El polvo fino, gris y ácido de la corrupción que rodeó los créditos otorgados al empresario Juan Carlos Bolaños y a su operación para importar cemento desde China se filtró hasta la opinión pública, congeló el verbo de los políticos, envió jueces y fiscales para la casa y afectó el entusiasmo de participar en la campaña política para las elecciones nacionales del 2018.
La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la UCR arroja un dato de concreto sólido: el 74.2% de las personas no hablan de la campaña electoral en sus casas y solo un 55% de ellos la está siguiendo.
El polvo de la desconfianza se filtró primero por las hendijas, instalando en los círculos del poder una sensación incómoda, molesta, insalubre. Luego –gracias a la persistencia de la prensa y al trabajo de un pequeño grupo de diputados y funcionarios– inundó completamente la cabeza y el ánimo de la gente que siguió las revelaciones de este culebrón político con una mezcla de indignación, desesperanza y asombro.
La primera mención sobre el tema que hizo UNIVERSIDAD se publicó el 14 de setiembre del 2016, en una portada titulada “La ‘guerra fría’ del cemento en Costa Rica”.
Pero el viento soplaba desde antes y su fuerza fue creciendo y creciendo, hasta convertirse en una violenta tormenta de vidrio molido que hoy corta y erosiona con ferocidad la imagen del presidente Luis Guillermo Solís, de diputados de cuatro partidos políticos, de magistrados en la Corte Suprema, de la Fiscalía General, de candidatos a la presidencia y al Congreso, de la cúpula de uno de los principales bancos del Estado y de funcionarios en los tres poderes de la República.
El “cementazo” resultó una verdadera catástrofe para la clase política, a pocos meses de unas elecciones nacionales y con un electorado cuyo principal partido es el de los indecisos, las sospechas de corrupción licúan el vínculo –de por sí ya débil- de la ciudadanía con la política y sus candidatos.
La encuesta del CIEP revela que el tema del “cementazo” es masivamente conocido por los ciudadanos: ocho de cada diez encuestados (88,1%) escuchó sobre el caso y más de la mitad lo siguió en sus detalles a través de la prensa (54,5%).
La investigación periodística y judicial sobre el tema en estos últimos meses amplió considerablemente el área de impacto del “cementazo”.
Originalmente, el tema se concentró en los préstamos y negocios de Juan Carlos Bolaños, pero las conexiones de este empresario con políticos, funcionarios, magistrados y fiscales abrió una caja de pandora que expuso lo que podría verse como una red de protección e impunidad judicial para allegados al poder cuyos alcances finales aún no están a la vista.
Ropita de bebé
Dentro de los estragos que provocó el huracán del cemento chino se cuentan la imagen del Gobierno y la del Poder Judicial, que resultó afectada seriamente por las revelaciones del escándalo.
A las respuestas ofrecidas durante la entrevista que el magistrado Celso Gamboa sostuvo con UNIVERSIDAD -en la que aseguró que viajó a Panamá junto a Juan Carlos Bolaños para comprar ropa para su bebé- se sumaron los cuestionamientos a las actuaciones del Fiscal General, Jorge Chavarría y la desestimación que hizo la Corte Suprema de Justicia de una investigación penal contra dos diputados.
Esos y otros hechos relacionados con injerencias dentro del trabajo del Ministerio Público y con polémicas resoluciones judiciales reveladas por la prensa y los diputados causaron que – según los datos recogidos por el CIEP – la mitad de las personas (50,3%) cambiase la opinión previa que tenía sobre el Poder Judicial.
El 35,2% de los encuestados señaló que tras conocer detalles sobre el “cementazo” su opinión sobre el Poder Judicial empeoró, y solo un 9% cambió ese criterio de manera favorable.
Las versiones contradictorias y los señalamientos cruzados que hicieron en público diputados, jerarcas y ministros también causaron una mella en la opinión de los ciudadanos acerca del Gobierno. Un 46,2% de los consultados aseguró que empeoró su opinión sobre el equipo que dirige al país tras conocer los pormenores del escándalo.
