Con indignación y disgusto reaccionó la Federación Conservacionista de Costa Rica (Fecon), al enterarse de que, “sin ninguna consulta”, perdió el puesto fijo que tenía en la Comisión Nacional Asesora Técnica Mixta de la Secretará Técnica Nacional Ambiental (Setena).
Se trata de una comisión que asesora a Setena de manera no vinculante, y que además se encuentra desactivada. Sin embargo, la Fecon atesora la oportunidad de participar en tales espacios, pues implican acceso a información valiosa sobre proyectos y actividades que pueden perjudicar el medio ambiente.
La Fecon agrupa a unas 80 organizaciones del ambientalismo, y para Mauricio Álvarez, presidente de esa Federación, la acción tomada por el Poder Ejecutivo es “una sacada de clavo, por la beligerancia de Fecon”.
Al respecto, subrayó que esa beligerancia no ha tenido que ver con exigencias según una agenda propia, sino con “que se cumpla con lo que se comprometió el Gobierno en campaña, por eso duele más”, dijo, en alusión a temas como el cultivo industrial de la piña, “que se cumpla con la moratoria a la que se comprometieron”.
El ambientalista reconoció que esta Comisión ha estado paralizada; pero rescató la importancia de pertenecer a ella, pues observó que en las instancias en las que tiene participación -como la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad (Conagebio)- “se trata tanto de hacer incidencia como de recibir información. Si hemos logrado detener el maíz transgénico y otros negocios asociados a la biodiversidad, así como llevar a cabo iniciativas de municipios libres de transgénicos o de herbicidas, es por estar en estas comisiones y tener información de primera mano”.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Energía, Édgar Gutiérrez, lamentó la reacción de la Federación y destacó que en el comunicado, que al respecto divulgó esa organización, se dice que “tan biodiversa es Costa Rica como diverso es su movimiento socioambiental y a eso debe la riqueza de sus conquistas, sería muy simplista, erróneo y peligroso afirmar que una sola organización o red representa su totalidad”.
Gutiérrez observó que, si bien después de esa aseveración, el comunicado de Fecon destaca su trayectoria, enfatizó el principio de diversidad del movimiento ambientalista. Además, añadió que en todos los reglamentos que ha firmado, ha buscado que se refleje “esa generalidad y esa amplitud”, pues “tenemos que ofrecer efectivamente una garantía a todos los actores que puedan jugar un papel en determinadas acciones”.
Voluntades políticas
Álvarez relató que la Comisión empezó a funcionar a finales del gobierno de Abel Pacheco, a partir de “los mismos sectores” que durante 15 años habían hecho críticas sobre lo engorroso que era la Setena y de que se requería un estudio de impacto ambiental (EsIA) “hasta para remodelar una casa”.
“Se pensó en una estructura de muchos sectores que podría generar consensos para grandes reformas y cambios en Setena. Con esa lógica empezó a funcionar, a trabajar por consenso en un reglamento nuevo o reforma, que la hiciera más eficiente”, recordó.
Álvarez, además, puntualizó que al llegar el gobierno de Óscar Arias, se “privilegió la intervención política de Jorge Woodbridge”, por lo que la Comisión “quedó muerta”.
En la administración Chinchilla se convocó de nuevo y se hicieron los nombramientos de los integrantes, pero según recordó Álvarez, la entonces ministra de Economía, Industria y Comercio, María de los Ángeles Antillón, “envió un oficio diciendo que la comisión debía ser reformada, pues había gente que no era funcionaria pública tomando decisiones”. Lo cual él calificó como “una posición antiparticipativa”, toda vez que el trabajo de la Comisión no es vinculante, sino de asesoría.
Añadió que entonces la Comisión ya no funcionó más.
Por su parte, el ministro Gutiérrez se refirió ampliamente sobre el proceso de reforma de la Setena que ha intentado llevar a cabo durante su gestión. “Es sabido por todos que Setena ha tenido muchos problemas en la gobernanza y ejecución de función primordial definida en Ley Orgánica del Ambiente”.
Detalló, en ese sentido, que la Secretaría no venía cumpliendo con su cometido, pues “venía de procesos muy cuestionados”, como “Crucitas, Moín y todos los casos que ya conocemos, las piñeras, etc.”, y que por ello no gozaba de credibilidad.
Dijo que el proceso de reforma implicó no solo el estudio de los problemas desde adentro, sino “abrir un espacio de participación pública, abierta y franca donde los distintos sectores nos dijeran exactamente cuáles eran sus preocupaciones sobre Setena y cómo veían ellos que debía resolverse el problema”, el cual contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), espacio en el que, por cierto, la Fecon no participó, según explicó Álvarez, porque “decidimos no ir a un proceso ya cocinado” de “diálogo entre burócratas y empresarios”.
El jerarca de Ambiente además usó el término “limpieza” para describir el proceso de reforma de Setena, y añadió que “internamente no hay un ambiente saludable en el sentido de que las relaciones no son abiertas y francas, sino que hay personal que obedece a agendas que son fuera de la institución”.
Relató que “no ha sido fácil, ha sido un calvario, pero ya vemos un poco de luz en el túnel, había muchos vicios de trabajo y de procedimiento, asignaciones de expedientes que deben ser al azar; nos encontramos que no había tal azar, sino que se hacían a dedo. Personal que no debía hacer evaluaciones ambientales las hacía; todo eso se ha estado revisando, la comisión plenaria ha estado trabajando muy duro en esto”.
Álvarez no escatimó sus críticas al decreto e insistió en la noción de que la Fecon no ha claudicado en alzar la voz ante lo que considera el incumplimiento de promesas de campaña de Luis Guillermo Solís, como los temas de rechazo a la explotación del petróleo, a la geotermia en parques nacionales, o generación hidroeléctrica.
“No veo otra ONG lidiando con tantos temas específicamente con Setena”, subrayó y destacó que Fecón además tiene la política de que en su representación ante este tipo de instancias ha recurrido a gente que no necesariamente está en la organización, como representantes de la academia, “se ha tratado de hacer un proceso más amplio”.
El ambientalista además fustigó al Gobierno por “una gramática que se fortalece en ese decreto, se vacía el tema de participación, concuerda con la posición de la Sala Constitucional de degradar el derecho a la participación”. Con ello, se refirió a un voto de la Sala IV de enero pasado, en el que consideró que la participación ciudadana en temas ambientales no es un derecho.
Añadió que Gutiérrez le cobra hasta “los memes que han salido del Bloque Verde”.
El ministro Gutiérrez en ese sentido recordó: “me han llamado ministro palanganas y un montón de cosas”; sin embargo, afirmó que “tengo una formación política según la cual la crítica me construye, es aceptada y la autocrítica es parte de mi quehacer diario. Agradezco la crítica, siempre y cuando sea fundamentada y argumentada, jamás me va a llevar a tomar represalias ni mucho menos, no soy una persona que tome represalias de ningún tipo”.
Tras apuntar que más bien le agradece a Álvarez algunos de los artículos que ha publicado, Gutiérrez aseveró que “puedo garantizar que todo el esfuerzo que hacemos en esta administración es para poner una Setena realmente alineada” con el artículo 50 de la Constitución Política, que establece el derecho de la ciudadanía a “un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.
“Lo que pasa es que una cosa es estar afuera, yo estaba antes en la otra acera, uno gritaba y pedía acciones, pero adentro uno se da cuenta de la maraña que es la administración pública… una gran maraña administrativa y gerencial que no le permite a uno dar los pasos cuando uno quiere caminar rápido, sino que lo obliga a caminar despacio”, lamentó.
