas estas situaciones se agravan con una realidad que experimentan las mujeres, y es que son las principales responsables del cuido de las familias y de las labores hogareñas. Una mujer dedica tres veces más de tiempo en el trabajo del hogar, el cual no es remunerado, ni reconocido.

De hecho, el Informe Estado de la Región destaca que, en la región centroamericana, la mayoría de jóvenes y niñas que abandonan el sistema educativo lo hacen principalmente porque deben atender labores hogareñas, porque quedan embarazadas o se casan a temprana edad.

Por ejemplo, en Panamá más de 11.000 mujeres adolescentes quedaron embarazadas en 2016, según datos oficiales. De estas, se estima que un 75% abandonaron los estudios.

Clave para el desarrollo

“Invertir en la mujer es una decisión inteligente, es una decisión estratégica y es una decisión económica. El empoderamiento femenino es vital para los países, produce un efecto cascada en la comunidad y en las familias, porque está comprobado que las empresas lideradas por mujeres o en las que estas participan de la toma de decisiones generan un efecto de crecimiento económico y una rentabilidad de entre un 30% y un 40% mayor”, explicó Sandra Morales, directora ejecutiva de Voces Vitales El Salvador.

Morales enfatizó que hay investigaciones internacionales que indican que si se brindan mayores oportunidades económicas a las mujeres, se puede crear, en cinco años, hasta 16 millones de nuevos empleos en el mundo.

Tanto en El Salvador como en otros países de la región centroamericana, Voces Vitales trabaja proyectos de empoderamiento económico de las mujeres, a través de sus iniciativas de asistencia técnica y mentoría, para lograr que las empresarias den un salto cuantitativo y cualitativo en su negocio.

“La mentoría es una forma mediante la cual una mentora, que dona su tiempo de forma gratuita, comparte con una aprendiz en un proceso de aprendizaje, desarrollo profesional y personal, que permite centrar los esfuerzos en las necesidades de la empresaria. Voces Vitales ha venido perfeccionando modelos para acompañar a la mujer en sus distintos ámbitos”, informó María Eugenia Brizuela, presidenta de la Red Latinoamericana de Voces Vitales.

Esta es una parte esencial del trabajo que realiza Voces Vitales en cada país de la región, pues junta a una empresaria exitosa con una empresaria emergente, y en conjunto llevan un proceso de análisis, autodescubrimiento y ajustes que permitan llevar sus negocios a niveles superiores. Pero a la vez, es un mecanismo de apoyo en temas personales que cambian la realidad de las participantes.

Las mentorías también son llevadas a cabo a nivel corporativo, porque a partir de ellas se apoya a una mujer que labora en un puesto determinado en una compañía, se le brinda capacitación y acompañamiento en el desarrollo de un plan de mejoramiento para alcanzar metas, lo que le permite mejorar sustancialmente sus resultados y, en muchos casos, obtener ascensos.

Voces Vitales también impulsa clubes de mentorías, en los que se unen varias empresarias para generan redes de apoyo. Estas reciben formación y se reúnen periódicamente en distintos espacios para que apliquen lo aprendido en sus negocios.

Los talleres y capacitaciones son esenciales en el trabajo que realiza la organización. Estos se enfocan en diversas temáticas, como liderazgo, manejo eficiente de negocios, finanzas, mejora de autoestima, superación, desarrollo de marcas personales, entre muchas otras, impartidas por mujeres y hombres de gran trayectoria.

Asimismo, realizan actividades y eventos como conferencias, encuentros de mujeres, caminatas de liderazgo, partidos de golf y otros, con el objetivo de recaudar fondos para su funcionamiento.

Precisamente, pero para llevar a cabo todo este trabajo es necesario del financiamiento de los proyectos, en este sentido, cada capítulo de Voces Vitales debe buscar las vías de apoyo económico para realizar sus funciones. Algunas de las formas que implementan es la búsqueda de fondos internacionales, de aportes del sector privado, llevar a cabo eventos en los que se cobra por la participación y en otros se ofrecen membresías para formar parte de ciertas capacitaciones.

Como parte del trabajo que realiza la organización en toda Centroamérica, cuenta con una alianza con el Incae Business School, específicamente con el Centro de Liderazgo Colaborativo de la Mujer, para llevar a cabo investigaciones e identificar las necesidades reales de atención de las mujeres en la región.
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Debemos empoderar a las mujeres porque son líderes natas, tanto en sus hogares como en otros ámbitos, donde pueden ser ejemplo para otras”.

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“Este eje de investigación es muy importante para estar seguras de que estamos atacando las causas de los problemas femeninos y no los síntomas. Además la alianza con el Incae nos permite insertar en los ejecutivos y ejecutivas la visión de un nuevo liderazgo, que debe dar espacio a las mujeres a nivel corporativo”, señaló Brizuela.

En cada país cambian los matices, pero la esencia común es el escenario de discriminación y marginalidad que empieza a ser superado por el esfuerzo y la autoafirmación de mujeres capacitadas y empoderadas.

Las mujeres que han sido alcanzadas por Voces Vitales evidencian una voluntad permanente de alcanzar mayores niveles de igualdad, de ser escuchadas y formadas para liderar, de ser merecedoras oficiales de los recursos por los cuales trabajan día tras día, de perder el temor a hacerse escuchar y tomar las riendas de sus propias vidas.

Desde las diferentes realidades de los países de Centroamérica, la variedad de estratos sociales y el distinto acceso a la formación, estas iniciativas de empoderamiento económico y desarrollo de capacidades de las mujeres, como la que desarrolla Voces Vitales, vienen a engrandecer las posibilidades de alcanzar mayores índices de justicia y desarrollo humano.