A nivel personal, la imagen del presidente Luis Guillermo Solís recibió un castigo importante, ya que cuatro de cada diez personas consultadas (39,3%) aseguró tener una peor opinión sobre él luego del caso del “cementazo”. (Vea nota aparte).
Opiniones negativas
La encuesta del CIEP señala, además, que, a nivel partidario, el “castigo” ciudadano por el caso se enfoca principalmente en tres agrupaciones políticas: Partido Liberación Nacional (PLN), Partido Acción Ciudadano PAC) y Partido Movimiento Libertario (ML).
Entre estas agrupaciones, el PLN es quien mayor porción de disgusto recibe. Al preguntar la opinión sobre el “cementazo” según cada partido político, el 31,4% de los consultados afirma que el caso “empeoró” su opinión respecto de Liberación Nacional.
La segunda factura de cobro la recibe el PAC; ante la misma pregunta, las personas afirman que el tema del cemento chino y los créditos del BCR a Bolaños empeoraron su opinión hacia el partido oficialista en un 27,7%.
Y el tercer golpe neto se lo llevan los Libertarios, ya que el 28,8% de las respuestas indican que el caso deterioró su consideración hacia ellos.
Con menor afectación resultaron –hasta ahora- el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), quien obtuvo un 19,7% del descrédito, y el Frente Amplio, agrupación que recibe solo un 13,6% de los señalamientos negativos.
¿Sin ganadores?
El efecto de lija que tiene el “cementazo” sobre los partidos políticos no erosionó a todos por igual, pero tampoco ninguna de las agrupaciones logró capitalizar la crisis a su favor.
La desconfianza y el descrédito hacia los partidos políticos es generalizada. Luego de meses de comparecencias legislativas sobre el tema –seguidas masivamente por la televisión pública y las redes sociales- ningún partido logró que la ciudadanía lo perciba como ajeno a este estado de cosas.
El estudio del CIEP revela que -por las revelaciones del caso- las opiniones favorables que recibe el PLN son de apenas 1,8%, mientras que los criterios positivos sobre el PAC son de 2,7% y los del PUSC de 2,1%.
Las opiniones favorables se inclinan tímidamente por el Frente Amplio que recibe un 4,3% de ellas y -en las antípodas ideológicas- el Movimiento Libertario es el partido que menos criterios positivos obtuvo, con solo un 1,5%.
La capacidad de captar o de hacer crecer su caudal electoral en medio de esta agria tormenta política parece estar solo habilitada para las figuras individuales, ya que, en el estanque de los electores totalmente decididos a votar (que representa a un 66% de la muestra), solo la candidatura de Juan Diego Castro Fernández ha logrado avanzar.
La evolución de Castro Fernández como candidato presidencial pasó de 6 puntos, que obtenía en agosto de este año, a lograr 13% en octubre, y el último estudio lo ubica en 15%, empatado con el candidato del PLN Antonio Álvarez Desanti.
El resto de los candidatos -salvo Rodolfo Piza Rocafort (PUSC) a quien la encuesta CIEP otorga un combativo 11%- sobrevuelan apenas por los valores de piso, manteniéndose congelados bajo el 7%.
Ficha de la encuesta
– Periodo de realización de entrevistas: 06 al 14 de noviembre de 2017
– Lugar del trabajo de campo: CIEP-UCR
– Modalidad de entrevista: Telefónica
– Cobertura: Mayores de 18 años con teléfono celular (97,5% de la población mayor de edad)
– Tipo de muestreo: Aleatorio
– Marco muestral: Plan Nacional de Numeración-SUTEL
– Selección de la muestra: Aleatoria
– Entrevistas realizadas: 1212
– Margen de error para n=1212 ±2.8 puntos porcentuales al 95% de confianza
– Coordinador del proyecto: Ronald Alfaro Redondo
– Coordinador del trabajo de campo: Jesús Guzmán Castillo[/dropcap]
