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Carlos Alvarado reconoce efecto del “Cementazo”, pero se mantiene optimista

El oficialista apenas superó el margen de error en la última encuesta del CIEP. Su reto: repetir el repunte de 2014 en condiciones totalmente distintas.

A poco menos de tres meses para las elecciones presidenciales de febrero próximo, el candidato por el Partido Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado, reconoce que la polémica desatada por el caso del “Cementazo” ha cobrado factura contra la primera administración de su partido y sus aspiraciones electorales; sin embargo, es enfático al señalar que se mantiene “optimista”, pues considera que para convencer a los electores aún depende de sí mismo

Alvarado aseguró que su crecimiento potencial es mayor que el de sus contrincantes, al tratarse de un candidato poco conocido y representante de una opción que no genera tanto rechazo como sus contrincantes.

Esto, lo refirió a los resultados de la última encuesta de opinión hecha por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) y publicada hoy por el Semanario Universidad, en la que el oficialista además aparece con un 4% de la intención de voto, apenas por encima del margen de error (2,8%).

Manifiestó que su principal reto será “devolver la confianza”, sobre todo considerando que existe una importante carga sobre su partido como opción oficialista, tras el escándalo del “Cementazo”, que golpeó la imagen del contexto político más inmediato, incluida la del propio presidente Luis Guillermo Solís (ficha del PAC en 2014).

Ante esta situación, Alvarado -quien fue parte de esta Administración como Presidente Ejecutivo del IMAS y luego Ministro de Trabajo- aseguró que siente “molestia, cólera e indignación”, todo como parte de un conjunto de emociones que refirió a que -según sus observaciones- “se estaban haciendo las cosas bien, pero el caso vino a empañar un poco esos logros positivos”.

A esto añadió que “el cambio que de lo que pasó en 40 años no se iba a cambiar en cuatro”, motivo por el que su planteamiento continuista sigue siendo su bandera, aunque ahora con el reto de atraer votantes a los que el rastro del cemento les ha generado dudas y ganas de buscar otras cabañas.

“Eso es lo que, como costarricense, me genera molestia, pero también es lo que me hace pelear todavía más fuerte en este caso, porque aunque se haya cometido un error no se puede soslayar que se avanzó y que hay que seguir avanzando”, señaló el candidato.

“No porque se cometió un error como este, que se ha visibilizado con el caso del cemento, significa que haya que volver al pasado o tirar al país a un gran riesgo”, subrayó.

Estas opciones las mencionó haciendo referencia sus principales competidores en las urnas, a los quienes calificó como contrincantes “por las que la gente mayoritariamente no quiere votar”.

“Las opciones que siguen, Liberación y Juan Diego Castro son opciones por las que mayoritariamente la gente no quiere votar, por cuestiones de miedo o porque no quieren volver al pasado, entonces ahí está nuestra tarea, ser la opción que da confianza y sensatez”, puntualizó.

Contra ellos, espera dar una sorpresa como lo hizo presidente Solís en 2014 en condiciones totalmente distintas. Pues el entonces “candidato del cambio” se dejó la primera ronda tras repuntar 25 puntos porcentuales en los últimos tres meses antes de los comicios.

Cazar indecisos

Comparar campañas electorales es dejar por fuera una enorme cantidad de variables que se han modificado con el paso del tiempo; sin embargo, una constante sigue siendo la presencia de indecisos que en esta ocasión incluso es siete puntos porcentuales mayor que la registrada en el mismo periodo de las elecciones pasadas (pasó de 29,7 a 37%).

Convencer a estas personas es reconocida por Alvarado como “su causa”, como fue reconocida en su momento por un Luis Guillermo Solís, cuando igualmente se presentaba como un candidato de bajo perfil. En el mismo periodo de las elecciones pasadas, la encuesta del CIEP marcaba un 5,1% de la intención de voto para el ENTONCES candidato del PAC.

No obstante, son muchísmos los factores que dejan la interrogante de si el fenómeno podrá repetirse, algo que Alvarado mantiene como una muletilla para apuntalar su confianza.

“Me siento muy optimista y muy motivado a trabajar, no es la primera vez que el PAC en noviembre está con un resultado bajo y no será la primera vez que termine en el primer lugar, estoy muy motivado”, dijo hoy a este medio, como lo ha hecho tras cada encuesta que se ha presentado en los últimos meses.

Eso sí, este contexto dista mucho del que encontró Solís, que partía como oposición; mientras que Alvarado es ahora la opción oficialista en medio de un gran escándalo que sigue copando portadas.

En este campo, el candidato asegura que su victoria “depende del trabajo que nosotros hagamos en los próximos días”, pues el reto será superar las dudas y llamar a los votantes que aún no se han decidido.

“Ese crecimiento está ahí y sigue estando potencial, igual que hace meses”, señaló el candidato. “Sigue la gente sin decidirse y la gente se decide más adelante en la campaña, pero eso nos llama a seguir trabajando con mucha fuerza”, apuntó.

Sobre los resultados, Alvarado sigue confiado y asegura que ganará. “No descarto que se pueda ganar en una primera, pero si los costarricenses deciden que esto será en una segunda ronda, será en una segunda ronda que ganemos las elecciones”.

 

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