Honduras

Creer en la mujer que desarrolla negocios

María Núñez Chacón
[email protected]

Ana Liseth Pavón, aprendiz y Cecilia Martínez, directora Voces Vitales.

En Honduras, unas 500 mujeres han recibido capacitación mediante el programa Crecimiento Empresarial- Este incluye talleres, diplomados y, sobre todo, la asesoría de mentoras que les han ayudado a estructurar sus ideas de negocios, mejorar determinadas áreas o tomar decisiones para llevar su emprendimiento a un nivel superior.

De acuerdo con Cecilia Martínez, directora de Voces Vitales Honduras, las mujeres en esta nación centroamericana han venido ganando espacios. En la mayoría de las universidades, más del 50% de la población es femenina, hay un mayor número de microempresarias mujeres que hombres. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer.

“Debemos buscar un balance para poder convertirnos en profesionales de éxito; a la vez que atendemos las necesidades de nuestras familias”, añadió Martínez.

Prueba de este proceso ha sido Ana Liseth Pavón, dueña de La Casa de las Especies. Siendo madre sola de tres hijos, inició con un pequeño negocio por necesidad, para sacar adelante a su familia. Un día, Cecilia Martínez, de Voces Vitales, la descubrió, relata ella; entró a su tienda y le habló de un proyecto que le cambió la vida.

Ana Liseth afirma que el apoyo de la organización fue determinante para su crecimiento, tanto empresarial como personal. Su negocio ha crecido, sus ventas son mucho mejores que al principio, ha desarrollado nuevos productos, cuenta con más personal y está urgida de buscar un espacio más grande, pues el que tiene actualmente le queda corto. Pero lo más importante: sus hijos han podido estudiar y tener una vida más próspera.

Diana Martínez, diseñadora, es dueña de la Joyería Rosalila, una empresa de reconocida trayectoria tanto en Honduras como internacionalmente. Sus piezas son arte puro. Visitar la tienda es entrar a un ámbito de buen gusto y elegancia.

“Participé del programa piloto de mentorías en Honduras, una experiencia que ya había vivido como aprendiz con una iniciativa del Departamento de Estado, de Estados Unidos, denominado Caminos hacia la Prosperidad. Es muy gratificante trabajar con otras mujeres y darnos cuenta de que juntas podemos lograr grandes cambios en nuestros negocios y en la forma de ver la vida”, expresó.


Costa Rica

Autodescubrimiento para emprender

María Núñez Chacón
[email protected]

La Red de Mentoras en Limón trabaja en el desarrollo de sus proyectos y en el impulso de otras mujeres en la comunidad .

El autodescubrimiento es el pilar del liderazgo, pues un líder no puede hacer que otros le sigan y no puede inspirar si no conoce sus habilidades y si no responde a preguntas como: ¿quién es?, ¿cuál es el propósito de vida?, ¿qué es importante?, ¿cuál es la ética y los valores que le rigen?

Con esta mentalidad, Voces Vitales de Costa Rica trabaja directamente el tema de liderazgo y el acompañamiento, para que las mujeres descubran la mejor versión de sí mismas.

Voces Vitales Costa Rica trabaja en proyectos de empoderamiento económico, desarrollan, aceleran y consolidan las empresas y emprendimientos femeninos, a través de la mentoría económica y de liderazgo.

“Hemos desarrollado un test de liderazgo que nos permite saber en qué nivel se encuentra la emprendedora y cuáles son los obstáculos que tiene. Contamos con una red de mentoras; en este país hemos creado la certificación de mentoría que se otorga tres veces al año y desde que empezamos hemos apoyado a 3.400 aprendices”, señaló Alexandra Kissling, presidenta del capítulo de Costa Rica.

Un ejemplo muy exitoso del programa de mentorías se llevó a cabo en la provincia de Limón, una zona en la que las mujeres se ven muy afectadas por el desempleo y la falta de oportunidades, problemas acentuados por una cultura machista y discriminatoria.

En esta comunidad, se llevaron a cabo dos procesos de capacitación con unas 70 participantes que fueron certificadas como mentoras. Ellas desarrollaron sus proyectos y posteriormente continuaron ayudando a otras mujeres a desarrollar sus iniciativas.

Sonia Quirós tiene una cooperativa que brinda servicios de limpieza y cuenta con un proyecto denominado Parque Ambiental, una iniciativa que busca abrir oportunidades para las mujeres en condiciones de pobreza de la provincia de Limón. Fue invitada a formar parte de la red de mentoras de Voces Vitales y se certificó hace un año.

Participar de esta iniciativa le abrió, a ella y sus compañeras de la cooperativa, la oportunidad de brindar servicios en la empresa portuaria APM Terminals. Con eso genera espacios de apoyo y de crecimiento económico para 17 mujeres, la mayoría jefas de hogar.

“En Limón no hay empresas de limpieza y emprender esta iniciativa ha sido de gran valor. Pero debemos seguir empoderando mujeres, porque en esta provincia hay poco trabajo y muchas necesidades; de esta forma será posible convertirnos en nuestro propio jefe y salir adelante”, dijo Quirós.

Otra beneficiada del programa de mentorías de liderazgo fue Xinia Rose Stewart, quien tiene un catering services y es asesora aduanera. Ella tenía su negocio en el histórico edificio Black Star Line, que se quemó por completo en abril del 2016, y con él parte de sus ilusiones.

Luego de esto, se le presentó la oportunidad de certificarse como mentora y su vida dio un completo giro; pudo expresar lo que sentía, tomar decisiones y capacitarse. En ese proceso entendió que las mujeres pueden ser muy fuertes. Hoy es candidata a diputada por un partido político nacional y ha visto crecer su clientela.


 

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