Alrededor de 200 personas salieron hoy a las 3 de la mañana desde Los Chiles para participar en una manifestación frente a Casa Presidencial, en Zapote, para solicitar al Gobierno un alto a los desalojos y una solución al problema de falta de titulación de tierras.
Unas 600 familias que viven en ocho asentamientos campesinos conformaron una organización llamada Alianza Campesina del Norte y pidieron hoy al Poder Ejecutivo que intervenga ante las autoridades del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), a las que acusan de tener “una actitud dilatoria para garantizar el derecho a la tierra de estas familias”.
Yessenia Barraza, dirigente comunal del asentamiento de Medio Queso, en Los Chiles, expresó: “A ellos no les importa si nosotros bebemos agua de charco, no les importa si no tenemos luz. Muchas personas adultas mayores que necesitan tener sus medicamentos en refrigeración tienen que ver cómo hacen. Y en la pandemia, cuando era tan importante que los estudiantes tuvieran luz para los teléfonos también hicimos una petitoria de emergencia al Inder y no les importó”.
Barraza explicó que hace 15 días se reunieron con autoridades del Inder y les dijeron que no tenían presupuesto para instalar servicios públicos en la zona.
Víctor Manuel Miranda vive desde hace cuatro años en el asentamiento La Guaria, en Los Chiles, que calcula que abarca alrededor de 600 hectáreas, donde viven 410 familias. Allí tienen sembrado frijoles, maíz, yuca, tiquisque, plátano y ñame; pero asegura que también hay “puntos bonitos” donde se puede sembrar arroz.
“Eso era un charral, no podía entrar nadie, solo había culebras, era tremendo eso”, dijo Miranda sobre el lugar, cuando recién ingresaron. “Hemos luchado para sembrar eso; pero cada vez que hay desalojos nos llegan a trozar nuestros siembros. Nos han hecho mucho daño. Lo que exigimos es que nos dejen trabajar libres, que el Gobierno nos apoye. Él (el presidente Rodrigo Chaves) estuvo en Tablillas y dijo que nos iba a apoyar si él tomaba las riendas. Ahora que tomó las riendas le pedimos de corazón que nos de el apoyo que él nos prometió”, insistió el campesino.
Miranda contó que sacan el agua de pozo y se alumbran con candelas y los niños asisten a la escuela de El Parque, en Los Chiles. Hace menos de un año fueron desalojados; sin embargo, las familias regresaron por la necesidad.
Las demandas
En el pliego de demandas que entregaron en Casa Presidencial, explican que desde el inicio de la pandemia, familias trabajadoras de todo el país han perdido su forma de subsistir por el creciente desempleo, la quiebra de los pequeños negocios y la situación de pobreza que vive el pueblo. Por eso decidieron ingresar de forma pacífica a esas tierras a sembrarlas, afirman.
Solicitan que se instale una comisión de alto nivel con representantes del Inder, del Gobierno y de la Alianza para que aborde la situación; que el Gobierno emita una declaratoria de interés público sobre todos los asentamientos donde viven, como un paso para darles seguridad jurídica; y que se inicie el proceso de compra directa sobre los terrenos donde están los asentamientos.
También solicitaron que se defina un plazo para que se concreten los procesos de declaratoria de posesión en precario que ya están en curso.
Barraza señaló que, en el caso de las familias de Medio Queso, un asentamiento que abarca alrededor de 420 hectáreas, no tienen derecho a solicitar un bono de vivienda, ni tienen luz ni agua.
“Medio Queso no tiene peligro de desalojo; pero desde 2015 nosotros tenemos derechos de posesión pero el Inder nunca nos dios documentos de las tierras”, continuó Barraza.
Luz Evelyn Taisigue García, quien vive en el asentamiento La Guaria, con sus hijos, contó que entró hace tres años y desde entonces han vivido 16 desalojos.
“Nos han cortado los cultivos, ahí la Fuerza Pública de Los Chiles no respeta a las mujeres, nos han tirado, a los niños los han tirado, nos queman los ranchos, a ellos no les importa, se roban las herramientas, por eso hoy estamos acá”, afirmó.
“Toda la gente que usted ve aquí, todos cocinamos con leña, no tenemos luz, no tenemos agua, la sacamos de un pocito. Aquí no es igual como vivir allá”, dijo la mujer.
