El director de Pensiones de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Ubaldo Carrillo, informó que debido a la emergencia generada por el COVID-19, la institución ha perdido al menos 100.000 cotizantes del sector privado al régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Según datos de la Caja, en febrero de este año había 982.180 trabajadores del sector privado, con un salario promedio de ¢581.426, cifra que se redujo a 886.333 trabajadores en junio, con un salario promedio de ¢556.225.
“El régimen de pensiones perdió 100.000 cotizantes del sector privado. Aquí el tema es: ¿por qué hay un millón de personas que pide el Bono Proteger? Bueno, porque el Bono Proteger son las 100 mil personas que están ahí, que las perdimos, más todos los informales, que no cotizan a la seguridad social”, dijo Carrillo esta mañana ante la comisión legislativa que analiza la situación financiera de la Caja.
Carrillo detalló que si se analiza el comportamiento de los ingresos, se ve que “el comportamiento del Producto Interno Bruto, la riqueza que genera el país, también se ve reflejado en los ingresos de la seguridad social”. En el año 2005 los ingresos corrientes fueron de ¢172 mil millones, mientras que en el 2019 los ingresos corrientes por cotizaciones fueron de un poco más de ¢1 billón. ¿Cómo se logró ese crecimiento acelerado de los ingresos corrientes de 2005 a 2019?
Primero, indicó Carrillo, se pasó de una prima de 7,5% de los salarios en 2005 a una prima de 10,16%. Segundo, se aumentó la cobertura con más trabajadores cotizando al régimen. Y tercero, el salario promedio ha venido creciendo paulatinamente año con año.
“El peor daño que le puede pasar a la seguridad social, insisto, es que el salario promedio del sector privado y del sector público se estanque, porque los beneficios nuestros no se estancan, nosotros seguimos dando beneficios”, destacó Carrillo.
Sin embargo, reconoció que “en estos tiempos de COVID-19 el salario promedio viene decreciendo, el número de cotizaciones y de cotizantes viene decreciendo y por eso la seguridad social tiene que echar mano a la buchaca de los intereses para poder financiar ese gasto de corto plazo”.
El Gerente de Pensiones de la CCSS, Jaime Barrantes, informó que se están estudiando dos iniciativas de ley, una para trasladar al IVM un 0.25% de lo que los patronos aportan, y otra para trasladar al IVM ¢60 mil millones de recursos del Fondo de Desarrollo y Asignaciones Familiares (Fodesaf) -destinados al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi)-.
Barrantes insistió en que las cuotas particulares han disminuido en los últimos tres meses. En marzo de este año, los ingresos por las cuotas particulares fueron de ¢89 mil millones; mientras que en mayo fueron de ¢74 mil millones. “Estamos cubriendo esto con los intereses de la reserva”, recalcó.
Como parte de su presentación, Barrantes fue enfático en que el último informe actuarial de la CCSS dice que si bien el IVM está en un estado aceptable de adecuación financiera del 2019 al 2030, los ingresos e intereses solo alcanzan para pagar los beneficios hasta el 2030; y si no se hace ningún ajuste a partir de esa fecha, habría que echar mano de la reserva y esta se agotaría en el 2037.